Opinión | Vuela libre, pajarito
Hace unos meses, antes incluso de la pretemporada, escribí en esta misma revista sobre la figura de Federico Valverde. Sonaba raro que algunos como yo tuviéramos esa confianza en un jugador con apenas peso en el equipo la pasada temporada, y que no había brillado con luz propia en ningún partido en concreto. Gente como Valdano «no veía nada de lo que me contaban de Valverde», y un gran sector del madridismo se mofaba de la posibilidad de que el uruguayo fuera titular en muchos partidos. El tiempo, juez implacable, ha puesto a cada uno en su lugar.
Y es que Zinedine Zidane podrá cometer muchos errores (a juicio de cada uno, por supuesto) pero de fútbol sabe un rato. Y por eso no extraña su predilección por el centrocampista uruguayo desde su regreso al banquillo. Salvando las distancias, podría ser su «Pogba» ante la ausencia del francés. Valverde solo necesitaba confianza y minutos, porque las cualidades siempre han estado ahí…para el que las ha querido ver. Y por fin vemos al «Pajarito» soltarse y volar libre, mostrando ese despliegue físico tan impresionante y unas condiciones técnicas superiores a lo que se piensa. Aún no es titular indiscutible, cierto; pero a este nivel, ¿quién lo saca del once titular?.
Ya avisó Álvaro Benito: «aún no hemos visto ni la mitad de Fede Valverde, no está jugando suelto. Tiene que soltarse». Y después de un notable partido en el Wanda Metropolitano (su titularidad aquel día es una prueba más de la confianza mostrada por Zidane en él), el uruguayo se soltó ante el Granada, mostrando todo su repertorio: recuperaciones de balón, efectividad en los pases, apariciones por todas las zonas del campo, asistencias, disparos de media y larga distancia…lo que es un jugador completo con todas las de la ley. No es Pogba ni ha costado 100 millones, y puede que por ello nadie le tuviera en cuenta. Es un diamante por pulir…y es nuestro.
Es cierto (e incluso lógico) que un jugador como Fede nunca entrará por los ojos de la gente como otros. Pero no por ello hablamos de un chico exento de calidad. Pocos jugadores brillan de esa manera en un filial como lo hizo él, y sobre todo pocos se hacen con un sitio en la exigente selección uruguaya antes de ni siquiera haber debutado en primera división. De hecho, tras jugar poco el año pasado, fue titular con su selección en la pasada Copa América, muestra inequívoca de que hablamos de un jugador especial. Y no solo por sus condiciones anteriormente citadas; también se trata de un jugador disciplinado, muy maduro para su edad y con un espíritu competitivo muy necesario en este Real Madrid. «Correré hasta que las piernas me revienten», dijo tras el último partido. Mayor declaración de intenciones, imposible.
Pero la pregunta es, ¿es un espejismo su partido ante el Granada, o fue el verdadero Fede Valverde? Yo tengo claro que lo segundo, y añado: puede hacerlo todavía mejor. La prueba es que cada partido ha ido a más: tímido ante Osasuna, bastante mejor en el Wanda y el mejor del partido ante el Granada. Y en el fútbol actual, tal y como está evolucionando, los jugadores más importantes son los de las características del uruguayo. De hecho, y salvando las distancias, está haciendo las funciones de Pogba en el Madrid. La diferencia radica en el precio, y seguramente en la actitud, aunque también es cierto que el uruguayo no tiene la capacidad goleadora del francés.
En conclusión, estoy convencido de que el futuro centro del campo del Real Madrid tendrá en Federico Valverde un inquilino fijo. Pero no solo hablamos de futuro: es un jugador fundamental y necesario para el presente. Uno de esos que jamás te deja tirado, ni va a dejar una gota de sudor sin salir de su cuerpo. Un animal competitivo, en resumidas cuentas. Necesitaba varios partidos para coger confianza, y ya los ha tenido. Confiar en él, porque hablamos de uno de los grandes dominadores de su posición (aunque puede ocupar varias) en los próximos años. Y no hay que ficharle; este es nuestro.
Foto: Ángel Martinez/Getty Images