La opinión de @israelloranca : Un clásico en la nada.
Un Clásico descafeinado se queda corto para describir el partido que enfrenta este domingo a Real Madrid y Barcelona en el Palau Blaugrana. La lenta agonía de la ACB permite que el mayor acontecimiento del basket español sea un trámite indigesto tanto para unos como para otros. Una muestra más de que la ACB debe cambiar para sobrevivir, a veces dar un paso atrás supone situarse en el mejor camino para avanzar.
El partido se sitúa en medio de la nada, un cruce de caminos que apenas aporta a la temporada de ambos equipos. El Madrid, líder muy destacado de ACB, vive pensando en la Euroliga, donde lucha a brazo partido por el factor cancha que le aproxime a la Final Four de Belgrado, mientras el Barça deambula por Europa y trata de no dejarse más jirones en casa. No hay nada que ninguno pueda sacar en claro de un Clásico a destiempo.
El partido solo puede leerse en clave Euroliga. El Madrid tiene otra final el martes en Milán por lo que este Clásico es desagradable e inoportuno. Ni te puedes dejar llevar mucho, no vaya a ser que al Barça le salga el partido tonto y te lleves una paliza que nunca gusta, ni puedes exprimirte al máximo apenas 48 horas antes de la cita en Italia. El Barça es una moneda al aire que suele salir cruz. No tiene más remedio que mejorar y ganar un partido que todo el mundo sabe que le sobra a su eterno rival. Una nueva paliza contra el Madrid sería otra gota en un vaso que no termina de colmarse del todo, pero que antes o después terminará por derramarse. El agua siempre termina vertiéndose.
El partido debería servir para seguir introduciendo en dinámica a Anthony Randolph y Gustavo Ayón, ambos lejos de su mejor nivel tras lesiones largas, y también a Trey Thomkins, que volvió muy despistado contra Panathinaikos. Sería prudente que jugadores habitualmente exigidos en Euroliga, como Tavares, Campazzo o Taylor, dejen su sitio a los menos habituales, Yusta y, sobre todo, Randle, tienen una gran oportunidad de jugar muchos minutos en un Clásico. Luka Doncic volverá a ser baja, el Mozart esloveno se está tomando un respiro. La primavera promete ser intensa y le vamos a necesitar en plenitud de condiciones.
Un Clásico que deja en evidencia a los responsables del basket español. Un producto agradable y una rivalidad terrible desaprovechadas al máximo. Un partido que lanza un SOS para que alguien de una vez muestre firmeza y aporte una solución a una liga moribunda que se desmenuza lentamente. Un Clásico solo para incondicionales.
@israelloranca
Imagen: realmadrid.com