Mirada Blanca | Gracias por todo, Titán
Era un secreto a voces, Gustavo Ayón nos deja este verano. Tras cinco años vistiendo la elástica blanca, el Titán intentará fichar por un equipo NBA para así poder estar más cerca de su familia. Un motivo comprensible pero no por ello menos doloroso.
Es cierto que durante el último año y medio, el de Nayarit ha sido parcialmente eclipsado por el ciclón de un Tavares que por cierto acaba de renovar en una maniobra ejemplar y necesaria de la directiva de la sección. Sin embargo, negar todo lo que ha supuesto Gustavo Ayón en este lustro y su importancia en los éxitos de la sección es no tener ni idea de lo que ha significado para la era Laso.
Gustavo Ayón llegaba al Real Madrid en 2014 envuelto en la polémica y con la desconfianza de muchos aficionados. En primer lugar por su estado físico, el Titán llegaba con graves problemas en el hombro que le habían supuesto su salida de la NBA y que el Barça renunciase a sus derechos pese a que su destino fuese a ser el eterno rival. La segunda duda era precisamente Pablo Laso. Tras la marcha de hombres como Tomic o Begic y el hecho de que ni Bourousis ni Mejri hubiesen sido determinantes en su primera temporada, el mantra de que Laso no sabía utilizar a los pívots estaba en su máximo apogeo.
Sin embargo, Gustavo Ayón no tardaría en demostrar lo equivocado que estuvo el Barça al no contar con él. El mexicano hizo bastante daño al que podría haber sido su equipo con su juego tras la línea de fondo. Poco a poco, el Titán fue haciéndose con la titularidad convirtiéndose en pocos en meses en imprescindible para Laso lo que, por cierto, acabaría provocando la marcha de Bourousis. Su temporada, al igual que la del resto del equipo, fue impresionante y Ayón acabaría siendo decisivo en esa Perfect Season.
Tras la marcha de Bourousis y Mejri, Ayón pasó de forma definitiva al puesto de cinco, formando una pareja casi imparable con Felipe Reyes en los siguientes años. Durante esos años el equipo madridista sería el de los Sergios por fuera y el de Ayón dentro, hasta tal punto que sería designado como MVP en la ajustada final copera de 2016 ante Herbalife Gran Canaria.
Y es que pese a que, como hemos dicho, en los últimos dos años Ayón ha sido algo tapado por Tavares, lo cierto es que su labor es impagable. De los 6 bases que ha tenido Laso a lo largo de estos ocho años (Llull, Campazzo, Sergio Rodríguez, Doncic, Draper y Randle) sólo los Sergios y este año el Facu han sido más importantes que Gustavo Ayón en la dirección del equipo. Y es que con Ayón, Laso siempre ha tenido un base en la pintura. Como si fuera un director de juego de 2,08, Ayón ha distribuido el juego desde la zona abriendo a los laterales para que así nuestros tiradores pudiesen destrozar a su rival desde el perímetro o al otro pívot para que este pudiese machacar el aro rival. Esto lo ha hecho partido tras partido durante cinco maravillosos años que casi seguro no habrían sido tan maravillosos sin el Titán vestido de blanco.
Es precisamente por esta circunstancia por la que no dejo de repetir que esta baja es probablemente la más importante que ha sufrido el «LasoTeam» desde que el vitoriano llegase a Madrid. Cuando se marchó Mirotic (en esos momentos estrella madridista) era complicado sustituirle pero cuatros tiradores había unos cuantos en el continente (sorprendentemente se apostó por alguien que nadie esperaba y que acabó siendo MVP de la Final Four, el Chapu Nocioni). Cuando el carácter del Chapu se fue de Madrid la pérdida era grande pero se quedaban otros jugadores de garra como Llull o Reyes. Cuando el Chacho hizo las maletas de forma sorpresiva hacia Filadelfia fue muy complicado sustituirle pero entonces teníamos a un-en esos momentos- MVP de la Euroliga como Sergio Llull y a uno futuro como Luka Doncic. Y cuando el último verano fue el esloveno el que se marchó a la NBA ya se podía ver en el Facu a su sustituto. Sin embargo, encontrar a alguien que te haga la labor de Ayón no es que sea difícil es que es completamente imposible, tal vez por eso el Madrid parece haber apostado por un rol completamente diferente como es el que supuestamente ocupará Jordan Mickey, el de un cinco tirador.
Sin embargo, el Madrid siempre perdurará ya que este escudo está por encima de todo y si esta era ha sobrevivido a todas estas bajas (y a otras no menos importantes como Marcus Slaughter o la temporal de Rudy Fernández y Serge Ibaka) también lo hará a la de Gustavo Ayón, por mucho que echemos de menos al mexicano. ¡Mucha suerte y muchas gracias por todo Titán!