La última Copa de los García

La última Copa de los García

13 de Abril de 1982, en el Estadio Nuevo José Zorrilla una generación del Real Madrid llegaba a su fin. Quizás no lo sabían, aunque podían intuirlo, pero aquel equipo apodado “el Madrid de los García” se disponía a ganar su último título. Era la 80º edición de la Copa del Rey y el conjunto blanco se las veía frente al Sporting de Gijón.

Aquel equipo había comenzado a forjarse en la temporada 1978-79, cuando García Cortés y García Hernández pasaron a engrosar las filas del conjunto merengue. Los blancos se habían repuesto de su fatídica campaña 76/77 (quedaron fuera de puestos europeos) y habían logrado la Liga el año anterior. Aún así, un mal comienzo se había llevado por delante a Miljan Miljanić y Luis Molowny se había vuelto a hacer cargo del equipo como en 1974. Y como entonces, había ganado.

Para la temporada siguiente, participando una vez más en la Copa de Europa, el club blanco no se había podido reforzar en exceso. Los fichajes de Wolff, Stielike o Juanito el año anterior habían dejado vacías las arcas de un equipo que no andaba sobrado económicamente, así que el delantero Rincón (procedente del Recreativo de Huelva) y los dos canteranos habían sido los únicos refuerzos de la campaña.

Aún así el año fue bueno en términos generales. La Liga se ganaría tras un apretado duelo con el Sporting de Gijón, quien llegó a estar por delante de los blancos hasta la jornada 26, cuando los blancos asaltaron su estadio. La Copa acabaría con un final amargo, ya que tras llegar a la final eliminando al Atlético de Madrid (en los penaltis), Las Palmas, Celta de Vigo, Zaragoza y Sevilla, acabaron claudicando frente al Valencia.

La final, en la que sentenciaría Kempes con un doblete, estaría marcada por la mala fortuna blanca. El Real Madrid se presentaba ya de por sí con las bajas por lesión de Pirri, Juanito y Jensen, perdiendo además a Santillana antes del cuarto de hora. Tras esto, Wolff fallaría un penalti instantes después de que el delantero argentino adelantara a los ches. A escasos minutos del final se lesionaría también García Remón, antes de que Kempes sentenciara la final.

En Europa la actuación había sido mucho más negativa, ya que tras eliminar al Niederkorn de Luxemburgo caería frente al Grasshopper suizo en octavos de final, viendo como le remontaban el 3-1 de la ida. Aún así el equipo estaba en plena reconstrucción, y la Liga sumada al buen hacer copero parecía un buen punto de partida.

La temporada 1979-80 se presentaba capital para el conjunto blanco. La final de Copa de Europa se disputaba en el Santiago Bernabéu, y los blancos pretendían asaltar la competición 14 años después. Para ello se habían hecho con los servicios de Vujadin Boškov, uno de los mejores técnicos del momento, y habían fichado al inglés Lauri Cunningham, y los centrocampistas Ángel y Portugal del Salamanca y Burgos respectivamente. García Navajas y Pérez García se incorporaban también, dando cuerpo al que ya era en pleno derecho “Real Madrid de los García”.

Tras ganar la Copa de Caracas (heredera de la Pequeña Copa del Mundo de Clubes de los 50) en la gira veraniega a la selección Colombiana y al Benfica, la temporada sería irregular para los blancos, que si bien no tenían un juego fantasioso, sí que avanzaban poco a poco en todas las competiciones. La Liga acabaría siendo conquistada en el Bernabéu tras derrotar al Athletic de Bilbao por 3-1 en la última jornada, pero había estado en la mano de una combativa Real Sociedad que hasta la penúltima jornada dependió de sí misma. En 2002-2003 se repetiría la situación casi punto a punto.

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La Copa acabaría ganándose en el Bernabéu por 6-1 ante el sorprendente Real Madrid Castilla, que había sufrido un cuadro mucho más complicado que sus mayores: Mientras que el primer equipo se había medido al Logroñés, Betis y Atlético de Madrid (doblegado por tercera vez casi consecutiva desde el punto de penalti), su filial se las había visto con Extremadura, Alcorcón, Racing de Santander, Hércules, Athletic de Bilbao, Real Sociedad y Sporting de Gijón.

En otras palabras, no solo disputaron 4 eliminatorias más que sus compañeros, sino que además se midieron al segundo y tercero de aquella Liga (Real Sociedad y Sporting, que además recordemos que había sido subcampeón el año anterior) y a un histórico como el Athletic Club. Los mayores habían derrotado al Betis (5º aquel año), pero los colchoneros se habían desplomado y rozado el descenso aquella temporada. La final sin embargo no tuvo color, y el primer equipo arrasó al filial.

En Europa sin embargo el batacazo llegó donde más dolía: A las puertas de la ansiada final en Madrid. Primero habían eliminado con comodidad al Levski Sofía búlgaro, para después remontar al siempre incómodo Oporto (2-1 en la ida) con un gran gol del recientemente fallecido Benito en el Bernabéu (1-0). En cuartos tocó una remontada aún más complicada tras perder por 2-0 frente al Celtic, pero los goles de Santillana, Stielike y Juanito daban el pase a semifinales.

Allí esperaría uno de los grandes ogros del torneo, el Hamburgo alemán, quien fue derrotado por 2-0 en el Bernabéu con un doblete de Santillana y el perfecto marcaje de Pérez García a la estrella del conjunto alemán: Kevin Keegan. El Madrid de los García estaba a un solo partido de su ansiada final, que se jugaría además en su estadio, donde había ganado todos sus partidos en aquella campaña europea. Había marcado 8 tantos y había dejado siempre su puerta a 0.

Sin embargo la vuelta vio uno de los primeros grandes desastres del Real Madrid en tierras alemanas: Al cuarto de hora los locales ya habían igualado el 2-0 de la ida y habían creado ocasiones de sobra para marcar 4 o 5 goles, y pese a que Cunningham daba un gol de oro a los blancos a 10 minutos del final de la primera parte, la suerte estaba echada. Cuando acabaron los 45 minutos, los alemanes ganaban por 4-1 y habían vuelto a dejar claro que con fortuna podrían haber sido muchos más.

La segunda parte sobro, y pese a que el definitivo 5-1 no llegaría hasta casi el descuento (con Del Bosque expulsado), fueron los alemanes quienes gozaron de casi todas las ocasiones de gol. El Real Madrid empezaba a creerse la pesadilla alemana, que había nacido en 1976 frente al Bayern Munich.

Aún así y sabiéndose técnica y físicamente inferior a muchos equipos del continente, los blancos sumaban dos Ligas, una Copa, otra final y una semifinal europea en las últimas dos temporadas. Aquella generación “acababa de nacer” como tal, y aún quedaba mucho que decir en la Copa de Europa.

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El ciclo de los García encaraba su tercera temporada con la orejona metida entre ceja y ceja, y con grandes críticas por la humillante goleada recibida ante el Bayern Munich en pretemporada: Un 9-1 en el que la diferencia de preparación entre los alemanes (que empezaban la Liga en escasas fechas) y los españoles (que apenas daban comienzo a la pretemporada) se hizo evidente. No se reforzaría demasiado el equipo blanco, que perdía a veteranos como Pirri, Roberto Martínez o Sol, promocionando a Agustín y Gallego al primer equipo. También se incorporaría Pineda García, último de aquella Quinta en debutar. También se incorporaría Pineda García, último de aquella Quinta en debutar.

No cuajó buen inicio de temporada el Real Madrid, quien en la jornada 19 se encontraba a 8 puntos de un Atlético de Madrid que en aquellos momentos marchaba líder. Los blancos andaban centrados en una Copa de Europa en la que iban avanzando rondas y cedieron muchos puntos en el ecuador de la temporada.

Sin embargo poco a poco empezó a remontar posiciones y se encontró en el tramo final con muchas opciones de Liga. La derrota frente a la Real Sociedad en Atocha sería el único pinchazo en las últimas diez jornadas, y tanto los vascos como madrileños acabaron asaltando las primeras plazas y jugándose el campeonato en un mano a mano en el que los primeros tenían el goal-average ganado.

La última jornada, donde visitaban al Sporting de Gijón y Real Valladolid respectivamente, decidiría todo con un final trágico. En los últimos instantes del partido, con el partido de los blancos finalizado con victoria y los realistas perdiendo, marcaría un tanto Zamora que daba la Liga a la Real Sociedad. El Real Madrid perdía su primera Liga en 3 años.

En Europa sin embargo las cosas iban sensiblemente mejor: El Limerick irlandés, Honvéd húngaro y Spartak Moskva soviético caían ante un conjunto blanco que se metía en semifinales lleno de confianza. Ahí le esperaba un Inter de Milan al que derrotaría en el Bernabéu (Santillana y Juanito mediante) y al que aguantaría en San Siro.

Sería la primera de 4 emocionantes eliminatorias de los blancos en todas las competiciones europeas (Copa de Europa, Recopa de Europa y Copa de la UEFA) durante los siguientes años. Tendrían 2 cosas en común: Siempre pasaron los blancos y siempre marcó Santillana.

La final, contra el Liverpool se disputaría un mes después del trágico desenlace liguero, con los blancos jugando un partido bronco, táctico y repleto de marcajes al hombre. El Real Madrid se sabía inferior a los ingleses y pretendía no cometer los errores de la fatídica noche alemana el año anterior. Además, Cunningham llegaba en un estado físico muy dudoso, tras perderse casi toda la temporada por lesión.

Tampoco pudo ser aquel año, ya que el fallo en el despeje de García Cortés a 8 minutos del final dejaba el gol en bandeja a Alan Kennedy. Los blancos habían realizado un gran encuentro, dejando al Liverpool con pocas ocasiones de gol y gozando ellos mismos de la mejor en las botas de Camacho, pero se marchaban de la final sin la Séptima. Ni la entrada a la desesperada de Pineda cambió las cosas. Finalmente, la Orejona no llegaría hasta 1998.

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En Copa del Rey, poco después de la final, se caería en cuartos de final en medio de la depresión generalizada. Los blancos habían eliminado al Recreativo de Huelva, pero el Sporting de Gijón se vengaría por la Liga arrebatada dos años antes y dejaría al Real Madrid en la cuneta derrotándoles por 2-3 en el mismísimo Santiago Bernabéu.

Aquel final de temporada significó casi el final de aquella generación. Marcado por el fallo de uno de los jugadores que daban nombre a aquel grupo y condenado a jugar la Copa de la UEFA por no haber ganado ninguno de los títulos el año anterior, apenas pudo reforzar su equipo: Ito, del Salamanca, y Carcelén, del Hércules, serían los únicos refuerzos.

La Liga volvía a ser muy irregular, con los blancos a 6 puntos de un FC Barcelona líder a falta de 7 jornadas. La destitución de Boskov se hacía evidente desde el primer momento y especialmente tras un nuevo batacazo europeo.

La Copa de la UEFA se convirtió en un largo pesar para un conjunto blanco que apenas había disputado 6 partidos en este torneo en su historia. Derrotaría al Tatabánya húngaro, al Carl Zeiss Jena de la Alemania Oriental y al Rapid Wien austriaco antes de medirse al Kaiserlautern alemán.

El 3-1 de la ida, parecía suficiente para encarar las semifinales, pero los blancos volvieron a encontrarse con un equipo cuyo físico les superaba en todos los aspectos. Al igual que frente al Hamburgo en 1980, los alemanes endosaron una manita a un Real Madrid que ni siquiera pudo lograr el tanto del honor. A los 20 minutos ya se imponían por 2-0 en el marcador, y aunque llegaban al descanso con una ventaja todavía corta, los blancos habían perdido por expulsión a San José y Cunningham. Hasta Pineda falló un penalti que hubiera dado a los blancos aire en la eliminatoria.

La segunda parte fue una caída a los infiernos, con el mismo Pineda viendo otra roja y los madridistas encajando 3 goles más. 11 días después el Real Madrid perdería frente a Las Palmas, dejando a los blancos a 4 puntos del Barcelona justo cuando este parecía desinflarse, y el entrenador fue cesado. Molowny, a quien Boskov había sustituido, se hacía cargo del equipo.

Aquí volvemos al inicio de la narración, la Copa del Rey donde los García levantarían su último título. Los blancos habían eliminado al Málaga, Atlético de Madrid y Real Sociedad de camino a la final. Las semifinales se jugarían con entrenadores distintos: Boskov dirigiría en la ida, donde se caería en Atocha, y Molowny en la vuelta, donde los blancos se impondrían a los vascos por penaltis.

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Ya con “el Mangas” dirigiendo, la final fue blanca. Ganó por 2-1 en un partido donde Ángel dio la victoria a su equipo con un gran gol en la segunda parte. García Hernández sería titular, García Cortés entraría en la segunda parte mientras que Pineda García y García Navajas lo vería desde el banquillo. Pérez García por su parte, se había marchado al Real Murcia meses antes.

Aún tendrían tiempo de ganar el Clásico del Bernabéu por 3-1 días después para fastidiar el campeonato al Barcelona y dar la Liga en bandeja a la Real Sociedad. El Real Madrid aún tendría opciones remotas en la última jornada, pero su derrota por 3-2 frente al Racing de Santander haría imposible una carambola que ya de por sí era complicada.

Sólo García Hernández, García Cortés y Pineda se mantendrían la temporada siguiente, ya con un grupo nuevo y bajo el mando de Alfredo Di Stefano. El segundo se marcharía mediada la temporada al Zaragoza tras no disfrutar de minuto alguno, y el primero apenas contaría durante la temporada. Ese Madrid perdería la Liga en la última jornada en Mestalla, además de las finales de Supercopa, Copa del Rey, Recopa de Europa y Copa de la Liga.

Sería en esta efímera competición donde veríamos por última vez a García Hernández, en la final del Camp Nou, donde Di Stefano perdería su última posibilidad de levantar un título aquella temporada.

Pronto se olvidaría esta generación, que sería enterrada por una camada de canteranos mucho más ganadora y espectacular: La Quinta del Buitre. De hecho uno de sus componentes, Michel, ya había debutado con varios compañeros del filial en la jornada 32 de la temporada 81/82, en la que una huelga hizo jugar a los canteranos. El centrocampista de hecho marcaría el gol de la victoria de su equipo días antes de que sus compañeros ganasen la Copa del Rey en Valladolid.

Solo Pineda sobreviviría, aguantando hasta 1985 y levantando la Copa de la UEFA y la Copa de la Liga de aquella temporada. Su último servicio y el de aquella generación sería su gol en la ida de esta segunda competición, donde el Real Madrid caía por 3-2 pero quedaba con vida para la vuelta.

Lo que es la vida.

Texto: @tonylatrece

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