#LaBoticaMadridista | Una madridista más
Cuando me pongo delante del ordenador a escribir las líneas de esta particular botica, me gusta escribir relatos como el de hace unos meses, en la que la propia copa de Europa nos contaba su historia en primera persona, o la que escribí la semana pasada de Carlos y Sara. Historias ficticias, con personajes imaginarios pero que bien pueden verse reflejados en cualquiera de nosotros.
Hoy, como una pequeña licencia, me vais a permitir que la historia que os cuente sea algo más personal. Y es que ayer hizo tres años que vino al mundo una madridista más. Como no podía ser de otra manera, aquel día había jornada de liga y jugaba el Madrid. Mientras ella pasaba su primera noche en el mundo, el equipo blanco conquistaba San Mamés (previamente, el Barça caía goleado en Balaídos) y desde entonces, no hemos hecho más que ganar, fundamentalmente copas de Europa a puñados. De hecho, desde que está con nosotros, el Madrid no ha sido nunca eliminado de la máxima competición.
Aún recuerdo el primer susto que se llevó cuando grité cantando un gol. Pensé, esto es lo que te espera, dentro de poco serás tú la que grites y saltes con los goles. La educación de un nuevo madridista lleva tiempo y dedicación, no hay que dejar que se desvíen del buen camino. Desde el principio se ponía prendas con el escudo madridista. Entonces no sabía lo que era, sólo veía que su madre y yo éramos pura felicidad con unos chicos que golpeaban una pelota.
Tres años después, ya empieza a entender que el Madrid es algo bueno, algo con lo que disfrutar. No se separa de su pelota del Real Madrid, una pelota que cogió en la propia tienda del club y que no hubo forma de quitarle ni a la hora de ir a la caja a pagar. Ya pregunta cuántos goles ha marcado nuestro equipo y canta el estribillo del himno de la Décima. Cuando ve el estadio en la tele, recuerda cuando estuvimos haciendo el Tour la última vez y no paraba de correr por el césped.
El pasado sábado sopló tres velas y posteriormente, el equipo volvió a regalarle una victoria. La familia madridista es una familia numerosísima, que no deja de crecer, y desde hace tres años tiene un miembro más que vivirá esta pasión como la vivimos todos. Esperemos que siga viendo muchas Champions. ¡Felicidades!
Texto: José Valenzuela