LALIGA: “La sentencia del TJUE no autoriza la Superliga”
Para LALIGA el proyecto de la Superliga es un modelo de competición cerrado y contrario a los valores del fútbol europeo, que favorece a los clubes más grandes y devalúa las ligas nacionales.
Las conclusiones del TJUE aseguran que “una competición como la del proyecto de la Superliga no debe ser necesariamente autorizada”. Todo lo que no sea un modelo totalmente abierto, con acceso directo únicamente desde las ligas domésticas, temporada a temporada, es un formato cerrado, contrario a los valores europeos del deporte.
“La sentencia no supone en ningún caso el reconocimiento de la Superliga, como se ha intentado trasladar de manera engañosa, sino que, al contrario, la misma señala expresamente esa falta de reconocimiento”
LALIGA
LALIGA, que siempre ha mostrado una postura muy crítica con la Superliga, es la única liga personada a título individual en el procedimiento judicial. Desde la organización deportiva destacan que la sentencia judicial no avala la Superliga y que la UEFA ya recogió en 2022 una modificación de su normativa para la autorización de nuevas competiciones, que se adapta a lo que ahora está dictaminando el TJUE.
“Cualquiera puede organizar competiciones fuera del entorno UEFA y FIFA, eso no se puede prohibir, y nadie lo ha puesto en duda. La cuestión judicial son las condiciones de estas competiciones para estar bajo el ecosistema de UEFA y FIFA, es decir, que debe haber una normativa transparente, clara y objetiva para la aprobación de nuevas competiciones. Ya en 2022 UEFA estableció un procedimiento para autorizar nuevas competiciones a las que puede acudir la Superliga Europea o cualquier otra competición”, detalló Javier Tebas, presidente de LALIGA.
Así, desde LALIGA se ha solicitado a la Comisión Europea que adopte medidas legislativas orientadas a proteger la estabilidad y el futuro del fútbol europeo frente a un “modelo cerrado y elitista contrario a los valores europeos del deporte y sin accesos directos únicamente desde las ligas domésticas, temporada tras temporada”.
En este sentido, defienden que es fundamental que se siga colaborando con “las federaciones, las ligas nacionales, los clubes, los aficionados, los jugadores y entrenadores, los gobiernos y las instituciones europeas en favor de un nuevo modelo de desarrollo del fútbol que preserve los valores fundamentales sobre los que se ha cimentado el éxito de popularidad del fútbol en Europa”.
UN PROYECTO AL MARGEN DE UEFA Y FIFA
El origen de la Superliga data de un 19 de abril de 2021, cuando se dio a conocer la propuesta inicial de una nueva competición europea liderada por doce de los principales clubes europeos y al margen de los principales estamentos (UEFA, FIFA). Dicho proyecto provocó un auténtico terremoto en el mundo del fútbol, puesto que, en palabras de LALIGA, “amenazaba seriamente la estabilidad competitiva, social y económica del ecosistema del fútbol europeo”.
“Desde LALIGA queremos mostrar nuestro total apoyo a la UEFA como órgano regulador. UEFA lleva 69 años organizando el fútbol europeo y se ha ido adaptando a la realidad económica y deportiva del fútbol”
LALIGA
Para LALIGA, la Superliga se trata de una “competición cerrada y privativa” donde existirían clubes con plaza fija, donde las ligas domésticas pasarían a ocupar un rol mucho más residual y cuyo objetivo es garantizar la participación en Europa de los clubes europeos más poderosos, en detrimento de los equipos modestos. Tras su anuncio oficial en 2021, una fuerte reacción en contra de la mayoría de voces del mundo del fútbol obligó a la European Super League a dar marcha atrás a un proyecto que progresivamente fue perdiendo apoyos de los principales clubes de Europa hasta sólo contar con el apoyo de Real Madrid y FC Barcelona.
Esta oposición masiva, sostiene LALIGA, reflejó “la unidad en defensa de los valores fundamentales del fútbol y la necesidad de preservar la integridad competitiva”. En la misma línea se manifestó UEFA, a través de un comunicado oficial publicado el mismo día que se hizo pública la sentencia del TJUE, así como la práctica totalidad de clubes europeos, como el Bayern de Múnich, el Liverpool FC o el Inter de Milán, la European Club Association (ECA) y FIFPro, entre otros, que también rechazaron públicamente el nuevo proyecto de la Superliga.
El nuevo proyecto de la Superliga presentado por A22, tras conocerse la sentencia del TJUE, se basa en un formato de tres divisiones europeas – Star (16 equipos), Gold (16 equipos) y Blue (32 equipos) – formadas por un total de 64 clubes participantes y que no se rige por la meritocracia, ya que las ligas nacionales no darían acceso a la primera y segunda división europeas. En este sentido, se propone un sistema de ascensos y descensos entre las 3 divisiones que solo permite que dos clubes de cada categoría puedan ascender y descender. Respecto a la tercera división, solo pueden acceder 20 clubes cada temporada vía ligas domésticas (sobre un total de más de 1.500 clubes profesionales europeos).
Por ejemplo, si el Girona FC acaba ganando LALIGA EA SPORTS esta temporada, solo tendría acceso a la liga Blue, la tercera división del formato que propone A22, o, si al finalizar la temporada, acaba entre el segundo o el cuarto clasificado en la máxima categoría del fútbol español, el conjunto catalán no tendría acceso directo a ninguna de las tres competiciones de la Superliga.
En términos de acceso a dichas competiciones, LALIGA subraya que cualquier formato que no garantice un acceso directo desde las ligas totalmente abierto perpetúa la participación de los clubes más grandes y privilegiados, creando una “élite cerrada” en lugar de fomentar un “deporte abierto para todos”.
¿POR QUÉ LALIGA Y SUS CLUBES ESTÁN EN CONTRA DE LA SUPERLIGA?
Los clubes y LALIGA defienden una serie de argumentos en contra del nuevo modelo presentado por la Superliga, tales como:
Favorece a los clubes más poderosos. Casos como los del Girona en LALIGA EA SPORTS y Aston Villa en la Premier League, que están ofreciendo un excelente rendimiento en sus ligas domésticas, ocupando una plaza entre los cuatro primeros clasificados del campeonato, no podrían acceder a participar en la primera división de la Superliga, tal y como ocurre ahora con el formato de la UEFA Champions League. Según el nuevo formato presentado por A22, empresa promotora de la Superliga, dichos equipos solo podrían optar a competir en la tercera división europea – el equivalente a lo que hoy en día es la UEFA Europa Conference League -, siempre y cuando ganen su liga doméstica, mientras que otros clubes más poderosos que están rindiendo peor en sus campeonatos locales tendrían asegurada su plaza de manera “injusta”, dejando a un lado la meritocracia e incumpliendo el principio de igualdad de todos los clubes.
Papel residual de las ligas domésticas. Recordemos que los ascensos y descensos en el nuevo modelo de la Superliga dependen exclusivamente del rendimiento de dichos equipos en Europa. Si la clasificación para la primera división europea que propone la Superliga no depende del rendimiento de cada equipo en su liga nacional, estos campeonatos locales perderán relevancia y los clubes más poderosos de Europa no ofrecerán un nivel competitivo tan alto como ahora. En otros deportes ya hemos visto cómo esto ha ocurrido de manera muy pronunciada, como en baloncesto (Liga Endesa), donde los equipos más grandes aprovechan para reservar a sus estrellas y dar minutos a los menos habituales.
No respeta el espíritu del deporte europeo. La ausencia de equidad y meritocracia en el fútbol desafía la propia esencia de la competición. Uno de los principales encantos y que ha sido la base de éxito del fútbol europeo, es que si un club modesto logra ascender a la primera división en su país y realiza una brillante temporada en el campeonato será premiado con la participación en la máxima competición europea de clubes.
En términos económicos, LALIGA destaca un informe pericial de KPMG, publicado en 2022, donde se estima una drástica reducción de ingresos para la liga española y sus clubes en caso de salir adelante el proyecto de la Superliga. En total, se provocaría una pérdida de un 55 % de los ingresos globales de LALIGA y los clubes, poniendo en riesgo una industria que genera más de 194.000 empleos y aporta 8.390 millones de euros al año en impuestos, el equivalente al 1,44 % del PIB.
Por otro lado, desde LALIGA se pone en duda las cifras estimadas de ingresos hechas por los promotores de la Superliga, especialmente en el ámbito de los derechos televisivos y patrocinios. «Si explicas un sistema de competición tienes que explicar cómo se va a regir, cómo será la gobernanza de esta competición. En cuanto a televisarlo gratis, es insostenible económicamente. No lo puede decir alguien que al parecer entiende de derechos audiovisuales», sostienen.
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