#OpiniónRMB | Un Madrid redondo
El Madrid cumplió en Goya y viajará a Gran Canaria con un 2-0 en la eliminatoria de semifinales, casi sin querer, medio despeinado y con unas magníficas sensaciones. El equipo vuela y lo hace a lomos de la confianza que da el título de Euroliga. Ahora mismo parecen inabordables. Herbalife se ausentó del primer partido pero hizo un excelente segundo encuentro, uno para ganar en cualquier cancha de España, menos en Madrid. La rotación se alargó, los porcentajes fueron altos y el equipo de Casimiro tuvo rachas de una excelente defensa. Incluso se permitieron el lujo de ir ganando con cierto margen durante el tercer cuarto. Pero el Madrid parece reservar energías para la final, qué sé yo, o quizá no quieran forzar más de la cuenta de forma innecesaria. Sí da la sensación de que van en cuarta, de que se dejan algo para mejor ocasión. El caso es que el Madrid apretó las clavijas y desarboló a un equipo que dejó una gran imagen en El Palacio.
La sensación de redondez del Madrid actual me lleva a acordarme de aquel maravilloso equipo de Laso que perdió en Milán la Euroliga. Aquel año, el Madrid convirtió El Palacio en Disneylandia. Quizá este equipo no tenga la plasticidad de aquel, algo que no es negativo sino que simplemente puede que sea imposible jugar mejor que aquel Madrid, pero sí parece mucho más rotundo. Un equipo más largo, más agresivo y con más variantes en defensa, más difícil de abordar para el rival y con un auténtico prodigio al frente. Luka Doncic supone un abuso en Europa. Que esto se le ha quedado pequeñísimo es un hecho evidente, que le vamos a echar de menos hagamos lo que hagamos este verano, desgraciadamente también.
Los focos deben irse a Luka porque es irremediable, porque las estrellas como él atraen nuestra mirada atónita ante la contemplación de un talento de esa envergadura. Un imán para el aficionado. Pero sería injusto destacar sólo a nuestro Mozart. Campazzo, Causeur, Carroll, el capitán Felipe, un mejoradísimo Rudy, el buen segundo partido de Ayón y la madurez alcanzada por Trey Thomkins. Magníficos todos. Y sobre todo, la excelente serie de Walter Tavares. Otro que supone un abuso en el basket FIBA. Sí, un pivot anacrónico en este basket moderno de jugadores abiertos y cincos móviles. Pero un siete pies siempre es un siete pies, esto es basket y hay cosas que no pueden cambiarse. Tavares echa el candado a la canasta del Madrid. Intimida, impide las penetraciones, cambia tiros, asusta a los rivales y los hace jugar a contrapié. Los famosos intangibles que desbordan en Tavares. El Madrid sabe usarlo y él sabe qué tiene que hacer, y eso convierte al equipo en un rival terrible para sus rivales.
La serie se traslada ahora a Gran Canaria. Herbalife juega bien, es un equipo que está más fresco que los otros semifinalistas y tienen una confianza ciega en su excelente porcentaje de tiro. Jugarán la Euroliga el año próximo y eso es tener cubiertos los objetivos del año. No tienen nada que perder y jugarán al límite para conseguir algún punto ante su afición. El Madrid debería volverse a casa con el billete para la final en el bolsillo. Por la otra parte del cuadro, Baskonia ya le ha metido el primer derechazo a la mandíbula al Barça. La magia de Pesic parece solo una solución a corto plazo. En el horizonte se avista una final entre los dos mejores equipos del año. Pero eso ya será otra historia.
Texto: @Israelloranca
Foto: ACB