Opinión Real | Felicidades, madridistas
El mes de mayo acaba de aterrizar. Y es probablemente el mes de mayo más raro que podamos recordar. Se presenta un mes de mayo que nos endosa la deprimente ausencia de la emoción que nos encumbran los fines de semana decisivos, un mes de mayo sin la plaza de los Sagrados Corazones repleta con la emoción de ambientar una nueva llegada busiana, sin el rugir del Bernabéu, que no celebra un gol desde que Mariano vacunara al Barcelona en la que no sabíamos que era la última victoria de nuestro Madrid en mucho tiempo. Un mes de mayo sin campeones de Liga, sin campeones de Copa, y sin ese olor a Copa de Europa que tanto nos enciende a los madridistas cual fiera hambrienta.
Este mes de mayo no vamos a tener la opción de conquistar de nuevo nuestro trofeo favorito. Europa respira tranquila, de momento. Aunque, pese a la negatividad de esta situación, que parece indomable, los madridistas tenemos un motivo para alegrarnos de que un año más llega el mes de mayo. O bueno, concretamente 13.
El mes comprendido entre el 11 de mayo y el 13 de junio es territorio blanco. El mes en el que desempolvamos nuestro baúl de los recuerdos, nuestros álbumes de fotos más preciados y rememoramos sonrisas y lágrimas de emoción junto al resto de nuestra familia blanca. Y quiero aprovechar este artículo para felicitaros a todos, madridistas, por esas 13 Copas de Europa que van a ir cumpliendo años estas próximas semanas.
A lo largo de este mes, los madridistas volvemos a recordar a nuestras estrellas pretéritas, al legado que nos dejaron los Puskas, Paco Gento, Amancio, Kopa, o Alfredo Di Stèfano, de quien dijo Pelé que fue el jugador más completo de la época. Alfredo es el símbolo más representativo de lo que es el Real Madrid, y cosechar 5 Copas de Europa consecutivas ha sido obra única y exclusiva del equipo que su figura lideraba. Y, por supuesto, recordamos a don Santiago Bernabéu, el artífice de la grandeza y la magnitud excelsa del Madrid, y que tenía un aura especial según Uli Stielike. Así que, por esas 5 Copas de Europa consecutivas y la del 66, La Sexta, que convirtió a Gento en el hombre más laureado de esta preciosa competición, felicidades, madridistas.
Recordaremos también la Copa de Europa que nos trajo una generación que contaba con el peso de 32 años sin cosecharla a sus espaldas, y después de que ni siquiera La Quinta Del Buitre hubiese sido capaz de ganarla. Por aquel entonces, el Real Madrid conquistando la Copa de Europa era una hazaña del pasado. Ese gol de Mijatovic rompió la maldición y Lorenzo Sanz (q.p.d) cumplió el sueño por el que tanto trabajó. Por ello, felicidades, madridistas.
No tardó en llegar la Octava. Ganada en París, al Valencia. Una historia que es la cuna del odio enfermizo hacia el Real Madrid que en la capital del Turia es pandemia. Un equipo brillante que culminó su obra con un regate de Raúl a Cañizares para poner un 0-3 en toda una final. Pero a pesar de ganar. Por aquella Octava Copa de Europa, felicidades, madridistas.
Y llegó Florentino Pérez. El Bernabéu del siglo XXI, el hombre más importante de la historia moderna del Real Madrid. Conquistó a Zidane firmándole el contrato en una servilleta y eso era un buen presagio, reflejo de lo que Florentino iba a ser capaz hacer a lo largo de los próximos 20 años. El Presidente trajo a Zidane y Zidane, con una volea de ensueño, la Novena. Por esa silueta del brillante remate que es historia viva del fútbol, felicidades, madridistas.
La Décima cumplirá también años. 6, ya. Ese cabezazo de Sergio Ramos que nos hizo vibrar como nunca, el gol más celebrado que jamás haya podido existir. Perdíamos la final que llevábamos 12 años esperando y todo se derrumbaba. Nuestro capitán voló al cielo de Lisboa para reivindicar que el Real Madrid y la Copa de Europa son dos elementos predestinados a estar unidos. Esa era la primera piedra de lo más cercano a la era Di Stèfano que podremos llegar a vivir. Felicidades, madridistas.
La Undécima, la Duodécima y la Decimotercera llegaron seguidas. Con ese hombre cuyo primer vínculo con el Madrid se firmó en una servilleta, Zinedine. Tú otra vez. Quien también estuvo presente en La Décima aunque no lo recordemos. Gracias a su brillante trabajo junto a un catálogo de jugadores únicos como Marcelo, Ramos, Varane, Benzema, Gareth Bale, Kroos o Luka Modric, se gestó la época más gloriosa que los madridistas hemos podido vivir recientemente. Mención especial a Cristiano Ronaldo. El único al que el madridismo sitúa a la misma altura, si no por encima, de Alfredo. Un hombre cuya mentalidad es de tamaña magnitud como la del mismísimo Real Madrid. Y claro, si juntas dos factores así, el éxito está garantizado.
Este mes de mayo no podremos ampliar nuestra historia, no podremos escribir nuevas páginas en nuestra gloriosa monografía que podamos recordar y celebrar en el futuro. Pero festejemos las victorias del pasado en este mes tan emotivo para el madridismo, nosotros que podemos. El rebaño rojiblanco no tiene más remedio que buscarse otros planes. Felicidades, madridistas.