#Opinión | Luka Modric y el madridismo
Aunque cada vez sea menos habitual, históricamente se ha asociado la nacionalidad o la procedencia de la cantera como motivo principal para medir el «madridismo» o sentimiento de un jugador del Real Madrid. Luka Modric nos viene a demostrar lo contrario: ni canterano, ni español y ni siquiera uno de los capitanes, pero un ejemplo de como priorizar el club por encima de todo en una época muy complicada para todos. Y, porque no decirlo, su excelente ejemplo deja en mal lugar a otros.
Corría el año 2012 cuando a tres días de cerrarse el mercado de fichajes, el Real Madrid firmó a Luka Modric por algo más de 40 millones de euros. No es este un artículo para hablar de la trayectoria deportiva del croata, que es de sobra conocida: pieza indispensable de 4 Champions y 2 Ligas, y ganador de un Balón de Oro en el año 2018. Resumiendo, uno de los mejores fichajes de la historia del club y también uno de los más rentables (y eso que tanto en Madrid como en Barcelona pusieron ganas en denigrarlo, buen ojo tienen). Pero es su comportamiento el que lo ha terminado de elevar a los altares.
Mientras la prensa se dedica a sacar rumores infundados de posibles fichajes, los aficionados se excitan con cualquier jugador que pueda «interesar» para el próximo verano y otros piensan en renovaciones, Modric ha puesto de manifiesto lo que es ser madridista más allá de nacionalidades y trayectorias. Luka no solo no ha puesto problemas a la hora de renovar, sino que ha aceptado dos rebajas salariales, entendiendo a la perfección la situación del club y sus empleados en un momento tan complicado. En un mundo cada vez más egoísta, y mientras algunos periodistas hacen de voceros a través de filtraciones para que otros puedan renovar (algo que no solo pasa en el Madrid), Modric piensa en el bien del club, sin importarle que seguramente pueda cobrar más en otras ligas.
A esto hay que sumarle un condicionante importante: el rendimiento deportivo. No es el caso de un jugador a la deriva que acepta renovar a la baja para asegurarse al menos un último contrato. Modric está siendo uno de los mejores centrocampistas de Europa desde que se inició la temporada, con la sensación de haber rejuvenecido una década justo cuando el centro del campo estaba en más problemas. Si no es el mejor jugador del equipo desde agosto, poco le debe faltar. Lejos de montar polémicas o exigir más, Modric ha sabido asumir su papel de jugador veterano, haciendo cundir el ejemplo, no poniendo problemas al club y dedicándose a recuperar un nivel sobresaliente en el césped.
Y es que ya el año pasado demostró el croata su profesionalidad y el cumplimiento del «por encima de todo estará el Real Madrid». Cuando tuvo que ser suplente ante la irrupción de Fede Valverde, asumió ese rol de jugar las segundas partes sin poner una mala cara. Y es ahí nuevamente donde las odiosas comparaciones hacen acto de presencia. Que cada uno piense en un nombre, pero son múltiples jugadores los que han decidido marcharse o no renovar por no tener asegurado un puesto. Y ya ni hablemos de los que utilizan o han utilizado a la prensa para hacer notar su disconformidad por no jugar. Pues todo un Balón de Oro es capaz de asumir su papel, rendir cuando le toca y estar a disposición del entrenador, ya sea para jugarlo todo como ahora o para salir en el minuto 75.
Los «42 millones para tapar vergüenzas» mejor invertidos de la historia, también han resultado el ejemplo ideal de lo que un futbolista del Real Madrid debe representar. Solidaridad con la institución y sus empleados, compañerismo, profesionalidad y saber estar, además de derramar hasta la última gota de sudor y cuidarse lo suficiente para tener el nivel que tiene con 35 años. Y un servidor ha de reconocer que esto último no lo esperaba, ya que si de la profesionalidad del croata nunca he dudado, si pensaba que deportivamente su etapa tenía que concluir. Nada más lejos de la realidad; Modric es indispensable en el actual Real Madrid, y no está dando ni un solo motivo para que, pese a la edad, tenga que salir del once titular.
En conclusión, quien quiera tener el cariño de todos y ser leyenda del madridismo con el paso de los años, que se fije en Luka Modric. Él marca el camino de lo que un profesional del mejor club futbolístico que existe debe ser. En medio de una pandemia ha dado un ejemplo de lo que, siendo lógico, no lo es tanto en un mundo como el futbolístico en particular y el deportivo en general. Si algún día me preguntan que es madridismo, sin duda señalaré al número 10 del Real Madrid como uno de sus mejores exponentes.