Opinión | Camavinga, la eterna bendición de Ancelotti
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
Llega la hora de Camavinga tras la lesión de su compatriota Tchouaméni. Ancelotti deberá decidir quién ocupa el puesto de pivote, y el ex del Rennes, clave en la remontada del ‘Clásico’, es el gran favorito
La lesión de Tchouaméni abre ahora un nuevo horizonte a Camavinga. No exactamente en la posición donde se hizo valer en el Rennes para fichar por el Madrid, que fue la de interior tirado a la izquierda, pero sí al menos en el centro del campo. Ancelotti lo ha tenido claro desde que empezó la temporada. Si se trata de tener dos hombres por puesto (al menos, eso dice la teoría), el sustituto de Tchouaméni cuando no está de pivote es Camavinga. De este modo, el de Cabinda ha jugado en esa posición tres partidos (ante Atlético, Osasuna y Braga), justo los que Tchouaméni descansó.
“Me ha gustado mucho Camavinga como pivote”, concedió Ancelotti en el último precedente de él en esa posición, ante el Braga. Un partido atípico por la debilidad del equipo portugués, que dejó muchos espacios. Aún así, fue el que intervino en más acciones (90), el que más duelos terrestres ganó (13), recuperó siete balones y todo ello rozando la perfección en la distribución de la pelota: un 97 por ciento de acierto en los pases.
En la comparativa general con Tchouaméni (sobre los tres partidos que ha jugado Camavinga como pivote y los 11 de Tchouaméni esta campaña), el ex del Rennes sale favorecido en casi todos los valores (por 90 minutos). Interviene más en el juego (76 pases frente a 66 de Tchouaméni), llega a más duelos (14 frente a 7) y por tanto gana más (8 frente a 5) y recupera más (casi 7 balones frente a los 4 de Tchouaméni). Sólo pierde ligeramente más balones que su compatriota (9 frente a 7). Siempre, de promedio sobre 90 minutos.
Héroe en la remontada del ‘Clásico’ ante el Barcelona
Su entrada fue clave para dar la vuelta al marcador en ‘el Clásico’. Fue la mejor solución del Real Madrid cuando se quedaban sin ideas… porque Camavinga, desde el lateral izquierdo, consiguió lo que no habían conseguido sus compañeros en todo el partido. La impredecibilidad que generan sus acciones en el rival, un físico superlativo y su calidad única para romper líneas con suma facilidad, fueron determinantes para destrozar el entramado defensivo de Xavi. Partía desde la izquierda, pero se metía por dentro, donde es más feliz, para acumular futbolistas tras las líneas enemigas. Su rapidez de piernas y una toma de decisiones brillante, que le permitió no fallar ni un sólo pase (27 de 27 pases completados), despertaron al Real Madrid, gracias a la creatividad y empuje del centrocampista.
Camavinga es pura potencia, el mejor antídoto para un equipo que no consiguió entrar al partido hasta que Jude firmó el 1-1 en el minuto 68. El resto, como se suele decir, ya es historia.
Si algo encandiló a Juni Calafat cuando apostó por recomendar su fichaje fue no sólo los récords de precocidad que estaba batiendo el francés (no sólo con el Rennes, también con Les Bleus), sino también su potencial polivalencia. Tanto esfuerzo ha tenido su recompensa. Firmó hasta 2027 y el Real Madrid, aunque aún no se ha hecho oficial, le ha dado más años de contrato y más dinero de sueldo. Ahora, con sólo 20 añitos, la lesión de su compatriota le da una gran oportunidad para hacerse fuerte en una posición que se acerca a la suya ideal, y en la que cada vez que juega, lo hace a las mil maravillas. Un seguro de vida para Ancelotti.
Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images