Las dos caras del Real Madrid
El fútbol es un deporte tan peculiar, que el Real Madrid ayer necesitó una expulsión y un gol en contra para mostrar su mejor versión ante un Elche muy bien plantado. Los locales consiguieron anular al Real, que, salvo las apariciones de Vinicius JR, no conseguían inquietar en exceso al conjunto ilicitano. Se vio un equipo sin chispa, con dificultad para abrir la defensa contraria, y jugadores como Jovic o Valverde no consiguieron abrir el debate sobre sus pocos minutos esta temporada. Mejor estuvo Eduardo Camavinga, muy activo tanto en ataque como en defensa. Todo esto, junto a los destellos de Marcelo con balón, es lo que se puede sacar del equipo de Carlo Ancelotti en los 90 minutos.
Los cambios de Isco y Ceballos dieron energía al equipo, que compensó un discreto partido con el enorme mérito de remontar con un futbolista menos el 1-0 de Gonzalo Verdú. Isco logró el empate cuando peor estaban las cosas para el Real Madrid y, en su mejor noche como madridista, Hazard resolvió la eliminatoria en una jugada que recordó al gran Eden Hazard de años atrás. Al final, estos son los partidos que te hacen campeón, los que superas sin tener el mejor día y en las peores circunstancias. Lo negativo, eso sí, es la sensación de diferencia entre titulares y suplentes. El Real sacó una alineación alternativa y tuvo que tirar de la CMK para poder gobernar el partido. Viendo el rendimiento de algunos futbolistas, al final es comprensible que Ancelotti no abuse de las rotaciones. Lo más importante, eso sí, la clasificación del Real Madrid a los cuartos de una Copa en la que ya no están Barcelona, Sevilla y Atlético de Madrid. Oportunidad de oro para los blancos.