#LaBoticaMadridista | El otro Clásico
Tras la agonía en el partido del pasado miércoles frente a la Juve, donde afortunadamente conseguimos la clasificación para semifinales de Champions por octavo año consecutivo, la Liga vuelve al Santiago Bernabéu. Y lo hace con un partido, que si bien no es conocido como El Clásico, no deja de ser un partido histórico, puesto que enfrenta a dos de los tres equipos que nunca han descendido a segunda división, el Real Madrid y el Athletic. Son muchos los partidos ya vividos entre estos dos grandes del fútbol español, pero yo me voy a quedar con cuatro de ellos como los que mejor recuerdo.
El primero se disputó en septiembre de 1999, en la Catedral. Aquel partido supuso el debut de Íker Casillas. El guardameta tenía por aquel entonces dieciocho años y la baja de los dos porteros que tenía por delante, Illgner y Bizarri, hizo que Toshack tuviera que apostar por él. El encuentro terminó con empate a dos, pero aquel día supuso el primero de los muchos en que el mostoleño defendería la portería del Real Madrid. Había llegado para quedarse, y esa misma temporada acabó ganando su primera copa de Europa, la octava del Real Madrid, ya sin Toshack, el entrenador que le hizo debutar, en el banquillo. La salida de Casillas del Madrid merecería un artículo aparte, pero no podemos dudar que ha sido historia del equipo madridista.
Otro Athletic-Real Madrid del que guardo un especial recuerdo fue en enero de 1996. Acababan de despedir a Jorge Valdano tras una derrota en el Bernabéu frente al Rayo Vallecano. De forma provisional se hacía cargo del equipo Vicente del Bosque. No parecía que el partido llegase en el mejor momento para los merengues, pero se impuso con contundencia por 0-5, con goles de Zamorano, dos de Laudrup, Raúl, que dedicó el gol al recién cesado Valdano, y Míchel. Posteriormente se hizo cargo del banquillo Arsenio Iglesias, pero igualmente la temporada acabó de forma aciaga para el Madrid, quedando clasificado en sexto lugar, perdiendo toda posibilidad de jugar en Europa la temporada siguiente. A pesar de todo aquello, el partido de San Mamés a mí me marcó, precisamente por ser capaz el equipo blanco de intentar revolverse y pegar un puñetazo en la mesa en un estadio tan complicado como ese, y en una temporada en la que las cosas estaban saliendo francamente mal.
El tercer partido, y quizás el Real Madrid-Athletic del que mejor recuerdo guardo, fue el disputado en el Santiago Bernabéu el 22 de junio de 2003. Dicho encuentro supuso la consecución del título de liga por parte del club blanco. Aquella liga quizás no es tan recordada como la del tamudazo, pero estuvo disputadísima hasta el final, aunque nuestro rival fue la Real Sociedad de Nihat y Kovacevic (no confundir con Kovacic). No fue hasta la semana anterior cuando el Real Madrid consiguió ponerse líder, llegando a la última jornada dependiendo de sí mismo para proclamarse campeón. Y cuando eso ocurre, todos sabemos que el título no se escapa, pero siempre te queda esa pequeña duda de poder perder. Yo esa duda la despejé cuando vi a Ronaldo Nazario aparecer con ese flequillo horripilante con el que ya disputara la final del mundial de 2002, y en el que también acabó proclamándose campeón. Sabía que estábamos en buenas manos, que con Ronaldo ahí no se iba a escapar esa Liga, él había decidido que así fuera. Y como no podía ser de otra manera, el título se quedó en Madrid, tras vencer por 3-1 al Athletic, con dos goles del brasileño.
Y por último, el de la Liga de Mourinho, la liga de los récords. Llegaba el Madrid a San Mamés con la liga prácticamente en el bolsillo, ya que su victoria pocos días antes en el Camp Nou, prácticamente la había sentenciado. Sólo faltaba hacerlo oficial. Y qué mejor escenario que la Catedral para celebrar el título. El partido tuvo poca historia y el Madrid fue una apisonadora. Los goles de Higuaín, Ozil y Cristiano Ronaldo sentenciaron una Liga que fue muy celebrada por el madridismo, ya que acababa con la hegemonía de un Barça intratable comandado por Messi y Guardiola.
Y así hemos llegado al próximo partido, quizás un Real Madrid-Athletic descafeinado, pero siempre un encuentro bonito de ver. Y para ese partido, aprovecho estas líneas para pedirle a los que tienen la suerte de acudir al estadio, que se pongan en pie y aplaudan a este equipo lo más fuerte que puedan. Pase lo que pase de aquí a final de temporada, se han ganado nuestro respeto eterno.
Texto: @boticario_81
Foto: ABC