#OpiniónReal | Croacia. Con líder, sin ego

15 julio 2018 - 11:00
#OpiniónReal | Croacia. Con líder, sin ego

Pocos de acuerdan de que Croacia estuvo al borde de no clasificarse para este Mundial. En octubre las perspectivas no podían ser más umbrías. Croacia debía visitar Ucrania en una situación extrema. Para tratar de levantar los ánimos del vestuario, Davor Suker fichó a Zlatko Dalic, entrenador sin bagaje, con un recorrido de poco alcance en el panorama futbolístico.

Desde el primer momento la prensa interpretó el movimiento como una subordinación a los jugadores. Dalic fue bien recibido por el vestuario. Casi su única medida táctica fue liberar a Modric. Colocar a Brozovic para que pudiera cubrirle las espaldas. Concederle galones a Luka.

Dalic ejerció de revulsivo. Se encomendó por completo a sus futbolistas y también a su fervor religioso –presencia los partidos acompañado de un crucifijo- y con su llegada, varió el sino, se venció en Ucrania y, por ende, la selección se metió en la repesca.

Con Dalic se vuelven a poner en solfa ciertos tópicos como que el entrenador debe someter a sus futbolistas a una férrea disciplina o que entregarse a los jugadores no es lo idóneo. Ya conocemos las opiniones al respecto de la prensa española, y como se difama a los entrenadores que apuestan por la creatividad de sus futbolistas, que confían en ellos, y que optan por conceder descansos antes que condenarles a sesiones maratonianas de trabajo.

Las objeciones a este planteamiento ya las conozco. En los últimos días he leído que las partidas de cartas intempestivas y la falta de regularidad en los entrenamientos de España han condenado en la selección. Para otros, el haberse plegado a los futbolistas ha sido la clave del ridículo español en Rusia. No obstante, Dalic sigue firme en su método.

Ayer todos los croatas dispusieron del día libre, y lo disfrutaron sin rendir cuentas de ningún tipo. Cuando cuentas con futbolistas aptos no importa que les atribuyas toda la libertad del mundo.

El ambiente de Croacia es sano. Siempre me ha llamado la atención la relación Modric-Rakitic. Como apuntó recientemente Dalic, en el césped y como rivales, ni se conocen. Cuando finaliza el partido, se abrazan y departen como si fueran dos hermanos. Son cómplices. Esa ausencia de celos de Rakitic hacia el líder, Luka, se ilustraba al acabar la semifinal. Rakitic postulaba a su compañero para el Balón de Oro, lo consideraba justo. Meritorias esas palabras, más sinceras no pueden ser estando en el club del pensamiento único impuesto.

Así son los croatas. Un líder sencillo y silencioso. Que corre más que ninguno y que hace jugar al resto, como Luka. Compañeros que suman y que no guardan ningún recelo. Dalic deja hacer. Exprime a sus jugadores en el campo, pero intenta que dispongan de descanso y de distracción fuera. Eso sí, si alguien quiere imponer su ego, como Kalinic, quien se negó a salir al campo en el primer partido, Dalic lo fulmina. La autoridad se ejerce solo cuando puede quebrar el buen ambiente.

Ahora que España busca autoridad en Luis Enrique, uno se da cuenta de que la fórmula de Croacia es la que debería estar de moda. Compañerismo, buen ambiente, amistad y, especialmente, un líder que es el que más corre, y unos compañeros que admiran a su líder sin vanidades de ningún tipo. Lo dejo caer.

Texto: @DBenavidesMReal

Foto: Nike

Director de #MadridistaReal

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