Pantalla Blanca | El Madrid de Casemiro y Courtois
Aunque no esté en mayoría, vengo a valorar en su justa medida los méritos de la temporada del Real Madrid, que la está pasando en cuadro desde su mismo inicio. Los motivos de que la plantilla sea cada vez más corta son muchos y variados, con distintos culpables, pero lo de las lesiones (problema endémico) no tiene nombre.
Parecemos un solar, teniendo que completar las convocatorias con numerosos jugadores del Castilla… Chust, Arriba, Hugo Duro, Blanco… Carvajal, Odriozola, Ramos, Militao, Valverde, Hazard, Rodrygo, Benzema… se dice pronto. Buena parte son titulares o jugadores de rotación habitual.
Así que, con este plan, Zidane alineó a Cafucas Vázquez y unos cuantos más con la intención de aprovechar los pinchazos atléticos frente al Levante, que ha quitado cinco puntos a los colchoneros en dos partidos. Ya supondréis que la cosa no estaba para grandes sorpresas. Nacho y Varane en el centro; Cafucas y Mendy en los laterales; la MCK en el medio y Mariano supliendo a Benzema para acompañar a las alas de Asensio y Vinicius. Seguramente el once más recomendable para uno de esos momentos en los que no se debía fallar.
Avisados estábamos. La ausencia de Benzema siempre se nota, ya que nos cuesta encontrar ese engranaje entre líneas que favorezca la fluidez en la circulación para abrir defensas. Y se notó. Los nuestros nos regalaron una de esas primeras partes entretenidísimas y vertiginosas que acostumbran. Un pase por aquí, otro por allá… y más pases, pases “tol rato”. Control inicial que sólo cristalizó en una volea alta de Kroos para, en cambio, encajar una triple ocasión de los pucelanos que salvó milagrosamente Courtois. Las dos primeras intervenciones son tremendas. Fue todo en un minuto, pero un minuto muy tonto. Luego dimos más pases, hacia la izquierda, hacia la derecha, hacia atrás. Pases de todos los colores, mirando al área con desprecio, como Nacho a Guardiola mientras se retorcía en el suelo. Un tiro alto de Asensio y dos goles anulados a Mariano, que es un incordio con unos huevos que tienen gravedad propia y que definió a la perfección, pero partiendo de una posición ligeramente adelantada, fueron nuestro bagaje. Un rollo, vamos.
Mucha aproximación y sólo una ocasión verdaderamente clara, ese remate de Casemiro que, cuando sólo tenía que poner bien la cabeza para incrustar el balón en la red, fue poseído por su espíritu defensivo y decidió despejar en vez de rematar. Alto. Se dejó todo para la segunda mitad, que nos trajo la misma excelencia futbolística del primer tiempo. Quizá algo menos, pero claro, era complicado mantener semejante nivel… Más toques, toquecitos, toquetazos, pases atrás, hacia delante, izquierda, derecha, “pal centro y pá dentro”… También algunos al contrario. Una barbaridad de pases. La verdad es que fue casi un calco del primer tiempo.
Unos minutos de control y una ocasión tremenda del Valladolid que volvió a salvar Courtois. Mendy decidió que se aburría, así que metió un centro medido al delantero rival, que desde el punto de penalti voleó al cuerpo del portero belga. Hay que reconocerle que nos despertó por un instante… Un tiro raso de los pucelanos y uno rebotado de Vinicius fueron otras de las aproximaciones de esos minutos. Debo reconocer que con el disparo de Vinicius me vine arriba al ver que salía rebotado, porque esas son las buenas en el jugador brasileño. Falsa alarma. Siguiendo con los calcos de la primera mitad, Casemiro tuvo otro remate franco de cabeza que salió tremendamente desviado con todo a favor. La cabeza de Casemiro parecía el pie derecho de Vinicius. Una de nuestras mejores jugadas colectivas terminó con un disparo raso de zurda de Cafucas que detuvo el portero. Los minutos que acontecieron fueron soporíferos, hasta los canteranos oyeron crecer las barbas que aún no les han salido…
Finalmente, en otro balón parado, Casemiro puso en orden su cabeza y remató otro de los regalitos de Kroos, esta vez con acierto para nuestro alivio. Fue el momento elegido por Zidane para hacer los cambios: Cambió todo el ataque. Asensio (hoy perdidísimo), Mariano y Vinicius por Arribas, Hugo Duro e Isco. Así nos metimos atrás para buscar contras. Sólo llegó una con peligro. Un ataque liderado por Modric que abrió a Mendy y el centro de éste no fue rematado (incomprensiblemente) por Arribas. Lo demás fue un ruego para que nadie hiciera una tontería que nos costase el botín.
Lo que son las cosas, esto se ha convertido en el Madrid de Courtois y Casemiro. Un petardo de partido del que sacamos lo que buscábamos, lo esencial, donde el Real Madrid y el Valladolid jugaron a una cosa y Modric (también Kroos) a otra distinta. Ahora espera al Champions, que parecía el principal pensamiento de los nuestros en el partido de hoy.
Texto: @MrSambo92
Foto: Octavio Passos/Getty Images