#MiradaBlanca | Grabado a fuego
Escribo estas líneas nada más acabar el partido que ha enterrado nuestra temporada y a un equipo histórico.
No os voy a engañar, el enfado que tengo es tremendo. Hacia años que no sentía esta impotencia y frustración, que no lloraba así. Tengo 34 años y llevo 25 de socio. He visto épocas negras de verdad (mucho más que este año): he visto al ser eliminado de la UEFA por el Odense, al equipo blanco quedarse fuera de Europa o rozar el descenso a mitad de temporada, les he visto desmoronarse en mitad de una temporada que parecía perfecta, he visto como le daban los mandos a un brasileño visionario cuyo maximo merito fue inventarse un cuadrado mágico, incluso caer varias veces goleado en casa por el eterno rival.
Sin embargo, esta es sin duda la peor semana de mi vida como madridista. Desahuciado de los tres títulos, derrotado por dos veces por nuestro eterno rival y eliminado de la Champions por un imberbe Ajax que encima nos humilla en casa. Todo ello en nuestro estadio, un estadio repleto de afición rival que prácticamente nos superaba el número en los tres partidos (al menos en cuánto animación se refiere). A ver si de una vez los madridistas nos damos cuenta que los abonos no son para sacar dinero sino para apoyar a nuestro equipo en los grandes momentos. Tener que aguantar como celebran los goles en tu cara gente que pisa por primera vez el estadio, solo porque ha habido un madridista que ha decidido hacer negocio con su sentimiento, me hace hervir aún más la sangre. Y lo peor es que, salvo esto último,te queda la sensación (al menos a mí)de que esto hubiera sido fácilmente evitable si las cosas se hubieran hecho bien.
Pero no quiero cargar culpas, tiempo habrá de ello. Simplemente quiero decir que por muy mal que estén las cosas, la gran mayoría llevamos este escudo grabado a fuego en el corazón y por mucho que lo puedan pisotear, por mucho que a veces lloremos de impotencia, por mucho que nuestras visiones del club sean tan numerosas como madridistas hay en el mundo, tened clara una cosa: nadie podrá borrarme el orgullo de ser del Real Madrid. Eso es algo que va más allá de cualquier resultado negativo. El que es madridista lo es en las buenas y en las malas. Y aunque esta temporada ya prácticamente haya finalizado (sólo nos queda el certificar nuestra clasificación para la próxima Champions) y muchos de estos jugadores que han hecho historia no vuelvan a vestir de blanco a partir del 1 de junio, yo seguiré yendo con la cabeza alta mostrando esta camiseta. Porque ser del Madrid no es un sentimiento, es una forma de vida.
¡Hala Madrid hasta el morir!
Foto: UEFA