#OpiniónRMB | Rudy 2020
Rodolfo Fernández Farrés, nacido el 4 de abril de 1985 en Palma de Mallorca. Rudy para los amigos, y también para los menos cercanos. Rudy 2020, esto que parece el slogan de una candidatura a la presidencia o a unos Juegos Olímpicos, es la confirmación definitiva de que estamos ante una leyenda del Real Madrid. Terminará el contrato con 35 años, ocho ligado al club de su vida, algo que dejó bien claro en la rueda de prensa en la que confirmó su nuevo contrato, y con un palmarés al alcance de solo un puñado de jugadores.
Rudy ha tenido que competir por el corazón de los aficionados contra un capitán ejemplar, Felipe Reyes, y el jugador que mejor ha representado al club en la época moderna, Sergio LLull, el corazón del Madrid. Y eso ha terminado por mantenerlo en un segundo plano. El Madrid de Pablo Laso es un álbum de leyendas. Pero hay que reivindicar la figura de este jugador extraordinario que nos sacó de la oscuridad, que apostó por el Madrid cuando podía haberlo hecho por cualquier otro club.
Estamos ante uno de los jugadores de mayor talento de la historia del basket español, además de uno de los más versátiles. Un poco más joven que la famosa generación del 80, Rudy ha compartido la mayoría de los éxitos con los anteriores, siendo un componente tardío de la generación, el Joaquín Sorolla de la generación del 80. Especialmente dotado para el bote, el pase y el tiro, el abecé del baloncesto, Rudy se completa con una increíble capacidad defensiva, para anticipar y robar, un salto impropio de un jugador de su raza y altura, y un fuerte carácter en pista. Hablamos del probablemente jugador más completo de la historia de nuestro basket.
Y sin embargo, no son los títulos ni su especial capacidad para jugar maravillosamente a baloncesto lo que convierten a Rudy en una leyenda del Madrid. Rudy Fernández es el hombre del cambio, fue su fichaje, y nada más, lo que despertó a la sección de basket del letargo.
El 4 de julio de 2012 firmaba su primer contrato con el Madrid dando por concluida su carrera en la NBA. En aquel momento, el Barcelona de Xavi Pascual era el gran dominador del baloncesto español. Y no era un dominio basado solo en los títulos, que también, sino sobre todo en la sensación de superioridad en la gestión. Los mejores no pasaban por Madrid, el club era un ir y venir de jugadores anónimos, entrenadores con mucho o poco nombre que se veían envueltos en una vorágine de ansiedad que los terminaba por devorar, un sindiós. Y en estas, llegó Rudy.
El Madrid de Florentino Pérez decidió apostar por Pablo Laso, que había aterrizado en Madrid un año antes, y dotar a la sección del músculo suficiente para competir con nuestro gran rival. Un año después, la llegada de Rudy nos hizo creer que podíamos ganar, que los mejores también podían jugar aquí. Y fichamos al mejor posible, y a partir de ahí, ya no dejamos de ganar.
Y Rudy se unió a Felipe, a Ayón, a Sergio Llull y a un maravilloso tirador de Wyoming para completar uno de los núcleos duros deportivos más legendarios que se han juntado en Madrid. Y ganamos. ¡Vaya si ganamos! Y nos están regalando los mejores años de nuestras vidas. Y se lo debemos a todos, desde el primero hasta el último que han formado las plantillas estos últimos años, pero la historia habría sido muy diferente de no haber venido Rudy Fernández, una leyenda. Disfrutemos de él mientras siga vistiendo la camiseta del Real Madrid.
Texto: @IsraelLoranca
Foto: Diario Público