Opinión | Olga, tú nos mostraste el camino
Hay veces que el destino te reserva un lugar para la historia. Dicen que la eternidad se consigue a través de las huellas que dejamos en el recuerdo de los demás a lo largo de nuestra vida. A sus 23 años, Olga Carmona ha dejado huella, no sólo en el recuerdo, también en los corazones de toda España.
Las casualidades no existen, solo el esfuerzo, el talento y la perseverancia te conducen al éxito. Toda una vida de dedicación en la búsqueda de un sueño, es lo que ha llevado a Olga y a la selección al Accord Stadium en Sidney.
Mujeres hechas a sí mismas, ante el reto de conseguir lo que nadie se había imaginado, quizás ni siquiera planteado. Lo difícil de caminar, es hacer el camino allí por donde nadie ha transitado. Imaginar que lo imposible es posible, con la certeza de que algún día lo que hoy es un sueño, será una realidad.
Ya hubo otras que iniciaron los primeros pasos del camino. La sevillana pertenece a la generación que ha tenido que continuar con la misión de reclamar lo que es suyo. Y es que seguramente el éxito ha llegado antes de lo que se esperaba, pero no sin un esfuerzo inhumano.
Yo entrené a un equipo mixto de fútbol sala en el colegio. Sé lo que siente una niña que quiere jugar al fútbol. Sé lo que es que otros niños desprecien el fútbol de una chica por su sexo. Sé lo difícil que es encontrar su sitio por muchas ganas y talento futbolístico que atesores.
Esas niñas necesitaban referentes. Que tuviesen espejos en los que mirarse y saber que el fútbol es universal. Que llegarán tan lejos como su futbol y su dedicación les permita. Que si quieren, tendrán la oportunidad, no sin esfuerzo, de ser futbolistas profesionales.
No sólo las niñas. La selección femenina ha sido un ejemplo para todas las mujeres. Un ejemplo de que las barreras y los límites pueden superarse hasta suprimirlos.
Hace unos días, Olga nos regaló un gol contra Suecia que nos permitía soñar con la posibilidad de ser campeonas del mundo. La sevillana puso a disposición de la selección ese ADN Real Madrid de no rendirse hasta el final, de aparecer cuando todo se pone difícil. Un gol en los minutos finales del partido que nos llevaba a una final histórica.
Así pues, todo un país pendiente de 23 jugadoras. Y no, no solo es un titulo, es la posibilidad de hacer historia abriendo el camino para todas las generaciones del futuro. Elevar el fútbol femenino español a otra dimensión. Convertirse en un referente para todas las niñas y mujeres sin ningún tipo de límite.
Como decía, hay veces que la vida te reserva un lugar privilegiado en la historia. En el minuto 29 de la final frente a Inglaterra, una sevillana y madridista irrumpía por la banda izquierda. Ya dentro del área acarició el balón con su pie izquierdo cruzando el disparo lejos del alcance de la portera inglesa. El balón besaba la cepa del poste y Olga Carmona ya era historia.
Como Iniesta hiciese en 2010, Olga corría con la camiseta levantada recordando a la madre fallecida de una de sus mejores amigas. Un gesto de generosidad infinito, dejando dos huellas imborrables en la memoria de todo un país, la de su propio gol y la del recuerdo de aquellos que ya no están.
Mientras corría celebrando el gol con sus compañeras, había muchas niñas celebrando tambien con ellas, soñando con algún día ser como Olga Carmona.
Hay goles que valen más que un tanto en un marcador. Que son una vía hacia la libertad. Un grito que une y que desata un sinfín de sentimientos y emociones. Un acto de rebeldía frente al mundo. La felicidad más absoluta. Una prueba de Fe para todos los escépticos. Una reivindicación a voz en grito.
Sin embargo, a veces la vida te quita lo que te ha dado. Hoy a Olga le ha tocado vivir el lado más amable del fútbol y la sensación vital más amarga de perder a su padre.
Y es que mientras que Olga se convertía en un referente, ella perdía a uno de los suyos. Así de injusta y dolorosa es la vida.
No puedo imaginar el dolor que debe sentir alguien a quien después de vivir uno de los mejores momentos de su vida, le comunican la peor noticia que a una persona le pueden dar.
Ayer Olga nos regalaba una estrella, pero en su pecho se bordaban dos.
Gracias por destruir barreras, por hacer ver a todo un país que los sueños se hacen realidad, por aventurarte a caminar por donde nadie antes había transitado, por hacernos tocar la cúspide del fútbol mundial.
Estoy seguro que desde hoy hay muchas niñas y jóvenes imitando el gol de Olga. Desde hoy muchas niñas dormirán sabiendo que pueden soñar con ser campeonas del mundo, pero por segunda vez.
Recuerda, que si hoy eres un ejemplo también es por todos aquellos que apostaron por ti. Por tanto, con ese gol, no solo tú huella ha pasado a la eternidad, también la de los que te acompañaron en el camino hasta aquí.
Olga, tú nos mostraste el camino. Ahora toda España y todo el madridismo caminaremos contigo.
Foto: Catherine Ivill/Getty Images
