Apenas han pasado siete días pero el madridismo ha pasado de estar en éxtasis a una depresión profunda. Los acontecimientos nos han pasado por encima cual losa sin siquiera dejarnos disfrutar de “la Decimotercera”. Este camino hacia la autodestrucción lo comenzaron ya en el césped del Olímpico de Kiev dos de nuestras figuras. Primero fue Cristiano hablando en pasado de su estancia en Madrid y diciendo que ya diría lo que tenía que decir cuando llegara a Portugal, pero ahí no acababa la cosa y Bale tampoco se callaba afirmando que si no jugaba más tendría que hablar con su agente para buscar equipo. Hete ahí que el antimadridista, que hasta ese momento tenía la cara llena de lágrimas y estaba rumbo a la cama con la imagen de Ramos levantando la Champions amartillándole la cabeza de repente esbozaba una sonrisa. Los medios ya tenían artillería para ningunear la gesta y lo peor es que se la habían dado los nuestros.
Sin embargo, lo peor estaba aún por llegar. Cuando el huracán desatado por Cristiano parecía estar amainando y por fin parecíamos poder disfrutar de algo que jamás ningún club había conseguido hasta ahora (campeones de Europa en fútbol y baloncesto el mismo año), una noticia proveniente del lado más inesperado nos destrozaba por completo. Zidane anunciaba que se iba de forma inesperada dejando al madridismo sin su ídolo, sin su mentor, sin su guía espiritual. EL antimadridismo y no sonreía, ya festejaba, las copas de champagne (o de cava mejor dicho) inundaban las calles. La Decimotercera no había sido más que un mal sueño para ellos, el futuro del Madrid pintaba más negro que el de Estudiantes jugando en la NBA.
Sinceramente, no podemos culparles, nosotros lo celebraríamos de igual forma si viéramos como nuestro eterno rival se hacía el harakiri en menos de una semana tras ganar una Champions y más si viéramos como sus seguidores entraban en una depresión que, no nos engañemos, vamos a tardar en superar. Entonces, ¿ahora qué? ¿nos quedamos bajo la cama esperando que sea un mal sueño? ¿tenemos que ir aceptando que ya no vamos a volver a ver la luz del día? ¿buscamos otro equipo al que seguir?
La respuesta a todas estas preguntas es NO. Sin duda estos días son sombríos pero no nos engañemos, el Madrid ha superado la marcha de figuras gigantesca, incluso mayores que las de Zidane o Ronaldo (suponiendo que este se acabe marchando, lo que está por ver). ¿No os lo créeis? Os pondré sólo algunos ejemplos:
Pero no sólo en el fútbol se han dado estos ejemplos. También en mi amado baloncesto. ¿O es que acaso que cuando a inicios de este siglo el Madrid deambulaba por el ecuador de la clasificación-sin más aspiración que meterse en Playoffs- no hubo muchos gurús que apostaban por el cierre de la sección afirmando que no había futuro? Hoy poco más de una década después el Madrid vuelve a ser reverenciado en Europa y tiene dos Euroligas más. Pero no es el único ejemplo:
Así pues. Si en estos días veis esas sonrisillas en las caras de los antimadridistas no os entristezcáis, no desviéis la mirada ni tampoco os enfrentéis. Dejadles que disfruten de estas nimiedades porque no lo harán mucho. Es más, si podéis, devolvedles la sonrisa porque, a diferencia de otros, por muy mal que estén las cosas, el Madrid siempre vuelve.
Texto: @jmcanasv