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Este ranking puede resultar controvertido. Madridistas indiscutibles han decidido no participar. Quizá sea improcedente otorgarles brío a jugadores que no han vestido la camiseta del Real Madrid. No obstante, al detenerme más en la esencia de esta iniciativa, me doy cuenta de que si Laudrup no hubiera ingresado en este club hubiera sentido un ápice de frustración.
Y si ahondo más en la cuestión, advierto que otros incondicionales han podido quedarse prendados de otros jugadores, a veces con motivos insólitos de por medio. A mí también me gustaba de pequeño Dasayev y por causas que desconozco no aparece ni en el ranking. Sea como fuere, tiene esta clasificación un punto de anécdota pero también de recordatorio. No solo responde a un capricho personal de cada cual, sino que en ocasiones se aprecian coincidencias en nombres que ocupan puestos altos entre todos los que han puntuado. Lo anterior hace plausible que determinados jugadores por su trayectoria y su madridismo, quizá merecieron defender ese escudo. En efecto, de la misma forma que hay muchos madridistas diseminados universalmente, en el fútbol hay infinidad de madridistas que llevan su sentimiento de pertenencia de forma más o menos taciturna. Madridistas fieles a este club pese a residir en países lejanos. Madridistas como Totti se han hecho acreedores a este pequeño homenaje, a que un modesto jurado les conceda la distinción de «preteribles», un neologismo que invento para la coyuntura y que pretende plasmar esa idea de que en nuestro imaginario hay algún nombre que quisimos verlo de blanco y no pudimos.
En conclusión, me atrae mucho más indagar sobre los «preteribles» que resignarme a seguir la corriente y enunciar los «futuribles» lo cual me resulta anodino. Quizá porque en estos tiempos es difícil encontrar tantos jugadores de fuera que nos sugestionen.
Texto: Dani Benavides
