Paul Tenorio: «El periodismo debe encontrar su rol en la sociedad de la información»
El mundo del periodismo deportivo en España queda huérfano, en muchas ocasiones, de periodistas que sean capaces de decir sin tapujos que, además de periodistas, son madridistas. Ése es el caso de nuestro protaganista, Paul Tenorio (Madrid). Sin pelos en la lengua para declarar su madridismo a quien sea necesario, todos los que paseamos nuestro madridismo con orgullo reconocemos a Paul, colaborador habitual en las tertulias de RealMadrid TV, así como en La Galerna. También es conocida su pasión por el análisis de los números y estadísticas, siendo buena prueba de ello “El Futboscopio”. Nos acercamos así a la figura de un periodista (y madridista) que no necesita máscara cuando de hablar del Real Madrid se trata.
MR: Como bien puede imaginar, la primera pregunta ha de girar irremediablemente acerca de la situación del periodismo deportivo en España en estos días. ¿Cree usted que la profesión atraviesa por su mayor crisis de identidad, habida cuenta del florecimiento del periodismo de opinión sobre el periodismo que busca informar?
PT: Diría que sí, pero no establecería una relación directa entre esa crisis y el auge del periodismo de opinión. Tomando la definición clásica de “crisis” (en griego significa cambio profundo con consecuencias importantes) desde luego que sí: atraviesa una crisis. Como toda la sociedad, además. Pasa por un profundo cambio provocado por internet y las redes sociales, que le están dando la vuelta a todo, no sólo a nuestra forma de informarnos sino a nuestra manera de relacionarnos entre nosotros y con nuestro entorno. Internet ha facilitado el acceso a la información, la ha democratizado. Ahora no hace falta ir al kiosko y pagar para profundizar o conocer las noticias. También ha introducido mucho ruido, mucha basura que sólo busca el click para ser rentable. Encontrar la rentabilidad a un modelo de negocio que aún no está muy claro, el del periodismo de calidad en internet, es el gran desafío. Pero tengo claro que el buen periodismo siempre será necesario. Alguien desde Oriente Medio puede colgar una imagen de un bombardeo, pero necesitarás siempre a un experto que contextualice esa imagen, que te cuente qué está pasando y por qué, y qué es lo que se espera que ocurra en las próximas horas. También necesitas gente bien preparada para separar el grano de la paja en ese inmenso, infinito pajar de información que es internet. El periodismo debe encontrar su rol en la sociedad de la información, en ello está. Yo soy optimista en ese sentido. Respecto a lo que me preguntas de si hay más opinión que información, sí, la hay. Por un lado debido al auge del formato tertulia, que en España engancha porque todos llevamos un tertuliano dentro, lo mismo en un plató que en una cena familiar o tomando copas con los amigos. Pero también porque las empresas, instituciones o clubes deportivos son cada vez más herméticas, con lo que se fomenta la opinión y la especulación. Y luego hay muy malos profesionales, gente que esconde intereses ocultos en su hacer periodístico o, directamente, que no tiene los conocimientos suficientes sobre el tema que trata, soltando opiniones verdaderamente aberrantes por ahí. Y mucha desinformación, información errónea a sabiendas. Por suerte, y en esto las redes sociales son una bendición, ahora hay un feedback constante y muy potente que pone a cada uno en su lugar.
MR: Hilando con la pregunta anterior, ¿cree usted que buena parte de los males de la prensa deportiva de este país radican en el posicionamiento extremadamente favorable y permisivo de la misma hacia determinados equipos o “culturas” deportivas y, por ende, el desprecio o el tratamiento manipulador para con otros?
PT: Desde luego, así ha sido en los últimos años, y ha sido uno de los debes de la prensa deportiva, en general, en nuestro país. No sé si por desafecto hacia el presidente del Real Madrid, por una cuestión ideológica entre un potente grupo de comunicación y el club blanco, por intereses económicos… pero se ha querido hacer filosofía y política con un juego de pelota como el fútbol. Lo vivimos claramente en la época de Mourinho y Guardiola, pero ha continuado hasta hoy. En tenis, por ejemplo, no ocurre esto. Un ejemplo lo vimos con el Nadal- Federer sin ir más lejos. Son dos estilos antagónicos de jugar al tenis: técnica, calidad y estética contra fuerza bruta, tesón y competitividad extrema. En el caso del tenis, no se ha dicho que uno es el que hay que perseguir y el otro una copia barata e indigna. Ambos son respetados y alabados por igual. La información sobre fútbol cobra siempre otra dimensión. Nunca verás acosado a un entrenador de gimnasia o a un saltador de pértiga como a un jugador o entrenador del Madrid, ni se buscará moralizar con lo que ocurre en el parqué de una cancha de basket o sobre el asfalto de un circuito de motociclismo como se hace con lo que pasa sobre el césped de un campo de fútbol. El fútbol es un negocio gigantesco y mueve muchos intereses, también los informativos. Cada uno tendrá sus razones, pero tengo muy claro, y lo sé por experiencias vividas de cerca, que no todos los periodistas son honestos ni obedecen por igual el sagrado deber de informar verazmente. Y, desde luego, no todos saben de fútbol. Los hay que han llegado porque saben situarse bien en un despacho, porque hacen pasillos con maestría, por pura labia o contactos… pero del balón… ni la más remota idea. Te cuento una cosa: eso es lo que más alucinó a Mourinho en Madrid, el desconocimiento profundo del juego por parte de la prensa especializada.
MR: Por su ya dilatada experiencia en radio y televisión, ¿tiene usted también la percepción que maneja el aficionado madridista de que con el Real Madrid “todo vale”, de que si no existe incendio alguno, los medios de comunicación se encargan de buscar las brasas y la mecha para provocarlo?
PT: Volvemos a lo del dinero, al negocio. El Madrid es el caramelo más apetecible del planeta, es la chica más sexy de la discoteca, es la gallina de los huevos de oro. Despierta amor y odio diría que a partes iguales, es el club más grande del mundo, probablemente no sólo en el ámbito deportivo. Todos quieren un pedazo de esa tarta, pero no hay para alimentar a todos. Ahí entra el despecho y la información personalista: un tío fumando un puro en su despacho decide que en su medio hay que matar al Madrid, y todos los que hay por debajo y quieren conservar su puesto de trabajo, le siguen. Por discrepancias ideológicas del grupo con su presidente, o porque no se convirtió en su día en una SAD a cuyo accionariado se pueda acceder, o porque no les deja entrar en la Junta, porque no le pone publicidad o por lo que sea. Puede ser también por esa concepción mal entendida del periodismo como una lucha continua contra el poder, porque el Madrid es poder. Yo creo que el periodismo debe ir contra el poder si el poder abusa, pero en el caso del Madrid, sólo veo un club de fútbol intachable en lo económico, deportivo y social que, además, tiene una potente Fundación que transmite valores por todo el planeta. Pero por unas cosas o por otras, es cierto que el Madrid sufre un hostigamiento constante. Si Benzema falla tres goles, se hace una encuesta. Si los mete, se guarda la encuesta para otro día. Se retuercen los datos siempre en contra, se amplifican los malos partidos, se omite lo positivo, se busca una polémica cuando al equipo le va bien, hasta se ha pagado a gente en la rotonda de Valdebebas para que fuera a increpar a un entrenador. Y lo más increíble de todo es que esa hostilidad va contra los intereses económicos de algunos medios que, desde Madrid, se permiten el lujo de cabrear a la mitad de la afición al fútbol en España y compradores potenciales. Supongo que ese fiscalización permanente y muchas veces retorcida del Real Madrid es sinónimo de grandeza y es inevitable.
«Lo que hay que buscar es la coherencia, la sensatez»
MR: Usted no tiene tapujos en demostrar su madridismo. ¿Es difícil ser madridista en un mundo, el del periodismo deportivo, que tiene a despreciar los éxitos del Real Madrid, amparándose en absurdas justificaciones para ello?
PT: ¡Ser madridista no es difícil! El hombre busca continuamente el placer, y el madridismo es una vía directa hacia el mismo. No entiendo al madridista que vive permanentemente cabreado con su equipo, es un oxímoron. Esto es para disfrutar. El fútbol en general lo es. Lo que sí es difícil es ser madridista y no enfadarse con lo que se lee y se oye a diario. Hay que aislarse en teoría, disfrutar de los éxitos, ser paciente en los fracasos, pero es complicado porque el acoso y la sobreexposición mediática influye negativamente en lo deportivo, en el equipo, y eso al final repercute negativamente en el hincha porque se ganan menos partidos y títulos. De todas formas, el madridismo es muy particular. Al haber tantos, hay de todo. Muchos se hicieron del Madrid sólo porque gana, y cuando pierde, son los peores.
MR: Más allá de temas polémicos, e introduciéndonos en un terreno más personal, ¿cuándo nace el amor de Paul Tenorio por el Real Madrid?
PT: Desde que tengo uso de razón. Veía a Camacho, Juanito, Santillana, Butragueño… y me enganché para siempre. Fue en un Madrid-Barça, debía tener 5 o 6 años, y era la locura porque Maradona jugaba en el Bernabéu. Yo vi aquel partido, que ganó el Madrid, y me quedé alucinado con los que iban de blanco. Iban como motos, eran guerreros. Y mi padre iba con el Madrid, así que me dije definitivamente: “Estos de blanco son los míos”. Y hasta hoy. Él dejó de ver fútbol con el tiempo. Yo no puedo parar. Pero debo dejar claro que los colores no te pueden nublar el juicio. Me hace gracia lo del periodismo de bufanda. Lo importante es llevarla al cuello, no en los ojos. Todo aficionado al fútbol tiene uno o varios equipos preferidos. Todos. El que diga que no, miente. Muchos son muy críticos si la bufanda es blanca, pero no si es del Atleti, del Sporting, del Alavés o de la Selección española. Volviendo al ejemplo de Nadal, en España todos somos de Rafa, pero si está mal un año donde está jugando mal, lo decimos y buscamos explicaciones, no excusas. Tener simpatías por la Selección no debería impedirte informar sobre el desastre previsible ocurrido en el Mundial de Brasil. Lo que hay que buscar es la coherencia, la sensatez, tener un criterio y muchos conocimientos, y no dejarse llevar por el forofismo. Pero por supuesto que todos tenemos un equipo.
MR: Usted es un apasionado analista de los números y las estadísticas, detalles ambos que confluyen en “El Futboscopio”. ¿Cuándo y cómo nace la idea de crear El Futboscopio? ¿Cómo presentar de manera atrayente lo estadístico al gran público, más ávido de contenidos más sencillos?
PT: El Futboscopio nace ante mi estupor por el tratamiento de las estadísticas en los medios, lo que se agrava en los deportivos. Creo que el detonante fue en plena guerra mediática Casillas-Diego López, cuando se expone una comparativa de los goles encajados en 4 partidos de cada uno, lo que es una aberración estadística porque la muestra de partidos es ridícula. Además, los goles los encaja todo el equipo, dependen de todo el equipo. Un dato que evalúa mejor el rendimiento de un portero es su porcentaje de paradas por remate recibido, dato que en prensa era ciencia ficción hasta el año pasado. Pero ya venía mascando la idea de que el fútbol genera muchas estadísticas más allá de las típicas de goles y asistencias, números que bien contextualizados e interpretados, explican el juego más allá del límite de visión del ojo humano, y que nadie estaba ofreciendo. Y además números que podían poner en evidencia las muchas falsedades que se dicen sobre el Madrid, como por ejemplo la de la pegada. Por eso nace el blog. Como un hobby, porque no tengo tiempo para dedicarle el tiempo necesario para crear un proyecto serio y regular. Me cuesta mis horas pero me entretiene y a la gente le encanta. Por fortuna, ya han salido más webs que hacen algo parecido, se va poniendo de moda en España como sucedió hace algunos años en EEUU y el proceso es imparable. En Marca y As, por ejemplo, desde el primer mes de El Futboscopio, que conocen bien, empezaron a hacer cosas parecidas. As incluso me fusiló literalmente un reportaje sobre Benzema. Poco a poco, la estadística avanzada se va incorporando al periodismo deportivo, aunque aún falta mucha formación al respecto. Y me consta que en muchos clubes se manejan datos a nivel avanzado para evaluar rendimientos y hacer scouting.
MR: Centrándonos en la más rabiosa actualidad, ésta pasa ineludiblemente por la plaga de lesiones que asola a la primera plantilla de fútbol. ¿Qué explicación puede darse para este hecho? ¿Mala suerte, exceso de partidos?
PT: Para mí es simplemente una cuestión genética. Esta plaga la vivimos también con Ancelotti y en los meses que estuvo Benítez, por ejemplo. Ha pasado con muchos técnicos y preparadores físicos. Ha pasado con y sin rotaciones. Simplemente, si tienes a tíos como Marcelo, Carvajal, Modric o Bale, se te van a lesionar mucho. Tienen esa propensión a sufrir lesiones musculares, esa debilidad genética. Otros, como Kroos o Cristiano, lo juegan todo y no pisan la enfermería. Les pasa también a Robben, a Iniesta, a Reus y a muchos otros. Si esos tres jugaran en este Madrid, habría que aplazar partidos de vez en cuando porque el equipo estaría en cuadro. Influyen más factores: la carga de partidos, la presión, los viajes, el azar… pero para mí el principal factor en este plaga que sufre el Madrid es simplemente que tiene jugadores propensos a lesionarse.
«Zidane tiene el perfil perfecto para entrenar al Real Madrid»
MR: A pesar de todos los condicionantes y problemas que se vienen afrontando, el Real Madrid es líder en la Liga Santander con 1 partido menos que sus inmediatos perseguidores, y afrontará un cruce en teoría “asequible” ante el Nápoles en Octavos de Final de la UEFA Champions League. ¿Qué diría a aquellos “agoreros” que preveen una caída a los infiernos del conjunto blanco de aquí a final de temporada?
PT: Yo lo de “en teoría asequible” no lo comparto. El Nápoles está haciendo una buena temporada, lleva varios años a gran nivel, es un equipo italiano y 10 minutos malos, especialmente en casa, te ponen contra la pared. Es un rival complicado y hay que ver cómo llega el equipo de lesiones. Un Madrid con bajas tan importantes como las que tiene ahora (Marcelo, Modric, Bale, Carvajal), de jugadores que no tienen igual no sólo en la plantilla blanca sino en el mercado, no sería ni tan superior al Nápoles. Es una eliminatoria, 180 minutos traicioneros donde con un traspiés te caes al pozo. Los que prevén una caída a los infiernos del Madrid esta temporada simplemente expresan un deseo. Podría darse el caso, pero el equipo no apunta a la fatalidad esta temporada.
MR: Toca cerrar con el artífice de este Real Madrid, el que ha hilado 40 partidos sin perder de manera consecutiva, cosechando 3 títulos por el camino, Zinédine Zidane. ¿Cómo explicar la trascendencia y el calado de Zidane en esta plantilla, a tenor de los resultados cosechados?
PT: Ha conectado con la plantilla, que es lo más importante. El vestuario del Madrid es el más difícil de llevar del mundo porque sus jugadores son estrellas del rock en el sentido de ser auténticos ídolos de masas a un nivel que no se da ni en Barcelona ni en otras partes. Los jugadores del Bayern pueden salir a tomar una cerveza tranquilamente. Los del Madrid, no. Me decía un futbolista del Barcelona una vez en el reservado de una discoteca madrileña (era el día previo a una foto que se hicieron en Las Rozas todos los internacionales vivos en el 100º aniversario de la RFEF y los más jóvenes salieron a tomar algo la noche antes), que si aparecían por el local Ramos o Casillas, que no habían acudido a esa fiesta, se tenían que ir todos corriendo del local por la que se montaría. Mira, Benítez es un gran entrenador, pero si llegas diciendo a Modric que no golpee con el exterior o a Cristiano que le vas a enseñar a tirar mejor las faltas, pierdes el respeto del grupo y estos terminan llamándote “el diez” a tus espaldas, como ocurrió con Benítez en tono de mofa. Date por jodido entonces, estás fuera. Zidane es listo, estuvo en ese vestuario, sabe lo que pasa por sus cabezas, sabe que hay una intoxicación externa continua que a veces se filtra al vestuario y que hay que torear con destreza. Sabe de fútbol y se rodea de buenos colaboradores. Escucha. No pretende ganar los partidos él, sabe que está en manos de los jugadores. Es su ídolo, y el de la grada del Bernabéu. Y ha mostrado ser valiente en sus decisiones. Cuando pierda, cuando haga un año horrible, que todo llegará, sería bueno seguir apostando por él, porque tiene el perfil perfecto para entrenar al Real Madrid.