#OpiniónReal | Con el Real Madrid hasta el final
Es rematadamente fácil acompañar al equipo en los momentos de gloria, cuando se golea dos veces por semana y se levantan orejonas, lucir los colores blancos, presumir de madridismo, agitar la bufanda en el estadio y acudir a festejar los títulos al Bernabéu y a Cibeles son cosas a las que todos nos apuntamos. En momentos difíciles es cuando es sencillo borrarse, recurrir al «yo ya lo dije» o a afirmar por activa y por pasiva que el club es un desastre en todos los sentidos. Es remar a favor, así siempre tendrán razón. Porque luego todos se apuntan al «en las buenas y en las malas» y al «hasta el final vamos Real», pero somos pocos los que lo cumplimos.
Ha sido una temporada muy complicada de digerir para los madridistas, todos hemos sufrido, pero no es el acabose. El club es consciente de que pelea contra un poder que la FIFA y la UEFA encubren y protegen, el dopaje financiero. El Real Madrid compite contra eso únicamente mediante sus ingresos de explotación. Y aun así hemos logrado 4 Champions en 5 años. Ahora hay que tener paciencia y confiar en una gestión que nos ha llevado al lugar que este escudo merece. Eso, desde mi punto de vista, es mostrar fidelidad a tu equipo. Apoyarle en las buenas y en las malas, yo lo predico y lo cumplo.
Solari merece una mención especial en este artículo. Ha llegado Zidane y todos estamos plenamente satisfechos porque, junto a Florentino, es el hombre con el que el Real Madrid debe reconstruirse. No obstante, el argentino se ha mostrado como un profesional ejemplar, no le ha temblado el pulso a la hora de tomar decisiones en su mayoría indiscutiblemente justas y por ello en Concha Espina no entra en los planes que Santi Solari no continúe en el organigrama técnico del club. Ahora toca apoyar de nuevo a Zinedine Zidane, quien arriesga la cima que ha alcanzado por ayudar al Real Madrid cuando más le necesita. Pocos quedan así en un mundo de negocio como es el fútbol.
También ahora es cuando Florentino debe estar absolutamente comprometido, y estoy convencido de que así es. Ha alcanzado los 900 partidos al frente de la presidencia del club más importante del mundo y eso es sinónimo de sacrificio, algo que creo que debemos agradecer. Estar en ese cargo es agotador, pero el Madrid le necesita y por eso 900 partidos no bastan para seguir creciendo como club. Se podría retirar y lo haría ya como uno de los dos mejores presidentes de todos los tiempos, después de 5 Champions entre tantos otros títulos, acabar con la violencia en el estadio, construir la mejor ciudad deportiva jamás vista, llevar al Madrid a ser la institución más poderosa en lo económico y en lo deportivo sin llegar a la conversión en sociedad anónima ni recurrir al patrimonio de fuentes externas, entre tantos otros logros. Sin embargo, es el momento de coger aliento y continuar dirigiendo este barco hacia nuevas conquistas, entre las que se encuentra por supuesto la reforma del Santiago Bernabéu.
Por último, no quería olvidarme en este artículo de Gareth Bale. Me entristece ver a madridistas que cada día siguen el juego a la prensa y acceden a la campaña de acoso de la que me consta de primera mano que está harto el galés. Está mermado psicológicamente porque la persecución resulta verdaderamente insoportable para cualquier persona humana, a pesar de que intente siempre evadirse de estos ambientes. Aun así, Gareth sigue dando alegrías al madridismo, como en el último título conquistado, el Mundial de Clubes. Ojalá el madridismo entendiera que Bale es un tipo profesional y comprometido con el Real Madrid, y que merece y necesita todo el apoyo de su hinchada. Lamentablemente, medios hostiles como el AS siguen teniendo una excesiva influencia en algunos aficionados sólo porque redactores suyos acuden a comer a sus peñas. Una pena. Yo, particularmente, apoyo a Bale y a todo aquel que dé lo máximo por ayudar al Real Madrid Club de Fútbol.