Opinión | Florentino Pérez y el PC Fútbol
El tramo que comprende entre el final de una temporada y el comienzo de otra suele ser una pequeña travesía por el desierto para los aficionados al fútbol, un viaje especialmente duro cuando no aparece algún oasis en forma de Mundial o Eurocopa. Que los diarios deportivos registren sus mayores ventas en la época estival no es casualidad. A falta de partidos, el seguidor alimenta sus expectativas con fichajes, ya sean oficiales o simples rumores. Aunque mayo acabe cercenándolas de golpe, pocas cosas hay más estimulantes que las ilusiones creadas al arranque de un nuevo curso futbolístico.
Y, más allá de filias o fobias, lo que todo aficionado al fútbol le debe reconocer a Florentino Pérez es que estos culebrones veraniegos cobraron una nueva dimensión desde que el empresario llegó al sillón presidencial de la Casa Blanca. El impacto del fichaje de Figo, la servilleta de Zidane, el desembarco de Ronaldo, las multitudinarias presentaciones de Kaká y Cristiano Ronaldo… son muchos los capítulos que ha protagonizado la entidad de Chamartín en casi dos décadas.
Quizás esos antecedentes hacen que la parroquia blanca espere un nuevo golpe de efecto en el mercado, especialmente tras un año duro, en el que el Madrid descabalgó de las carreras por cualquier título allá por el mes de marzo. Así, uno se despierta cada día al calor de portadas que hablan de Neymar, Pogba, Mbappé, Eriksen… la lista es casi tan larga como la de los Reyes Godos.
Por el momento, el Madrid ya ha dado la primera píldora con el anuncio de la llegada de Luka Jovic, pero el hambre de un sector de la afición no parece saciarse con eso, ni con que las negociaciones por Mendy y Hazard estén muy avanzadas. Aquí parece que estemos jugando al Monopoly, con dinero de mentira, o, peor aún, al PC Fútbol (me voy haciendo mayor), donde lo único que importa es fichar a aquellos cracks que tengan la mejor valoración.
A todos estos seguidores les diré que, afortunadamente, hay gente que trabaja en el club que no se deja llevar por un vídeo de cinco minutos en YouTube con regates y goles imposibles. Si se tratase de eso, ¿quién no ficharía a Neymar o Pogba? Y hablando de estos dos jugadores, pocos aficionados pueden poner en duda la calidad del brasileño y el francés, pero tampoco se puede perder de vista que un futbolista profesional es más que lo que muestra en un terreno de juego durante 90 minutos. El último (como con las noches de juerga, siempre hay que decir el penúltimo) episodio de Neymar, acusado de violación, y el dardo que lanzó Mourinho sobre Pogba dejan claro que estamos ante jugadores con un don especial para este deporte, pero también con un entorno que puede ser un arma de doble filo.
Por tanto, dejemos que el club trabaje, se atiendan las peticiones de Zidane, que para eso tomó las riendas de una forma tan prematura, y entendamos de una vez por todas que la realidad no es videojuego, y que a la hora de alinear un equipo priman muchas otras cosas más allá de la valoración de mercado de los futbolistas. Y si no, recuerden cuántos títulos logró la plantilla que aglutinó a Ronaldo, Zidane, Beckham, Raúl, Figo o Roberto Carlos.