Opinión | Nueve veces diez minutos
Una vez me dijeron que la vida dura diez minutos. Y que cada diez minutos, sucede una vida. Esto último lo dije yo, la última vez que fui a un kebab con un amigo. Nacimiento (pedir la comida), amor (recibir el dürum), reproducción (comértelo en el banco del parque) y muerte (el último bocado). En diez minutos, se sucedieron las cuatro fases del círculo de la vida.
En su día, tuve curiosidad por recordar varias vidas, y leí sobre la reencarnación y el karma. Decidí dividir la mía cada diez minutos, para así poder experimentar muchas. De esa manera, si una vida sale mal, al poco hay una nueva que gastar. Como los gatos, que tienen siete, pero viven cada una como si fuera la última.
Por ejemplo, me gusta montarme en el Metro. Ver las caras de gente que durante diez minutos coincide contigo en un vagón por azar, y a la que no vas a volver a ver jamás en tu vida. O los amores de diez minutos en la biblioteca, sin hablar, hasta que uno sale a comprar un café y a la vuelta ha cambiado la sala. Una vez de fiesta, pasé de estar con una chica y tener un amigo, a quedarme sin chica y sin amigo, en diez minutos. Vuelta a empezar. Borrón y vida nueva.
Hay mucha tragedia en diez minutos también. Diez minutos pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte, y si no, que se lo digan a Niki Lauda durante aquel accidente en Nürburgring. Incluso, el Manchester City puede marcarte dos goles en diez minutos de partido. O pueden ser diez minutos el rato que uno se quede mirando al techo, esperando dormirse por fin.
Se dice que Jesús resucitó a los tres días, pero pasaron diez minutos desde que vieron la puerta del sepulcro rota, hasta que se dieron cuenta de que allí dentro ya no había nada. Creo. En diez minutos puede uno verse un tutorial de cualquier cosa en YouTube, o leerse un hilo conspiranoico de dudosa fiabilidad en las profundidades de Internet. Diez minutos puede ser un calentamiento, o dos rounds encima de un ring. Yo tardo diez minutos (algo más, según mis amigos, pero no les hagáis mucho caso) en ducharme y prepararme para salir.
Conozco a más de uno en Twitter que tarda diez minutos en escribir un tweet y que se haga viral. Y a algún otro que si le dejas solo de fiesta durante diez minutos, aparece con otra copa, dos mensajes ridículos a su ex, y siendo amigo de tres grupos nuevos. La mejor escena de la historia del cine, El Bautizo de El Padrino, dura casi diez minutos. Y anda que no cambia la historia de la película con ese giro.
Diez minutos hacen falta para leerse un buen capítulo de un libro. Siempre juego al ajedrez online en rápidas de diez minutos en el reloj, una vida para cada jugador. En diez minutos, se puede perder mucho dinero en la bolsa por un mísero tweet de Elon Musk. Si con una palabra
se puede arruinar una relación, con diez minutos se puede iniciar una guerra, y con la estrategia adecuada, también se puede terminarla.
Todo es cuestión de perspectiva. Si diez minutos pueden ser muy largos, noventa pueden ser molto longos, como dijo Juanito. Y mirándolo de este modo, el Real Madrid tiene nueve vidas mañana para remontar las semifinales de Champions.
Nueve veces diez minutos, para volver a ser lo que fuimos.
Texto: @Cruzetus