#Opinión | Los gladiadores se refugian en su coliseo
Hace unas horas, el Real Madrid cumplió más de 1.000 días consecutivos como campeón de Europa. Tres años de lucha, tres años de esfuerzo, tres años de sacrificios, tres años de coraje y voluntad… Tres años en los que hemos visto a muchos ir y venir, subir y bajar, caer y resurgir, hacerse cenizas para luego ser un ave fénix. Un equipo que ha visto a muchos gladiadores investirse la armadura blanca y a algunos otros, quitársela después de algún tiempo.
Hoy, estos gladiadores de orgullo herido por lo que han vivido en su camino hasta estas semifinales de Copa se enfrentan a su máximo rival, el Barcelona, con un objetivo claro: vencerlo para llegar a la final. Hoy, estos gladiadores se refugian en su coliseo para hacerse más fuertes, más temibles, más imponentes. Hoy, estos gladiadores piden a los asistentes que hagan sentir la fortaleza que tiene este templo, la fortaleza que tiene su afición.
Y en tan solo unos días estos mismos gladiadores volverán a pisar su coliseo, volverán a pedir el apoyo de su afición porque por muy imposible que parezca, siguen creyendo que ganar La Liga es posible. En otras palabras, estos gladiadores se juegan dos tercios de la temporada en una semana; copa y liga pueden decidirse en tan solo tres días. Por ende, el coliseo blanco tiene que rugir, tiene que ser ensordecedor el apoyo hacia sus gladiadores desde el minuto 1 de este miércoles hasta el minuto 90 del fin de semana, por lo menos.
A pesar de las heridas sufridas en el camino hasta su coliseo, aún pueden triunfar, gladiadores. A pesar de los tropiezos, aún pueden levantarse. Y pueden hacerlo refugiados en su arena, en su campo, corriendo como solo ustedes saben hacerlo, rematando y anotando como solo ustedes saben hacerlo. A ustedes, gladiadores, a quienes siempre dan por muertos, a quienes siempre dan por hechos polvo, pero luego demuestran que son el más imponente ave fénix que haya visto este deporte hasta nuestros días. Los esperamos de brazos abiertos en nuestro coliseo para librar una batalla que nos permita llegar a la gloria.
Texto: Simón Antonio do Couto
Foto: AS