#MiradaBlanca | La edad, sólo en el DNI
Corría el minuto 12 del partido que el Madrid estaba jugando en Tel-Aviv cuando Johnny O’Bryant anotaba una canasta que colocaba al Maccabi a apenas un punto cuando el vendaval se desató hasta cerrar un parcial de 2-21 que acabaría con el mismo. Un parcial iniciado por un triple de Rudy Fernández y en el que destacó sobremanera Jaycee Carroll pero en el que también colaborarían Felipe Reyes o Gustavo Ayón. En definitiva, que en un pabellón en el que aún resuenan los duelos de calidad entre Corbalán y Berkowitz, las peleas entre Romay y Williams o las luchas entre Robinson y Magee, tuvieron que ser los más veteranos los que sacaran el choque adelante. Con solo un jugador por debajo los 30 (Campazzo) y un quinteto cuya media edad superaba los 33 años el Madrid se deshacía con facilidad de un seis veces campeón de Europa y que estaba completamente metido en el choque.
En cualquier otro equipo que los veteranos sean los jugadores decisivos debería ser motivo de preocupación pero en el Madrid lo es más bien de orgullo. No en vano, si durante las primeras semanas de competición han sido los veinteañeros Tavares (26), Campazzo (27), Randolph (29), Taylor (29) o incluso Deck (23) los que han tirado del carro, ahora parece el turno de unos veteranos que, cual Benjamin Button, cada día ofrecen más soluciones al equipo.
La realidad es que difícilmente nadie podría esperarse que siete temporadas después de que llegara por la puerta de atrás tapado por las presentaciones de Laso, Pocius y Rudy, Jaycee Carroll, a sus 35 años, siguiera siendo capaz de anotar 14 puntos consecutivos que rompieran el partido. Carroll sigue siendo un killer completamente imparable cuando entra en racha y muchos le consideran (Obradovic entre ellos) pese a su edad el mejor francotirador de Europa.
Pero el americano no es el único, ¿quién se acuerda ya de las feroces críticas que hace un par de veranos arreciaban sobre Rudy Fernández? En aquel tiempo muy pocos abogaban por la continuidad del mallorquín de 33 años, prácticamente solo una directiva y un Laso que decidió mantenerle contra viento y marea para que finalmente, y para desesperación de los haters, fuera la principal arma en la conquista de la 34ª Liga blanca y siga siendo uno de nuestros principales baluartes en este inicio de temporada.
El caso de Ayón no es muy diferente. Llegado hace cinco años pese a que sus derechos pertenecían al eterno rival, el Titán fue en sus dos primeras temporadas la principal arma interior de Laso gracias a su gran entendimiento con Felipe Reyes y su gran capacidad de juego por detrás del tablero. Sin embargo, la dura Final Four de 2017, esa nacionalidad que nunca parece llegar y sus problemas físicos del año pasado (amén de sus coqueteos en el verano con Fenerbahçe) hicieron que su rendimiento y entendimiento con la afición sufrieran un altibajo. Y cuando ahora, debido al boom Tavares, algunos preveían que este pudiera ser su último año de blanco para el jugador de 34 años, el mexicano no sólo ha mantenido el nivel pese a sus graves problemas familiares sino que se ha convertido en un hombre imparable para el rival sumando nada menos que 25 puntos, 22 rebotes, 7 asistencias y 57 de valoración en los dos últimos partidos europeos, lo que es una auténtica barbaridad.
En este grupo, obviamente también podríamos incluir a Sergio Llull, quien a sus 30 años (31 a partir del próximo jueves) parece estar recuperando su mejor nivel tras su gravísima lesión del pasado año o a un Causeur que fue fundamental en la Final Four de Belgrado pero si de hombres eternos hablamos, hay un nombre por encima del resto. El de un Felipe Reyes que en su decimoquinta temporada de blanco ya no sólo es el jugador con más partidos en ACB y el máximo reboteador de la historia tanto en el campeonato como en la Euroliga, sino que (aunque su bagaje de minutos es menor) sigue siendo un arma decisiva saliendo desde banquillo y, como siempre, una forma de desesperar a rivales mucho más altos incapaces de quitarles una sola captura.
Y es que, aunque muchos os quieran decir lo contrario, hay muchos jugadores que solo muestran su edad en el DNI y tenemos la suerte de que muchos de ellos vistan de blanco.
Texto: José María Cañas
Foto: ElPaís