Modric volvió a sonreir
El croata disputó la última media hora en Nápoles después de dos partidos sin pisar el verde
La competencia que existe en la plantilla blanca provoca que jugadores como Luka Modric tengan que vivir en el banquillo. Su edad, 38 años, es la principal razón, pero si a eso se le añade el overbooking de la medular del Real Madrid, se entiende su salida del once por complicado que sea de digerir. Ayer frente al Nápoles saltó al campo en el minuto 65 y recuperó la sonrisa.
El derbi en el Metropolitano (3-1) condenó a Modric, tanto que le costó la no participación en los dos encuentros siguientes: UD Las Palmas y Girona. Una situación inexorable para el internacional con Croacia, que decidió seguir en la senda madridista declinando una serie de ofertas mareantes con destino a Arabia Saudí.
Que Luka apenas esté jugando en este Madrid de Carlo Ancelotti nunca pasa de desapercibido. El técnico italiano no se libra de preguntas entorno al ’10’ blanco en las ruedas de prensa. En la última, justo antes del duelo en el Diego Armando Maradona, Carletto comentaba: «A veces hay que tomar decisiones difíciles, la competencia es alta. Es una decisión técnica. Son siete y juegan cuatro».
Tras la victoria por 2-3, el propio Ancelotti reconocía el buen trabajo de su pupilo: «Modric ha cumplido, necesitaba más control, él ha entrado muy bien con su experiencia y su calidad y nos ha permitido controlar más el juego«.
La temporada es larga y se entiende -si nada cambia- que Luka Modric terminará sumando más minutos a su cuenta particular. Aunque esté pasando por un mal trago, el jugador es consciente de la situación y jamás pondrá malas caras. En Nápoles se erigió como el renacido.
Foto: ALBERTO PIZZOLI/AFP via Getty Images