#OpiniónReal | Athletic – Madrid: desencanto no es destrucción
Entono mi culpa. Me declaro responsable de sentir desencanto al término del partido del San Mamés. Conozco todos los pormenores del duelo. Un campo difícil. Una afición que aprieta. Un parón de selecciones de por medio, con daños evidentes en equipos como el Atlético de Madrid o el Valencia. Un Athletic de Bilbao con muchos preparativos antes del encuentro.
No rebato ninguno de los factores anteriores, pero insisto: el sábado no pude evitar cierta aprensión. Alguno esgrimirá que es por la pérdida de los dos puntos, pero no lo creo. Hay algo más. En otras ocasiones mi equipo me ha encandilado sin ganar. En la 99/00 Díaz Vega dejaba de señalar un penalti y expulsión de Sergi Barjuán, el equipo no se descompuso, jugó bien y empató a dos con un tanto de Raúl que en cuya celebración mandó callar al Camp Nou. En la época de Benítez, el equipo en inferioridad numérica se lució en Mestalla, pero se empató a 2. En ambos encuentros, el Madrid dio lo mejor de sí sin que fuera suficiente para sumar la victoria.
En definitiva, el equipo puede encantarme y, en cambio, no ganar. Puede con más frecuencia ocurrir a la inversa. El sábado, pese a que se detectaron aspectos positivos, el Madrid me sumió en cierto desencanto.
Soy consciente de que Unai Simón fue un héroe. Se manejó con oficio y realizó intervenciones cruciales. El Athletic se empleó con fuerza y metió el pie sin concesiones. Defender al hombre en determinadas zonas obliga a cometer faltas bruscas si se supera el marcaje. Todo ello lo constato y lo contemplo como atenuante. El adversario hizo su partido de forma certera. El Madrid no se arrugó. Nada que objetar a la actitud. Los jugadores querían. Los signos de Carvajal por sacar rápido eran manifiestos. Nada de desidia. Se llegó con claridad, quizá más en transiciones después de recuperación, pero se pisó área rival.
Actitud, ocasiones, esfuerzo.., alguno alegará que echó en falta esos elementos en partidos de Liga y de Copa en el pasado curso (ante el Espanyol en liga por ejemplo). Y es cierto. No obstante, me mantengo impertérrito. Sentí cierta amargura. Y no, no pienso que se haya perdido la Liga. Al contrario, soy de la tesis de que este equipo va a ganar el campeonato liguero. No extrapolo ni generalizo.
Lo que sí hago es describir mis sentimientos sin tener que acogerme a ninguna línea. Son impresiones espontáneas, previas a cualquier influencia. Creo que el Athletic no sorprendió a nadie. Era de esperar su empuje y agresividad. Quizá faltaron más jugadores aptos para esa batalla. Para las disputas. Sin Casemiro, alguien que desempeñara su papel.
Faltó algo de atrevimiento para apostar por jugadores “con piernas” y con ganas de ganarse minutos. Faltó remover el once. En un partido así, el Athletic encontró en Capa un balón de oxígeno. En determinados partidos, especialmente después de un parón de selecciones, sobran nombres y falta vigor, energía.
¿Ser oportunista? Yo analizo el partido desde mi individualidad. Tengo la sensación de haber perdido una gran oportunidad de haber optimizado más el once. Una pena. Y todavía leí madridistas molestos con que Luis Enrique no convocara a Lucas. Ojalá no convocara a ninguno. Luego cuesta rotar y dosificarlos.
Texto: Dani Benavides
Foto: Standard UK