Opinión | Los Fariseos
Llevamos varios días, semanas, en los que la hipocresía y la demagogia se han apoderado del mundo del fútbol. Ahora parece que el fútbol se divide en fútbol de ricos y fútbol de pobres. En fútbol de las élites o en fútbol del pueblo llano. Parece que el fútbol se divide entre los que tienen derecho a sentir su equipo y los que no tenemos derecho a ello. Parece que el fútbol de los modestos importa, pero de boquilla porque, a la hora de la verdad, un documental de National Geographic llamado “Los más letales de África”, tiene más audiencia que un Alavés que está jugándose el descenso contra un Villarreal semifinalista de la UEFA Europa League.
Parece que la hipocresía y la demagogia han llegado al mundo del fútbol ahora, pero no… Llevan mucho tiempo. Escondidas. Dentro de algún que otro aficionado que está esperando el momento justo para sacarlas a relucir. Y ese momento ha llegado ahora, como llegó el de los derechos televisivos. Aquel séquito de Fariseos enfadados con el mundo porque Real Madrid y FC Barcelona eran los que más generaban e “injustamente” se repartían todo el pastel… Siguen aquí. Con nosotros. Acudiendo al bar en masa a ver partidos de Real Madrid y Barcelona y formando parte de lo que por aquel entonces, era un clamor de justicia por parte de un José María del Nido que, años después, volvería a clamarla tras ser imputado por presuntos delitos de tráfico de influencias, falsedad en documentos y prevaricación.
Esos mismos Fariseos estuvieron callados durante mucho tiempo. Amenazaban con volver cuando algún equipo ganaba la Champions, pero tras ganar tres seguidas, volvieron a esconderse. No había atisbo de ellos hasta la pasada semana, pero han vuelto. Y lo hacen bajo una nueva batuta sustentada en tres pilares: Ceferin, Tebas y Rubiales. Esperaban su momento. Sabían que iba a llegar. Llevaban tiempo callados y ahora, años después, salen cual Miura: arremetiendo sin pavor ni estupor.
En Europa está la cabeza pensante: Ceferin. La Superliga que me va a impedir ver una hazaña de un club modesto contra un gigante… Mal. La Liga de las Naciones organizada por la UEFA de Ceferin que me priva de ver una hazaña de una Selección modesta contra una Selección gigante… Bien. Semifinales con cuatro clubes grandes… Mal. Semifinales con las Selecciones de España, Italia, Bélgica y Francia… Bien. La hipocresía y la demagogia vuelven a relucir.
De verdad, ¿alguien pensaba que el Bayern iba a entrar en la Superliga ganando las últimas diez Bundesliga? ¿Alguien pensaba que el PSG iba a formar parte de la Superliga teniendo el Mundial de Qatar a la vuelta de la esquina? ¿Alguien pensaba que Boris Johnson, con Wembley como sede de la Final de la Eurocopa, no iba a presionar a los seis clubes ingleses para salir de la Superliga? De verdad, ¿alguien lo pensaba?
¿El resultado? Rummenigge ha sido nombrado representante del Comité Ejecutivo de la UEFA, Al-Khelaïfi nombrado Presidente de la Asociación de Clubes Europeos (ECA) e Inglaterra premiada con más partidos de la Eurocopa. Ceferin gana adeptos mientras que el aficionado se cree que el fútbol europeo gana con un jeque árabe al frente de la ECA que se ha gastado 1.300 millones para llegar a una Final de la Champions y perderla… ¡Con lo fácil que es ganar una Champions!, decían.
Los Fariseos siguen agrupando a más personas. El primero de ellos, Pep Guardiola, que hablaba de que la Superliga eliminaba el esfuerzo y la recompensa. Él. Esfuerzo. 800 millones para ganar 2 Premier League y no llegar a la Final de la Champions en cinco temporadas. Si de esfuerzo sabe poco, imagínense de recompensa…. Ander Herrera. Otro de los que se ha querido unir a esta nueva generación de Los Fariseos. El español escribió unas líneas preciosas con frases como “me enamoré […] del sueño de ver al equipo de mi corazón competir contra los más grandes”. Hubieran sido preciosas si las hubieran escrito Puyol, Xabi Prieto o Bruno Soriano. Es muy fácil escribirlas desde París, cobrando de un club-estado con dinero proveniente de la dictadura qatarí.
Como no podía ser de otra manera, Ceferin y compañía le guardaban un hueco al más grande: Piqué. “El fútbol es de los aficionados”, decía. Mientras tanto, Piqué compró una plaza para que el Andorra pasara de jugar en Primera Catalana a Segunda B sin pasar por Tercera División. Consejos vendo y para mí no los tengo.
Aquí, en España, también tenemos a dos de los tres Fariseos más grandes. Tebas y Rubiales. Rubiales y Tebas. La Federación se lleva la Supercopa de España a Arabia Saudí por el aficionado. Tebas se ha querido llevar partidos de LaLiga a Miami y pone partidos a la 13:00 por ti y no por los estadounidenses y los chinos. Los clubes suben sus entradas cuando les visita Real Madrid, FC Barcelona o Atlético de Madrid porque miran por sus aficionados. Todo por y para el aficionado y no porque el fútbol, como cualquier negocio, lo mueve el dinero del que tú, querido lector, también formas parte pagando tus 120 euros al mes para poder ver este bendito deporte.
Desgraciadamente, es una realidad: los Fariseos han vuelto. Lo hacen cuando el fútbol y el aficionado está más débil y, con tal de que el sistema, SU sistema, no caiga, se autoengañan. Mientras tanto el mítico Girondins de Burdeos está a punto de desaparecer, los clubes modestos de Segunda B y Tercera División siguen sin saber qué competición de las nuevas que se han creado les va a tocar el año que viene y el Manchester City y PSG juegan unas semifinales de Champions después de haberse saltado el Fair Play Financiero de la UEFA. Bienvenidos, Fariseos.
Ezequiel Marín González – @ezequielmargon