Opinión | El Real Madrid tiñe de blanco una liga llena de adversidades
OSCAR DEL POZO / AFP via Getty Images
El Real Madrid ha teñido de blanco el título liguero pese a que pocos confiaban a principio de temporada en que esto sucediera. El bueno de Carlo Ancelotti ha tenido que afrontar junto a su plantilla infinidad de lesiones, arbitrajes polémicos y diferentes adversidades a las que se ha repuesto para conquistar su trigésimo sexta liga
Primero se tachó a Ancelotti de no ser un buen entrenador sino un simple administrador de plantilla, después cayeron lesionados pilares fundamentales de la plantilla como Courtois, Alaba o Militao y se aseguraba que el Real Madrid no podría aguantar todo el campeonato a base de goles de Bellingham. Con todo ello, el equipo de Carletto hizo una gran bola de papel y la tiró a la basura para comenzar a crear su propia historia en una liga que parecía no empezar con buen pie por las lesiones y las sensaciones.
El problema de los cruzados, un fatídico parón de selecciones y la primera derrota
Las desgracias siempre vienen juntas y eso lo sabe el Real Madrid. El primero en caer lesionado fue Courtois en un entrenamiento, le siguió Militao en Bilbao y Alaba en diciembre, los tres cayeron lesionados del ligamento cruzado anterior por lo que Carletto tuvo que reinventarse para darle solución a todos los problemas que se abrían en la defensa. A las lesiones del belga, el brasileño y el austriaco se unieron las tres que sufrió Arda Güler en la rodilla y a nivel muscular, además de la baja de Vinicius durante tres meses y Camavinga durante otro considerable periodo de tiempo después de caer lesionados en el parón de selecciones de noviembre.
Los astros se alinearon para que nada funcionase en el Cívitas Metropolitano y el conjunto merengue cayese derrotado en tierras rojiblancas. En un abrir y cerrar de ojos, Ancelotti se encontraba con la primera derrota de la temporada y gran parte de la plantilla lesionada. Entonces llegó aquel Clásico que decidió Bellingham en Montjuic para que los blancos comenzasen a ver algo de esperanza en el camino. Gracias a los goles de Bellingham, la brutal irrupción de Brahim y el sensacional estado de forma de Rüdiger, Carvajal y Lunin en defensa, el Real Madrid terminó el año líder de una liga que parecía estar preparada para que no acabase en las vitrinas del Santiago Bernabéu.
Constancia y superación, la clave del éxito en LaLiga de Ancelotti
En enero vimos por primera vez a Arda Güler y, con Vinicius y Camavinga de vuelta, los de Ancelotti se trajeron la Supercopa de España bajo el brazo tras su visita a Arabia Saudí. Hubo molestias físicas de todo tipo en la plantilla merengue pero en ningún momento se utilizó como excusa cuando el equipo estaba en horas bajas. El camino siguió sin ser fácil pero los blancos continuaron con paso firme, se recuperó Militao reapareciendo en el Bernabéu y también lo hizo Courtois tras superar una segunda lesión de rodilla.
Los pupilos de Carlo Ancelotti, con el técnico italiano incluido, lucharon hasta que el pasado 4 de mayo pudieron proclamarse campeones matemáticamente tras su victoria ante el Cádiz y la remontada del Girona contra el Barça. Han pasado por infinidad de lesiones, muchas críticas y algunas veces incluso fueron perjudicados por los árbitros como en el escandaloso partido en Mestalla que les arrebató dos puntos pero, aún así, Carlo Ancelotti ha sabido como guiar a su equipo hacia la victoria para convertir a toda la plantilla artífice de un logro histórico y de una liga en la que pocos confiaban por culpa de todas las adversidades que ha tenido que superar el elenco merengue.
Ahora solo falta celebrar en Cibeles este logro con el título de liga en las manos, el madridismo sonríe y le agradece a sus jugadores y a su entrenador la consecución de una nueva liga y la noche mágica que vivieron el miércoles en el Santiago Bernabéu tras eliminar al Bayern Múnich y clasificarse a la final de la Champions League. El madridismo, como sus jugadores, está en un momento de euforia total que no quieren que se acabe.