Premio Luyk 2019 | Nominado: Facundo Campazzo
Argentina. 1991. 179 centímetros de altura y 89 kilos de peso que dominan cada esquina de la pista. Incansable, aunque en ocasiones las malas decisiones y las faltas lo condenan al banquillo. En argentina lo llaman el Chico Terremoto. En España, el mejor base de Europa.
Su baja estatura, a priori, parece ser una gran desventaja a la hora de jugar al baloncesto. Todo lo contrario. El “Facu” es un experto en sacar provecho de sus 179 centímetros. Se cuela como una serpiente entre los rivales. Ataca el aro sin miedo, sin nada que perder. Mete la mano en sitios que otros jugadores no podrían ni imaginar. Sus 55 robos en la pasada Euroliga lo justifican, y los 56 en la Liga Endesa lo corroboran.
El año 2019 de Facundo Campazzo ha sido, al igual que la película pero en sentido contrario, “Gloria y Dolor”. La gloria la alcanzó, además de con un buen desarrollo personal en lo táctico y práctico, a nivel de clubes proclamandose campeón de la Liga Endesa y de la Supercopa de la ACB con el Real Madrid de Baloncesto. El dolor, y ahora entenderéis el porqué del cambio del sentido del titular, el dolor. El Diablo de Tasmania, que disputó con la Selección de Baloncesto de Argentina una final del Mundial tras 17 años (última en 2002 vs Yugoslavia), fue uno de los grandes protagonista del Mundial junto a Laprovittola y Scola, pero no pudo ganar la final contra España.
Campazzo agrega ese plus de intensidad que el Real Madrid en ocasiones reclama. Sus ágiles y rápidas piernas ayudan a que el balón esté en campo o canasta contraria en escasos segundos, sin importar a quien tenga delante. Además, cabe destacar que en la gran mayoría de las ocasiones la gran lectura del juego ayuda al equipo a desatascar las defensas más duras de la Euroliga.
Los elogios y destacadas actuaciones del Facu Campazzo se alargarían hasta el infinito, por lo que proceso a destacar los puntos de porqué el base del Real Madrid debería ganar el premio a mejor jugador de la temporada.
- Las grandes actuaciones en la Euroliga sirvieron para el Real Madrid llegase a la Final Four de Gasteiz, aunque no pudieron clasificar a la final.
- La agilidad mental en defensa hacían que los blancos tuvieran una de las armas más letales en el baloncesto, las posesiones en ataque con superioridad numérica.
- ¿La baja estatura? Quizá para muchos una debilidad, para el Facu, una “bendición”. Los 179 centímetros le permiten escabullirse por cualquier rincón.
- Y por último, la intensidad y liderazgo en un equipo repleto de leyendas. En ningún momento le ha temblado la muñeca para realizar tiros o pases importantes, lo que habla muy bien de un jugador.
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