#LaBoticaMadridista | La VARbena de la Liga
Hace unos meses, cuando se estaba disputando el mundial de Rusia, en esta misma sección escribí un artículo titulado Del VAR al BAR. En él venía a preguntarme si el funcionamiento del vídeo arbitraje sería tan bueno en nuestra liga como lo estaba siendo en el campeonato del mundo. Y si por fin el fútbol daría ese paso adelante que necesitaba para corregir ciertas injusticias. Ahora que la primera vuelta está a punto de terminar, mis dudas ya tienen respuesta. Y como no podía ser de otra manera, dicha respuesta es un no rotundo. Algo que por otro lado tampoco sorprende.
Tras unas primeras jornadas en las que parecía que el invento le había dado la vuelta a la situación, empezamos a ver que en realidad todo seguía igual. Las líneas del fuera de juego estaban trazadas poco más que con el Paint, y de repente ni eso, dejamos de verlas en nuestras pantallas; el criterio para que el VAR intervenga o no empezó a ser cada vez más difuso, entrando unas veces sí y otras no en jugadas que son similares, lo que le confiere un azar que ya teníamos antes de la tecnología; las repeticiones de las jugadas polémicas se emiten también a criterio de quienes las manejan; los monitores a pie de campo están de adorno. La última vez que un árbitro fue a consultar las imágenes en él, estas eran en blanco y negro.
Lo ocurrido en el Bernabéu la pasada semana en el partido frente a la Real Sociedad acabó por dilapidar la credibilidad de un VAR que es evidente que en España nació muerto. Porque al final se trata de que nada cambie. De que los que se beneficiaban antes lo sigan haciendo ahora.
Pero no sólo ha quedado en entredicho la credibilidad del vídeo arbitraje. Con ello en realidad la que queda herida de muerte es la credibilidad de una competición que hace tiempo que está podrida. Los datos y estadísticas de los que disponemos y lo que podemos ver cada jornada sólo son una muestra de que algo huele mal ahí dentro.
Los madridistas hemos visto a nuestro equipo ganar cuatro de las últimas cinco Champions, sin embargo en la competición nacional vamos de calvario en calvario. Sólo hemos ganado dos en los últimos diez años y en ambas se han tenido que dar circunstancias extraordinarias. En la primera hubo que hacer récord de puntos y goles para levantar el título. La última, la del doblete de Zidane, tuvo que ser teniendo dos onces titulares, algo inaudito en el fútbol, y aún así hubo que llegar hasta la última jornada para poder ir a Cibeles. Nos llamarán paranoicos, pero qué queréis que os diga, yo no lo veo algo normal ni fruto de la casualidad.
Visto esto, yo personalmente cuento los días para que el Real Madrid decida abandonar una Liga en la que somos unas marionetas y unos invitados necesarios para que el tinglado no se hunda y pierda todo el interés. Porque sin el equipo blanco no se sostendría ni un mes. La Liga europea ahora mismo parece lejana, pero a mí me gusta pensar que cada día que pasa está más cerca.
Texto: José Valenzuela
Foto: AS