La reflexión de @DbenavidesMReal: EL MADRID DE LASO EVOCA A SERGIO RAMOS
En el baloncesto no existe el minuto 92. No cabe la posibilidad de afrontar un tiempo suplementario cuando el rival te lleva la delantera en el marcador. Aunque el equipo que dirige Pablo Laso no puede abonarse a ese minuto, carente de sentido en el deporte de la canasta; ayer con la rebeldía del equipo ante la derrota nos demostraron que son figuras aptas para llevar este escudo. Cada uno de esta plantilla parece emular a Sergio Ramos en los días de baloncesto más gris. (Recientemente también lo vivimos ante CSK en Moscú).
Laso no solo transmite estilismo o sistemas de juego que provoquen el deleite al aficionado; sino que, conocedor de la casa; sabe exigir a sus chicos para que nunca se entreguen. En las contadas derrotas que sufren; llevan al límite al rival, le impiden que pueda cantar victoria o que pueda disfrutar de “minutos de la basura”.
En el argot baloncestístico se emplea la anterior expresión para describir la fase de un partido en la que la victoria está ya decidida. Pues bien, Laso ha conseguido que si su equipo está por debajo en el marcador esta fase no se haga efectiva.
En la final ante el Barcelona de Pesic asistimos a un ilustrativo ejemplo. El Barcelona ha renacido con el técnico. Jugadores como Heurtel han hallado una viveza que no habían experimentado con Sito Alonso. Con un juego dinámico y mucho acierto cobraron impulso en el partido.
En el tercer cuarto la derrota parecía un hecho. Pero el equipo no dejó de creer. Thompkins -el auténtico líder silencioso del equipo en la Copa- empezó a anotar con fluidez. Un par de acciones positivas de Rudy. Una mejora defensiva. El caso es que el Barcelona se tornó trémulo. Empezaron a sentir el complejo de inferioridad que los acompaña en los últimos años.
Tuvieron que encomendarse al trío arbitral que acabó por disipar las dudas. La falta que recibe Taylor en la última acción es más que flagrante. Antes Rudy vio como le concedían un punto en un tiro libre que debía haber valido doble. Pese a la irregularidad en el juego, la reacción del Real Madrid, su nula disposición a ceder la Copa al Barcelona les hizo acreedores a la disputa de un tiempo extra que merecían.
Se ha perdido una final de Copa del Rey. No ha sido el mejor partido de este equipo; pero su perseverancia, su fe en la remontada y su espíritu combativo deben disuadirnos de cualquier alarmismo. Randolph y Ayón se van a poner a punto. Volverá Llull y el equipo estará en disposición de pelear por todo, a diferencia del Barcelona.
El primer título de Laso con el Madrid fue una Copa del Rey. Ganada en el Palau. Ante el Barcelona de Lorbek y Mickael. De paliza. Con contundencia. Unos estelares Llull y Carroll marcaban el camino. Ese partido aventuró el cambio de ciclo que se avecinaba. El Madrid iba escalando. El Barcelona claudicó.
Me da que esta derrota ha sido circunstancial. Al Madrid le asiste el talento, su competitividad en todos los torneos y lo consabido, un entrenador que no se acomoda a formar parte de los minutos de la basura. No entra en su vocabulario.