#LaCiudadDeLasEstrellas | El caballo de Troya
Cuenta la leyenda que todo apuntaba a que los griegos daban un rato de tregua cuando en realidad solo estaban disfrazando el siguiente asalto. En la mitología griega viene escrito todo lo referente al Real Madrid, solo así se entiende un equipo que es indescifrable.
En un verano que se antojaba revolucionario, y más aún con la salida de una figura tan emblemática e imprescindible como el propio Aquiles, el Real Madrid ha optado por una cosa que parece un sinsentido a ojos de todos: dejarlo todo como está.
Así inició la pretemporada, así la desarrolló y así la finalizó. Por si fuera poco, ha empezado la Liga sin el aliciente que suponía ver a Vinicius sobre el césped.
Yo, que tampoco le he encontrado demasiado sentido a todo ello, finalmente creí comprender el otro día viendo al equipo blanco en Girona.
Aunque el principio no auguraba buenos presagios, puedo decir que creo que el Madrid tiene un plan.
El otro día fue el equipo de siempre, los nombres de siempre, las caras de siempre. Los defectos de siempre y las fortalezas de siempre. Nada más, ni nada menos. No defendió de manera férrea, no jugó con fluidez durante 90 minutos, ni asfixió al rival. En definitiva, fue el Madrid de los últimos años. Un equipo capaz de ganar y capaz de perder cuando no está centrado. Esto no les ha privado de coleccionar título tras título en esta época.
Cuando todos creen que el Madrid ha optado por entregar la corona y rendirse esperando tiempos mejores, igual realmente está pasando otra cosa.
Hay que fijarse bien para poder visualizarlo. No sirvió con ver a Keylor parando, Marcelo subiendo la banda o Ramos metiendo su penalti. Menos aún con Carvajal, Nacho o Varane cumpliendo. Ni siquiera Casemiro recuperando balones, Isco escondiéndolos, Kroos distribuyéndolos o Modric simplemente estando es suficiente. Con ver a Asensio driblando en el área ya estábamos muy cerca. Pero aun no dio para entender el plan.
Fue al ver a Benzema y Bale. Uno ordenando el juego y el otro corriendo a las espaldas de la defensa. No fueron Benzema y Bale metiendo goles. Fueron Karim y Gareth, como saliendo del caballo de Troya.
El Madrid ha decidido darse la oportunidad de demostrar que puede competir como equipo, ya sin Cristiano Ronaldo. Ha optado por apuntalar aquí y allá sin fichar ninguna estrella que deslumbre la gran plantilla que siempre ha tenido.
Puede gustar o no, pero la llave la tienen jugadores que han sido una garantía casi siempre.
Ahora solo queda esperar y confiar, para que nadie se dé cuenta de lo que puede estar pasando: es el Madrid que, sin demasiado ruido, intenta colar el caballo de Troya.
Texto: Sergio Patón