Mirada Blanca | Pseudoespañoles vs. Pseudoperiodistas
Seguro que todos ustedes se acuerdan de aquella famosa frase de Mourinho en la que el técnico portugués acusaba a una parte de la afición madridista de ser pseudomadridistas, es decir, aficionados de sentimiento madridista que hacían todo aquello que al final iba en contra de los intereses que se supone defendían. Pues bien, el otro día en el programa de late night que presenta Josep Pedrerol (sí ese presuntamente futbolístico en el que se habla de todo menos de fútbol) el colaborador Juanfe Sanz parafraseaba a Mou y acusaba a una parte del madridismo de ser pseudoespañoles por no festejar cada éxito de la Selección. A partir de entonces se desató una bronca entre ambos bandos en la que solo me interesa un argumento recurrente que es verdadero y falso a la vez: que parte del madridismo no festeja los éxitos de la selección porque el seleccionador es Luis Enrique Martínez.
Voy a explicarme. En efecto, sería absurdo negar que Luis Enrique no es precisamente una persona que cause fervor en el madridismo, en especial en aquellos que vivimos como a mediados de los 90 decidía abandonar Madrid rumbo al eterno rival y en su presentación afirmaba que no se veía de blanco ni en los cromos, una auténtica afrenta para un equipo que le puso como jugador de élite después de un par de buenas temporadas en el Sporting de Gijón. Si a esto le sumamos que nunca se ha retractado de esas declaraciones ni ha pedido perdón por hacer varios cortes hacer cortes de manga a las afición tras meter un gol en el
Bernabéu tras meter un gol con el Barça obviamente el cóctel está servido: Luis Enrique nunca será un entrenador bien visto en la Castellana.
Dicho todo esto, si alguien se cree que la desafección a la selección de gran parte de la afición madridista se inicia con el nombramiento de uno de sus enemigos públicos como seleccionador está muy equivocado. Se inicia mucho antes, concretamente hace casi tres lustros, con aquella campaña burda y difamatoria de Raúl para allanar el camino a un Luis Aragonés que en esos momentos estaba más en la cuerda floja tras caer de forma estrepitosa en el Mundial de Alemania ante una Francia de Zidane al que, según esa misma prensa íbamos a jubilar. Después de que toda la prensa casi de forma unánime pidiera la dimisión del “sabio de Hortaleza”, los periodistas del Atleti (siempre necesitados de cariño) necesitaban a un chivo expiatorio u quien mejor que un canterano suyo que se fue por la puerta de atrás y acabó triunfando con la camiseta del eterno Se pasó del “Luis, Vete ya” a culpar al 7 de todos los males de la selección. De hecho, los éxitos postreros del combinado nacional hicieron que esta opinión se tornara en dogma de fe.
Pero ni siquiera el caso Raúl fue el principal motivo del desapego a la selección por parte de una gran parte del madridismo. No. Esto ocurriría precisamente durante los años dorados de la selección. Pese a que el Madrid fue de los equipos que más internacionales aportó a una Eurocopa de 2008 que recuperaba el brillo a un combinado que llevaba más de 40 años sin levantar un trofeo, al equipo blanco se le negó el pan y la sal. Sin embargo, cuando los Xavi, Iniesta o Busquets se terminaron adueñar de la selección, a la recién rebautizada como Roja se la empezó a identificar al 100% con el Barça. Una identificación no era solamente porque se basara en decir que había muchos jugadores del Barcelona en la selección y que por lo tanto imponían su juego (cosa bastante cierta), sino en ningunear de forma sistemática a todos los jugadores del Madrid que estaban en aquella selección (Sergio Ramos o Iker Casillas como gran ejemplo) e incluso a firmar falsear la historia atribuyendo todos los goles de aquel mundial 2010 a jugadores del Barcelona pese a que Villa aún era propiedad del Valencia por aquel entonces.
Durante aquellos años cada fallo que cometía el combinado nacional era culpa de los madridistas que había allí y cada acierto no sería de Vicente del bosque(no sería hasta después, con su enfrentamiento con Florentino, cuando la prensa empezó a aplaudirle). No en vano el salmantino por aquel entonces no era más que un extécnico del Madrid que se había aprovechado del legado del ex rojiblanco Luis Aragonés y del trabajo realizado por el entrenador del Barça, Pep Guardiola, quien, pese ya haber afirmado que España era poco menos que un país invasor en el país pequeñito del noreste” era poco menos que un salvador de la patria.
De esta forma, cuando en el rally de clásicos (ya con Mou en el banquillo blanco) acabó habiendo una tensión totalmente excesiva, se afirmó que los únicos culpables eran los jugadores del Madrid que eran los que estaban destrozando la selección. Si Busquets pisaba la cara a Pepe era culpa del portugués por no haberse apartado, si Xavi Hernández hablaba de victorias vergonzantes el provocador era el Madrid por no reconocerlo… La presión sobre los jugadores del Madrid era tal que Casillas poco menos que pidió perdón saltándose los códigos del vestuario (esto ya lo analizaré en otro artículo sobre el mostoleño) ante el aplauso de una prensa que lejos de pedir que Xavi también verbalizase perdón empezó hablar de víctimas y verdugos fracturando por completo el vestuario blanco.
A partir de entonces la prensa directamente decidió que la selección era un Banco de pruebas perfecto para que las nuevas promesas del Barça se rodaran: de esta forma jugadores que han hecho una carrera tan prolífica como Bojan Krkic o Munir El Haddadi tenían que ir de forma urgente a la selección para no perder a tremendas joyas. Sin embargo, si en algún momento el Barça necesitaba que sus jugadores importantes descansasen de cara a un compromiso esencial tampoco había problema como demostraran algunas ausencias de Xavi o Iniesta sin que me diera lesión ninguna. A los madridistas, en cambio, se les insultaba por defecto llamándoles por apelativos tan cariñosos como cono e indignándose cada vez que uno era convocado.
Claro que en esta última época esto ya ha sido exagerado. No solamente convocar a jugadores del Barça era fundamental para la competitividad de la selección sino que cada partido que han jugado con la roja se les ha catalogado como una mezcla de Pelé, Maradona, Cristiano y Messi. Da igual que Pedri (del que, para colmo, han llegado a decir que era canterano culé cuando ha pisado tantas veces la Masía como yo) obtuviera las impresionantes estadísticas de 0 goles, 0 asistencias y 1 gol en propia puerta en la Eurocopa, su papel había sido tan impresionante y la presión fue tal que acabó siendo incluido en el 11 ideal y en la lista del Balón de Oro. Capítulo especial también merece Gavi que, aunque es verdad que tiene buena pinta, acababa debutando como Luis Enrique en la selección con la friolera de 7 partidos como profesional sin que un solo periodista se preguntara qué estaba pasando. Claro que si no se habían extrañado de por qué había sido convocado para la Euro un descarte de Guardiola como era el nuevo jugador del Barça Eric Garcia mientras que se quedaba fuera el mejor central español de la pasada temporada como era Nacho como para pedirles que se extrañaran de ello.
Así pues, no se engañen, aunque un servidor particularmente sigue queriendo que la selección gane todos sus partidos, entiendo perfectamente que haya muchos madridistas que sientan que apoyar a una selección que es continuamente utilizada como arma arrojadiza contra el club que quieres por una prensa sobornada (tal y confesión el ex CEO del Barça hace unos meses) es totalmente ilógico y contraproducente. Así que señor Juanfe Sanz puede llamarnos pseudoespañoles pero más quisieran llegar a tener ustedes la calificación de pseudoperiodistas.
Foto: Fran Santiago / Getty Images