#PantallaBlanca | ¿Y a quién leches le importa la justicia si me perjudica?
Para el antimadridismo, no pitarnos lo que es justo es la verdadera justicia.
Sí que ha escocido, sí, ¿pero esperábamos otra cosa? El Madrid, el equipo al que le está vedado cualquier decisión a favor, justa o injusta, recibiendo un penaltazo de época a favor en el 92 en un partido en el que le habían igualado una eliminatoria que ganaba por 3 goles, destruyendo así el sueño de toda esa ruidosa afición, la segunda más grande del mundo: el antimadridismo.
Tenías ahí el pastelito después de que tu equipo cayera humillado con una remontada espectacular el día antes con la Roma y se te presenta una circunstancia impensable: que el Madrid, ese Belcebú de blanco, reciba lo mismo, pero mejor aún, en casa y por un gol más.
Ahí estaba el Santo Grial, el caramelo más sabroso y dulce del mundo, con el que ya salivaban llevándoselo a la boca, con la piel erizada, los ojos inyectados en sangre, el corazón enfebrecido… y viene un árbitro, con dos huevos, hay que reconocerlo, y pita un penalti absolutamente justo para aguar la fiesta…
¡Es como quitarle a un niño su juguete favorito! Una crueldad intolerable, no tener corazón, como gritaba un desnortado Buffon.
Sí, han tenido que recurrir a apelaciones románticas, emocionales, o al minuto en cuestión en el que se pitó… porque decir que no era penalti era demasiado.
Es curioso lo que sucede con el Madrid. Eso de la justicia parece sobrevalorado, siempre que se nos pueda perjudicar. Recuerdo al bueno de Jorge Valdano explicándonos a todos, que el penaltazo, otro por el estilo al de ayer, de Mascherano a Lucas en el Nou Camp en el clásico del año pasado no se pitó porque el minuto 5 era demasiado pronto para fastidiar el partido. Sí, porque un penalti a favor del Madrid, sea o no, sobre todo si es, significa fastidiar los partidos.
O sea que apunten, madridistas. Lo penaltis a favor del Madrid no pueden pitarse ni demasiado pronto ni demasiado tarde. He calculado, pues, que entre los minutos 30 y 60, que son esos que “ni pá ti ni pá mí”, es donde se nos permitiría alguno sin que haya mucho trastorno. Porque si de algo hemos de estar seguros, es de que si nos pitan un justo penalti en el 50 nadie osará criticar nada…
No, creo que la cuestión está en el hecho de pitarnos algo a favor. Pitarnos un penalti, una falta, un córner, dar validez a un gol… es una ofensa en sí misma. Luego, si por casualidad, alguna de esas señalizaciones es errónea, lo único que queda para hacer justicia es la lapidación.
Lo de la justicia… pues eso… ¿a quién le importará ese formalismo tratándose del Madrid si va a importunar al antimadridismo?
Esto es así desde hace unos años. A mí me satisface, por ejemplo, que Guardiola ya no esté solo y desamparado en ese grupo de personas que se quejan de los aciertos arbitrales. Mourinho decía que había tres grupos: los que no se quejaban de los árbitros, los que sí se quejaban (y en el que se incluía), y el de Guardiola, que se quejaba de los aciertos. ¡Pues ya tiene compañía! ¿No os hace ilusión? No me gusta que la gente se sienta sola…
No puedo guardar rencor a Guardiola después de habernos dejado una prueba más de la grandeza del Real Madrid, presente en todos los sueños (pesadillas) del antimadridismo, recordando a nuestro equipo tras un partido en el que no participábamos sobre un partido en el que Guardiola no estaba… ¿No es para darle un achuchón enlazándolo con nuestros brazos vestidos en un jersey amarillo para que se sienta como en casa?
¡Qué pasmo, qué chasco, otro perrito piloto! ¿No era así?
Resulta que remontamos gloriosamente un 4-0 con un 6-1 en el que nos pitan 11 decisiones a favor que causarían vergüenza ajena hasta a Al Capone, con penaltis y expulsiones perdonadas, penaltis y faltas inventadas a nuestro favor, para que así pudiéramos lograr nuestro ansiado objetivo… ¡Y van e intentan infravalorar la hazaña desde Madrid!
Y a ellos les pitan un penalti justo que nos fastidia la noche… ¡Y pretenden que nos resignemos al reglamento! ¿Estamos locos o qué?
Pues sí, señores, en estas estamos. En las mismas en las que aún se recuerdan errores en contra del Bayern el año pasado, a pesar de haber sido especialmente beneficiado al darles la oportunidad de jugar una prórroga a la que no debieron haber llegado nunca… Un partido en el que se dio validez a tres goles en fuera de juego, pero sólo se señalan los dos del Madrid, a la postre intrascendentes, no el del Bayern, que les llevó a una prórroga regalada. ¿Pero a quién demonios le importa la justicia cuando hablamos de machacar al Madrid?
No hablaremos de los minutos también regalados que jugó Vidal en esa eliminatoria ni de penaltis pitados o no pitados… Un robo donde al Bayern le regalan una prórroga y les pitan dos penaltis a favor. Estaba todo pensado, está claro…
Con este derroche de justa justicia en la que a un árbitro se le ocurre pitar un penalti que fue, es normal que muchos entraran en un profundo histerismo. Nervios y frustraciones en las redacciones, contratando al hijo del becario para que haga un “fotochop” en la portada donde parezca que Lucas se tira en vez de ser arrollado como fue, editando y cambiando un artículo de opinión de Manuel Bruña donde se reconocía que el penalti era penalti (como no reconocerlo)… ¡Pero sois nuevos o qué! ¿Cómo se os ocurre poner eso? ¡Anda, cámbialo!
Que yo entiendo a los italianos, a los alemanes, simplemente procuran defender a lo suyo y a los suyos, como es lógico. Incluso la prensa española suele hacerlo, defendiendo a todos nuestros equipos, por ejemplo se ha dicho que el Sevilla quedó eliminado por la “falta de gol”, cuando no fue así. El chovinismo está extendido. La excepcionalidad es el Real Madrid. El mayor y mejor representante de la marca España no es defendido, prefieren quedarse en la duda, en el debate interesado. Qué curioso… ¿Por qué? Dinero.
Señalarnos algo a favor no es una decisión “beneficiosa”, es simple justicia, cumplimiento del reglamento, pero esto no parece quedar claro en buena parte de la opinión publicada. “Es que siempre tienen que pitarles el penalti en el 90, siempre lo mismo”. Se oyen estas cosas y otras que no dejan de sorprender. ¿Me pueden recordar cuándo ocurrió eso? ¡Ah sí, aquel partido en Elche que aún tienen clavado, aunque al día siguiente pasara algo similar en un Barcelona-Sevilla…!
Cada vez valoro más la inteligencia de nuestro entrenador por todo esto. Intuyo en él una consciencia del lugar en el que está y el entorno en el que le toca moverse que me deja perplejo. De ahí que su arriesgada planificación, modulando mucho los esfuerzos y tiempos durante la primera parte de la temporada, jugando en el alambre, se va descubriendo más claramente como la única opción para competir en una Liga en la que la justicia es aquello que perjudica al Madrid, por lo que aguantar hasta estar en plenitud en la parte donde se decide todo, obligándonos a ser no superiores, sino infinitamente superiores al resto, parece la única solución, la más conveniente. No siempre puede salir bien, pero estos años con el francés han sido puro gozo hasta ahora.
Nos seguirán favoreciendo y perjudicando, aunque algunos sólo acepten lo segundo, especialmente en Europa, como ocurre con todos los equipos del mundo, pero que haya algunos, aficionados (a los que en realidad disculpo) y periodistas que se rasguen las vestiduras con el régimen de comodidad y masaje en el que vive asentado su equipo (el mismo de los escándalos contra Chelsea y PSG en Europa) desde hace años, lleva a la carcajada.
Viendo cómo funciona esto de la justicia en el fútbol español, su afición antimadridista y la prensa, de lo único que se termina lamentando uno es de que el penalti fuera tan claro. Hubiera sido mejor que a Lucas ni lo rozaran, sería una justicia que estos entenderían mejor. Seguro.
Texto: @MrSambo92