Mirando a futuro
David Torres / madridistaReal
Estamos en unas semanas donde las temporadas europeas están llegando a su fin. El pasado fin de semana, vimos como nuestras eternas rivales levantaban su tercer entorchado europeo, segundo consecutivo, tras vencer a sus bestias negras en Europa, el Olympique de Lyon
También hemos vivido la final de la Euroliga de baloncesto donde, esta vez, los de Chus Mateo no han podido traerse a las vitrinas el trofeo de la máxima competición europea tras caer ante el Panathinaikos griego.
Y esta semana casi no hace falta hablar de lo que se viene, la oportunidad del equipo masculino de conseguir su decimoquinta Copa de Europa, lo que sería su segunda Champions League en apenas tres años.
Pero en el femenino aún no hemos conseguido llegar a estas alturas. Y justamente escribía este artículo para desahogarme en esa alegría que aún no es plena, porque sé que en un futuro, y esperemos que no muy lejano, nuestras chicas llegarán a estas alturas de temporada con títulos en juego, pero para eso hacer falta todavía madurar y caernos para seguir levantándonos.
Este año, por los nombres de las llegadas, el Real Madrid vuelve al mercado con la intención de seguir creando un proyecto que en un futuro esperemos que no muy próximo le permita levantar trofeos.
Para eso no sólo hace falta una inversión en estos tiempos que corren donde se pide competitividad en el fútbol femenino. Todas las miradas del mundo ponen sus ojos en el Real Madrid como si para los demás no fuese la cosa. Pero el conjunto merengue es una institución que está acostumbrada a este tipo de presiones y va a hacer las cosas bajo su ritmo, sin entrar en subastas por jugadoras ni saltándose límites salariales que puedan comprometer la salud económica de la sección.
Porque a este equipo si hay algo que le sobra (y en lo que será aún mejor) es el talento, a jugadoras como Athenea, Linda Caicedo, Teresa Abelleira, Olga Carmona, Oihane, este año se le unirán futbolistas como Eva Navarro, Alba Redondo, Lakrar o María Méndez.
Pero el talento hay que trabajarlo tanto con balón como sin balón y sobre todo dotar de un salto físico a un grupo que seguro que comenzará la próxima temporada con ganas de no volver a cometer errores en Europa y asentarse en esas eliminatorias de cuartos de final que ya disputamos hace un par de temporadas.
Conseguir tener dinámica miércoles – domingo y competir tanto la Liga como la Champions es algo que poco a poco se irá consiguiendo, como ya hemos conseguido ser cabezas de serie en las previas de la Champions o como ya hemos normalizado el entrar en Europa en una sección que sólo cuenta con cuatro años de vida.
La temporada que viene estoy convencido de que se producirá ese saltito donde veremos una sección más competitiva y que seguro que en el futuro nos va a dar muchas alegrías.