Las actuaciones de Luca ya no interesan
Durante unos meses Luca ha sido noticia. Hasta portada de periódicos digitales. Ya en su etapa como juvenil se difundían con alguna intención nociva vídeos en los que Luca aparece sorprendido después de actuar adelantado como le pide, digo yo, sus distintos entrenadores.
En el inicio de la Youth League de esta temporada se ha mantenido esa propensión. En las redes sociales he sido interpelado en varias ocasiones por usuarios que me planteaban dudas acerca del cancerbero. Este proceso es cacofónico. Con Odegaard, por ejemplo. Un medio desacredita a un jugador e individuos anónimos, que dicen identificarse con el madridismo, acaban por abrazar esas tesis.
El caso es que Luca ha alcanzado la titularidad del Castilla. Después de 8 partidos es buen momento para comunicar una realidad: no recibo ninguna interacción sobre su juego al finalizar los partidos. Indicio inequívoco de que sus críticos deben permanecer en un estado latente. No existe faceta del juego que no haya dominado Luca en este tiempo de titular en el Castilla.
Los aficionados al fútbol tendemos a sobrevalorar la capacidad individual de un guardameta en el mano a mano. Esos porteros capaces de achicar espacios, aguantar e intuir el movimiento del delantero. Esos aciertos se traducen en goles que no se reciben. Cardona (Mónaco), Dioni (pichichi del grupo y del Fuenlabrada) y hoy Pablo Gonzélez (Toledo) son tres exponentes que pueden dar fe de lo complicado que es encarar a Luca y batirle. Diestro en esas acciones. Ágil, oportuno e intuitivo.
Habrá quien secunde mi comentario anterior pero insinúe cierta fragilidad de Luca en el juego aéreo. El partido ante el Mónaco, con la superioridad física de los franceses, ejemplifica la mejora de Luca en ese apartado. Salió en muchas ocasiones con solvencia. Blocó el balón para saldar los balones colgados del rival sin incidencias. También jugó con el cronómetro, pidió calma a sus compañeros y transmitió serenidad. Sí, Luca conoce su oficio, y sabe que un portero debe ejercer un grado de liderazgo.
Por último, ya no hay vídeos aviesos y descontextualizados. No constan en los últimos tiempos goles lejanos desde el medio campo aprovechándose de una posición adelantada. Luca sigue arriesgando. Saca el balón jugado con temple y se dispone cual jugador de campo; pero por más que lo ha intentado el Toledo no han conseguido superarle ni sorprenderle desde lejos.
Precisamente hoy, el Castilla ha estado a merced del Toledo definitivamente tras la expulsión de Febas; pero Luca no se ha abandonado. Ha seguido defendiendo su marco con firmeza, y los toledanos se han encontrado una y otra vez con sus intervenciones primorosas bajo los palos. Sin su concurso la goleada habría sido indeclinable.
En definitiva, ¿qué es lo que ha pasado con Luca? Pues que Solari ha conseguido impulsar sus aptitudes sin que ocasionen perjuicios (goles desde el centro del campo). Y Luca continúa trabajando para no estancarse, y para no vivir de sus reflejos. Por eso se le percibe ahora más hecho, más seguro por alto y con más mando. Un guardameta con condiciones y en progresión.
Ya no aparece en portada. Ya no es noticia; ni siquiera interacción. Quizá por eso me sentía en la obligación de redactar este alegato y de concluir con un: sí, Luca salva partidos.