#LaCiudadDeLasEstrellas | El Madrid de Zidane y el Gato de Schrödinger
“Este equipo debe seguir ganando y necesita un cambio”
Con estas sencillas palabras, el autor del mayor experimento del mundo del fútbol, lo dio por finalizado. Aquel, ya lejano, 4 de enero de 2016, no fue otra cosa que eso.
Una persona carismática que, sin demasiada experiencia, tenía el reto de hacer de una plantilla de excelentes jugadores, un equipo de élite.
En mi opinión, simplemente fue otra variante más del famoso experimento de Schrödinger. Encerrar un gato en un búnker con pólvora que tiene la misma probabilidad de explotar que de no hacerlo. Eso fue el equipo de Zidane, que se sostiene, más que por sus títulos, por su trayectoria. Había que mirar siempre dentro para saber si el equipo seguía vivo o si, por el contrario, ya estaba muerto.
La primera gran prueba fue su partido en el Camp Nou, en el que remontó con 10 un partido que tenía perdido. En Wolfsburgo, por ejemplo, ya estaba muerto. Pero como nadie le dio por abrir la caja, volvió a la vida una semana después sin que nadie pudiera decir lo contrario. En su primera final de Champions estuvo muerto tras el gol de Carrasco, para resucitar al final de todo, tras el último penalti.
Su segunda temporada fue el homenaje más sentido a Schrödinger, llegando a explotar la pólvora en varios partidos. Cada vez que alguien se iba a acercar a la caja, resultaba que el equipo seguía vivo, obra de los famosos goles en el Minuto 93. En la eliminatoria frente al Bayern estuvo muerto en el momento del penalti de Vidal o tras el gol en propia de Sergio Ramos. Obviamente, no el suficiente tiempo como para que nadie lo notificara formalmente. Después, en el Clásico, fue Messi el que hizo explotar la pólvora en el Santiago Bernabéu. Solo tocaba esperar 6 partidos para verificar que, esta vez sí, fuera cierto. El equipo B, cómo lo llamaban, resistió y salvó al gato, una vez más.
Su última temporada fue la de más duración del experimento. Su equipo realmente murió al principio. Los días en los que el PSG se puso 0-1, la Juve 0-3 y el Bayern 0-1 en el Bernabéu, el Madrid en realidad ya no estaba vivo, solo que cuando el rival lo iba a confirmar siempre había un Cristiano, un Keylor, un Lucas Vázquez de turno que mantenían la caja cerrada. Porque, como en el experimento de Schrödinger, solo se confirma la muerte o la vida al abrirla.
En el momento que el balón, chilena mediante, salió de la bota de Bale, fue el propio Real Madrid el que hizo explotar la pólvora. Fue obra de Zidane, quien ya no tenía nada que temer. Abrió la caja y, teniendo que haber visto un gato muerto, vio uno vivo.
La física cuántica seguramente nunca resuelva el misterio del Real Madrid de Zidane, porque fue un equipo ajeno a leyes naturales o futbolísticas.
Entre títulos, finales, opiniones, titulares, críticas, Zidane se limitó a crear un Madrid fiel reflejo del de toda la vida. Un Madrid que, como el gato de Schrödinger, estaba siempre muerto. Un Madrid que, como el gato de Schrödinger, estaba siempre vivo.
Texto: @el_willhunting