La opinión de @DbenavidesMReal : Sobre el esquema de juego de Zidane y su «empecinamiento».
Desde el inicio de este curso, la crítica ha venido incorporando al repertorio el tema del dibujo/esquema de juego. La tesis sostenida por la pléyade de diletantes persigue un único propósito: desdeñar los pingües logros del francés. Desde esta teoría los títulos recientes se explican de forma prosaica; se parangona a Zidane con cualquier ser irreflexivo, que casi atendiendo a su instinto más primario despliega el mismo plan cada día. Un plan hábil para conquistar los títulos pretéritos pero que se tambalea en el presente, ya que presuntamente los adversarios han hallado el antídoto preciso.
Desde esta óptica Zidane se caracteriza por la contumacia. Un entrenador inmovilista, nada flexible, tenaz en el error y que no variará su visión del juego, pese a que se lo puedan sugerir sus ayudantes. Los críticos han sostenido que Zidane es el inmovilismo, y que su plan se ha anquilosado, ya no es dúctil para hacer frente a los estudiosos contrincantes.
El partido del pasado domingo ha vuelto a bifurcar la realidad de los hechos de la crítica que se vierte como si fuera un axioma. Zidane prueba. Zidane permuta los factores. Zidane varía el dibujo. Mueve las piezas.
Nunca he sido devoto de los esquemas de juego. Me resultan vagos y escasamente definitorios. Un esquema es algo vivo, mutable y relativo. Un 4-1-4-1 puede ser un 4-3-3 ofensivo o puede pasar por un 4-5-1. Depende del intérprete. Pero lo que está claro es que amoldar a Bale, Benzema y Cristiano a un esquema de cuatro supuestos centrocampistas denota flexibilidad. Nada que ver con Ancelotti para quien “el 4-3-3 era innegociable”. Haber concedido protagonismo a Lucas Vázquez en un equipo plagado de jugadores ofensivos, con la BBC, también evoca a un Zidane audaz, con miras.
El equipo se movió al son que marcaban estos cuatro futbolistas. Con un Benzema en ascenso, las combinaciones certeras y la compenetración entre estos futbolistas deleitaron a los madridistas. Se aliaron. Se encontraron. Conectaron. Lucas está rápido, fuerte y con desborde. No se le gana ni en el cuerpo a cuerpo. Cada vez que penetraba por banda derecha, la BBC se adentraba en el área, sabedores de que les llegaría un centro sin pausa de ningún tipo. El equipo se gustó atacando. En ocasiones el dibujo parecía algo semejante a un 4-2-4.
Kovacic y Casemiro aguardaban el tipo. La presencia del brasileño permite al croata escalonarse en ataque y prodigarse en sus temibles conducciones. Theo no tenía que instalarse en campo contrario por defecto. La banda izquierda apuntaba maneras.
En definitiva. Un entrenador obstinado no introduciría variantes a estas alturas. La experiencia de este 4-2-4 con Lucas como abastecedor motiva. El equipo ha brillado, y Benzema ya no puede ser tan vigilado entre líneas porque existen las bandas. Cristiano y Bale pueden generar muchos problemas entrando al remate por sorpresa.
Esta fórmula planteada en el día de ayer me parece que ofrece unas grandes prestaciones y prepara al equipo para una eventual baja de Marcelo en París. Los laterales ya no tienen que descubrirse tanto, ya no están obligados a un sobreesfuerzo inhumano.
No obstante, más allá de los pormenores de esta táctica concreta, he querido acreditar que el entrenador francés sí ensaya y hace pruebas. Que el partido sea un ejemplo para contestar a todos los que sigan defendiendo la teoría sobre “Zidane y su empecinamiento”.
Autor: @DbenavidesMReal
Imagen: Antena3 TV