#OpiniónReal | Real Madrid Baloncesto: calidad, combatividad, astucia
Mi versión sobre el Real Madrid Baloncesto es concomitante con la del más fervoroso seguidor. No se puede escatimar en elogios. Una temporada plagada de reveses y de infortunios. No ha importado lo más mínimo. Aconsejo que uno piense en este curso baloncestístico 2017/2018 antes de volver a aludir a Pablo Laso en términos destructivos.
El Real Madrid ha despejado el camino hacia la Euroliga y hacia la Liga Endesa con una autoridad aplastante. Son dos títulos que deben saborearse con detenimiento y reflexión. Creo que este equipo y, Pablo Laso como entrenador, alcanzan su techo. Dos títulos que recompensan el esfuerzo colectivo y la confianza de un equipo que se ha crecido en las malas.
Será difícil que alguno siga añorando a Sergio Rodríguez, sobre todo con el papel que ha cumplido Campazzo durante todo el año, y en este cuarto partido en especial. Marca el ritmo, mira el aro con acierto y, por encima de todo, dirige, asiste y brega en defensa como si no hubiera un mañana.
Estoy convencido de que el Rudy pre-NBA no tendría hueco en este equipo. Saltaba más que nadie. Machacaba el aro. Tenía muelles en los pies, pero no era un jugador tan completo. Lee el baloncesto mejor que nadie en Europa. Consumado defensor. Recupera balones y molesta a partes iguales. Si su equipo lo requiere, anota de forma compulsiva, sin importarle que sea un partido de máxima presión. Su recital de hoy es para enmarcar.
Y, por último, está Doncic. Su triple en la última décima de posesión en los últimos compases de partido era la sentencia. Resolutivo. Descarado. Un quebradero de cabeza para cualquier adversario. Maduro y preparado. Gracias por todo, Luka.
Podría atribuir mérito a toda la plantilla, pero me limitaré a valorar el conjunto. Nadie duda de la calidad y el juego atractivo de este equipo, pero para ganar la final en la cancha más difícil de Europa se necesitan otros aspectos. En el día de hoy se ha demostrado que el Madrid cuenta con jugadores de gran astucia. No se han dejado llevar por las tretas sucias de Shegelia. Se ha tenido una gran paciencia en los ataques y cuando el Baskonia se ponía a 4, Campazzo era capaz de sacar una falta de pillo.
La astucia en este caso ha estado vinculada a la combatividad. Cada balón dividido era peleado por uno de blanco. Los rebotes ofensivos largos o los balones extraviados tenían a un jugador del Madrid como beneficiario, singularmente Rudy. Esa astucia y ese espíritu se traducen en más posesiones y con el acierto ofensivo de este equipo la victoria era un hecho.
Es un orgullo que el Madrid haya ganado una final peleando más que un contrario perseverante de por sí. Calidad, combatividad y astucia. Esto ha sido el Real Madrid en esta final. ¡Felicidades a todos los madridistas!
Texto: @DBenavidesMReal
Fotos: Realmadrid.com