Mbappé, míster finales

14 enero 2025 - 08:00
Kylian Mbappé celebra su gol en la final de la Supercopa.

Yasser Bakhsh/Getty Images

El ariete ha visto puerta en las tres finales que ha disputado bajo la elástica del Real Madrid

En días de gala, cuando huele a plata, a título, Kylian Mbappé responde. Y lo hace con creces. El delantero francés, que fue el único que se salvó del batacazo frente al FC Barcelona en la Supercopa de España, logró anotar en los primeros latidos del partido, cumpliendo así con la tarea irrefutable de aparecer en momentos importantes. Pese a que sus compañeros estuvieron desnortados durante todo el transcurso del encuentro, el ‘9’ sacó las garras. Aunque, con un Vinicius y un Bellingham plomizos, se quedó solo en el ataque. Mejores prestaciones, casi imposible.

Que Mbappé volviera a convertir en un choque definitorio, no es casualidad. Básicamente porque ya ha marcado en las tres finales que ha jugado con la zamarra madridista desde que llegó procedente del Paris Saint-Germain en el pasado mes de julio. En dos hubo entorchado; y la otra, la del pasado domingo en Arabia Saudí, trajo consigo un maremoto en la capital de España. Sobre todo por la imagen mostrada contra un eterno rival -comandado por Flick- que se marchó a las vacaciones navideñas bajo una nebulosa deportiva e institucional.

Un rayo irrefrenable

Kylian Mbappé controla la pelota contra Ronald Araújo en la final de la Supercopa de España.
Yasser Bakhsh/Getty Images

En la víspera del Clásico, la mayoría de los focos iban a parar sobre la figura de Kylian Mbappé. Tenía que dar el do de pecho, ese que meses atrás le falló en citas titánicas y escenarios rutilantes (Milan, FC Barcelona, Liverpool, Athletic Club…). Así las cosas, el capitán de la selección gala tomó la batuta, tanto que le bastaron cinco minutos para agrietar la portería de Szczęsny. Y recordó al Kylian de antaño, a aquel jugador que arrancaba la moto hasta reconvertirse en un rayo irrefrenable. Conducción, velocidad, inteligencia y definición canónica. De haber estado el cuadro blanco entonado, otro gallo hubiese cantado.

La aportación goleadora del crack parisino en las finales se dio cita también en la Copa Intercontinental. Además de ver puerta frente a Pachuca (3-0), Mbappé pudo apuntarse en la libreta una asistencia. Es decir, dejó su impronta en dos de los tres goles que rubricó el Madrid en Lusail. Un estadio en el que, en 2022, dejó anonadado al planeta fútbol al firmar un hat-trick en la final de la Copa del Mundo. Pero saboreó las mieles de la derrota tras arrebatarte Argentina el título mundialista.

Tampoco tropezó el de Bondy en su debut con el conjunto de Chamartín en agosto. Recién sacado del horno, de las vacaciones estivales, Kylian Mbappé sumó un tanto frente a la Atalanta en la Supercopa de Europa. En un mismo día, debut, gol y título. Sin peros. Un estreno triunfal que, paradójicamente, no tuvo continuidad, puesto que el ‘killer’ de Carlo Ancelotti encadenó varias travesías por el desierto. De todos modos, su cuenta particular ya va por 15 dianas.

Toledano de cepa que vuelca su pasión en el periodismo deportivo. Cubriendo al Real Madrid desde 2022 en Madridista Real

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