#OpiniónRMB | Cita con la historia
El Madrid se cita con la historia en Belgrado. El camino ha sido el más tortuoso imaginable, un sendero en el que siempre había más oscuridad que luz y donde las espinas superaban en número a las rosas. Una prueba hercúlea de la que solo pueden salir indemnes los equipos especiales. El Madrid de Pablo Laso lo es. Y no solo este año, porque lo ha sido siempre durante este últimos siete años, pero sí especialmente esta temporada. Un equipo de jugadores que se han negado a perder y han vencido a la derrota, al menos de momento. Porque no nos engañemos, podían haberse dejado llevar y ocultarse tras la magnífica excusa de la mala suerte. Y no lo han hecho. Simplemente decidieron que estaban aquí para ganar.
Una vez en la Final Four podríamos darnos por satisfechos, pero ése no es el carácter que forja el club de las veintiuna Copas de Europa. No se gana tanto siendo tan pusilánime. Una vez en Belgrado hay que ganar. Nos hemos acostumbrado tanto y tan bien en los últimos años que pensamos que la Final Four se juega cada año, y sí se juega cada año, pero no siempre se participa en ella. Una vez allí, y esta vez en un campo neutral, alejados ya de la encerrona que prepararon los chicos de la Euroliga el año pasado en Estambul, la opción de la victoria es muy factible. Y hay que aprovecharlo.
El Madrid llega bien. No podemos decir lo contrario tratando de apelar a ese efecto contragafe que se ha puesto tan de moda y que me produce tanto malestar. Tampoco podemos decir que el Madrid es favorito porque tanto CSKA como Fenerbahçe tienen un tremendo potencial. Sería un ejercicio de vanidad que en este caso no procede. Pero sí podemos decir que no somos peor que ninguno y que los tres mejores equipos de Europa han llegado a la Final Four, y entre ellos se van a disputar el cetro continental. El Madrid viene subido sobre la ola del efecto Llull, absolutamente devastador. Ya no hay palabras, yo al menos no las encuentro, para describir a esta leyenda del madridismo. Un jugador que ha superado la peor lesión posible y ha regresado como si nunca se hubiera marchado. Hay cosas que no están al alcance de cualquiera, hay cosas que solo las pueden hacer los elegidos. Y Sergio Llull pertenece a esta clase de personas.
La recuperación del base balear abre una nueva dimensión en la rotación de Laso. Llull supone muchos puntos, algo tangible, pero también carácter, algo que no puede medirse pero que está ahí, se siente en la cancha. El líder se cayó del caballo en agosto y ha regresado para la parte más dura de la batalla subido a un corcel blanco aún más grande. Llull es un cuadro de Ingres.
La combinación de Sergio Llull con Luka Doncic no tiene solución para ningún equipo de Europa. De lo que ellos sean capaces de producir y generar desde el puesto de base dependerán nuestras opciones de victoria. Y no albergo ninguna duda de que si ellos están bien, la Décima se viene para Madrid. El tercer hombre será Facundo Campazzo, la lesión le habrá sacado de foco, pero de que tendrá minutos no tengo dudas y de que serán importantes, tampoco. El Facu ha demostrado tener un enorme valor por tener unas características de juego muy difíciles de defender. Es un jugador atípico y esos jugadores bien utilizados son muy valiosos.
El resto de la plantilla llega quizá en el mejor momento de la temporada. Pero hay que destacar a Rudy Fernández, que se ha levantado cual Lázaro y se ha adaptado de maravilla a ese puesto de sexto hombre, seleccionando cuidadosamente sus tiros (y mejorando evidentemente sus porcentajes) y ofreciendo esa lectura de la defensa del lado débil que quizá solo él tiene en Europa. En el equipo de Llull y Doncic, Rudy bien puede ser ese factor oculto que sorprenda al rival.
El camino hacia el título debería ser el peor posible, CSKA en semifinales y, salvo nuevo milagro lituano, el Fenerbahçe de Obradovic en la final. Quizá por estilo, el equipo turco se nos adapta algo peor. Hay que confiar mucho en Tavares contra los rusos, Hines y Hunter son dos pivots que no sacarán al africano de su zona de confort, y ahí es absolutamente devastador. Y Chacho, maravilloso pero frágil. Hay que atacarlo hasta que no encuentre resuello y meterlo al poste bajo con Luka para sacarlo del partido. Fenerbahçe es un equipo muy físico, muy duro en defensa, veremos dónde sitúan el listón los árbitros, y con jugadores que anotan fácil. Y Zeljko en el banquillo. Un rival durísimo.
Esto es la Final Four, el último escalón de la competición deportiva más exigente que se juega en Europa, la Euroliga de baloncesto. La obligación del madridista es disfrutar, no solo el viernes y si ganamos, el domingo, se disfruta también ahora, hoy, ayer, los días previos. Hay que alzar la cabeza y sentirse orgullosos de este club extraordinario.
El Madrid de basket en Belgrado y el de fútbol en Kiev. Nadie puede decir nada ni siquiera parecido, gritémoslo bien alto. No hemos inventado nada ni tenemos una pasión que otros no puedan entender. Nosotros somos el Real Madrid y estamos aquí para ganar.
Texto: @IsraelLoranca
Foto portada: AS