#MiradaBlanca | El manido fin de ciclo

25 marzo 2019 - 12:15
#MiradaBlanca | El manido fin de ciclo

Acaba de terminar el quinto clásico de esta temporada y lo hace como los cuarto anteriores, con triunfo blaugrana y la sensación de que Pesic le tiene ganada la medida a Laso (desde la llegada del serbio al banquillo azulgrana seis de los ocho partidos han acabado de lado catalán).

Es indudable que este año cada vez que nos enfrentamos a nuestro eterno rival, lo hacemos con un poco de sensación de impotencia. La agresividad defensiva de los blaugrana imposibilita a los blancos jugar como quieren y acaban cayendo en un juego previsible en el que, si no están acertados de tres, lo pasan muy mal.

Ante esta pésima racha no son pocos los que ya aventuran el mil veces oído y deseado (incluso por algunos mal llamados madridistas) cambio de ciclo. Las críticas han sido atroces. Empujados por la pésima temporada futbolística, como si tuvieran algo que ver. Se acusa de que este año 2018/2019 ya es una temporada muerta que va a acabar de la peor forma posible por la no adquisición de un sustituto de Doncic (como si eso fuese posible), por la falta de hambre de los nuestros (¿?) y por el manido tema del tercer base.

Obviamente algún día se producirá este cambio de ciclo. El Madrid de Ferrándiz y Lolo perdió su hegemonía en los 80, el dominador Barcelona de los 80 y 90 lo pasó muy mal a mediados de la pasada década tras conquistar su primera Euroliga y el arrasador Barcelona de Pascual no tardó en verse frenado ante el auge de los de Laso. Si analizamos estas eras nos daremos cuenta de que cada vez duran menos por lo que, si los agoreros tuviesen razón, no habría más que aplaudir lo realizado por haber extendido nuestra hegemonía durante casi una década.

Sin embargo, los datos no dejan muy claro que el Madrid no sea ya capaz de competir. Sí, se han cometido errores y en nuestros enfrentamientos directos el Barça parece tenernos tomada la delantera a nivel psicológico, pero si lo analizamos más en concreto nos damos cuenta que, a diferencia de en el fútbol, esta situación dista de ser crítica en la resolución de esta campaña.

En Euroliga el Madrid ya ha asegurado su presencia entre los 4 primeros lo que no sólo le da una ventaja de cara a conseguir el acceso a la Final Four de Vitoria, sino que le da la oportunidad de dar descanso a varias de sus piezas en estas últimas jornadas de la fase regular a costa de arriesgarse, como en Vitoria, a derrotas totalmente intrascendentes de cara a la clasificación final. Eso en cuanto a Europa. En la Liga tal vez el equipo ya haya dicho adiós a la primera plaza, lo que complica el futuro de cara a un enfrentamiento en Playoffs contra el Barcelona, pero si repasamos los últimos años nos damos cuenta que tener la ventaja de cancha no es, ni mucho menos decisivo.

Y en cuanto a los clásicos quedémonos con lo positivo. Es cierto que se han hecho muchísimas cosas mal y Laso debe corregirlas de cara al futuro. Lo que ha hecho avanzar a este proyecto es el inconformismo (pero con cabeza). Sin embargo, salvo los dos duelos del Palau (inmersos en mitad del peor momento físico o mental del equipo blanco), los de Laso siempre han competido. En casa, en Euroliga, se les pasó por encima, en la Copa fueron las lesiones de Rudy y Llull las que propiciaron la remontada y solo el robo manifiesto impidió la victoria. En cuanto a ayer, pese a jugar un partido pésimo, el equipo blanco hubo momentos en los que la remontada fue más que posible pese a las bajas de dos jugadores tan importantes como Rudy o Gabi Deck. En definitiva, que estoy seguro que en cuanto se rompa esta dinámica de derrotas el bloqueo mental que parece atenazar a los blancos ante el cuadro de Pesic será historia.

Para terminar no esta mal recordar que desde la llegada de Laso, todos los años se ha conseguido al menos un título importante y está claro que algún año esto acabará. No sabemos si este será el año pero darlo por hecho parece toda una temeridad. Este equipo se ha levantado mil veces y ahora volverá a hacerlo. Hasta el final vamos Real.

Foto: La Vanguardia

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