Opinión | El conjuro de Cibeles que da paso a la gloria
GABRIEL BOUYS / AFP via Getty Images
El próximo domingo, una vez más, el fervor se desbordará en las calles de Madrid, y es que el Real Madrid visitará a su venerada Diosa Cibeles. Pero esta vez, la ceremonia será especial, cargada de un simbolismo aún más profundo
El Real Madrid, tras una desafiante temporada, llega a la Plaza de Cibeles para celebrar su campeonato de liga. Sin embargo, más allá del título doméstico, esta visita adquiere una dimensión mística, un acto de conjuro antes del desafío supremo, la final de la Champions League.
Cibeles, la madre de los dioses, la guardiana de la ciudad, es una testigo y protectora del Real Madrid en su búsqueda de la gloria europea. Su estatua representa la historia, el legado y la grandeza de un club que ha marcado, marca y marcará una época en el fútbol mundial.
El ritual madridista
Para los madridistas, la visita a Cibeles no es simplemente un festejo, es un ritual cargado de significado. Es el momento en el que el equipo se conecta con su esencia, con su identidad, y busca la bendición divina para el desafío que se aproxima. Un acto de comunión entre jugadores y afición, un lazo invisible pero poderoso que une corazones en un mismo anhelo, la victoria.
Y es que esta visita, este conjuro, llega en un momento crucial. El Real Madrid se prepara para enfrentarse al Dortmund en la final de la Champions League. En la mitología griega, Cibeles representaba la fertilidad, la madre tierra que otorgaba vida y prosperidad.
Una visita con hambre de Champions
En el imaginario madridista, Cibeles es símbolo de victoria, de triunfo y de gloria. En esta visita, los jugadores depositarán sus esperanzas y sueños a los pies de la diosa, implorando su protección y su favor para el gran duelo que les espera.
La final de la Champions League no será solo un enfrentamiento deportivo, será una epopeya, un desafío épico que marcará el destino del Real Madrid. Y en este trance, la visita a Cibeles es el primer paso, un precedente con un solo propósito, alzar la decimoquinta Copa de Europa.