La leyenda de Nacho Fernández

28 noviembre 2022 - 18:25
La leyenda de Nacho Fernández

José Ignacio Fernández Iglesias, un chico nacido en Alcalá de Henares el 18 de enero de 1990. Quizás por ese nombre, no sea muy conocido, pero si hablamos de Nacho todo el mundo sabe quién es.

Un niño que pronto comenzó a jugar al fútbol, al igual que su hermano Alex Fernández Iglesias, con quien compartió vestuario en el Castilla e incluso llegaron a jugar juntos en el primer equipo. Sus primeros pasos, empezaron como los de tantos niños, en el equipo de su colegio, el San Gabriel Pasionistas. Pronto se fijaría en él la Unión Deportiva Complutense Alcalá, quienes en un partido amistoso se decidieron a contar con ese chaval que tanto destacaba. Cuando tan solo era un alevín, el Real Madrid llamo a su puerta. La puerta que decidió abrir, para no volver a cerrar jamás.

Los que le conocen de pequeño, ya han contado en entrevistas que su calidad despuntaba desde pequeño. Sin embargo, lo que destacan es ese gen competitivo que tanto se identifica con el Real Madrid.

Nacho fue quemando etapas en la cantera del Real Madrid. Por aquel entonces, su nombre resonaba entre los futuribles para el primer equipo. Hasta que el 23 de abril de 2011, en una de las plazas grandes del fútbol español, en Mestalla, un joven Nacho debutaba con la camiseta del primer equipo. José Mourinho le dio la alternativa portando el dorsal 35 frente al Valencia. Cuajo un partido asombroso, en el que el equipo venció 3-6. Ya en aquel partido Nacho demostró que su objetivo no era jugar en el Real Madrid, era triunfar en el club blanco.

Más de una década después, aquel joven sigue vistiendo la camiseta blanca, defendiendo el dorsal 6 y ya forma parte de la historia del Real Madrid.

No todo ha sido un camino de rosas, pero el gen competitivo que caracteriza a Nacho le ha hecho superar todas las dificultades. Quizás una de las más complicadas, fue cuando a los 11 años una doctora le dijo que debido a su diabetes no podría volver a jugar al fútbol. Fue el doctor Ramírez quien le devolvió la ilusión, obligándole a jugar al fútbol. Sólo las constancia y la tenacidad, han hecho que Nacho consiga controlar la enfermedad y desempeñarse al máximo nivel profesional.

Su primer gol con la camiseta llegaría el día 10 de enero de 2015, cuando aprovecho un centro de Arbeloa para hacer su primer gol y además en el Bernabéu. Para el recuerdo, el golazo de media chilena en Copa del Rey contra la Cultural Leonesa. Un gol que al mismísimo Zidane le hizo rememorar su gol en la novena.

Nacho ha cosechado un palmarés envidiable y prácticamente inigualable. Cuenta con 4 Ligas, 4 Mundiales de clubes, 4 Supercopas de Europa, 1 Copa del Rey, 4 Supercopas de España y 5 Champions. De esta manera se ha convertido en uno de los elegidos en contar con 5 Champions League y todas ellas con el Real Madrid.

El mismo Nacho recuerda con cariño la liga 33, en la que tuvo un papel fundamental con Zidane en la zaga. También la decimotercera, en la que tras dos finales sin contar con minutos, tuvo un papel fundamental tras la lesión de Carvajal, consiguiendo la victoria 3-1 frente al Liverpool.

Espectacular, así se debe definir el tramo final de la temporada de la consecución de la liga de la pandemia. Tras las lesiones de Varane y Ramos, Nacho se convirtió en el líder de la zaga.

También hay que rememorar su gol frente al Valladolid en la liga de la pandemia o el gol que inicio la remontada de la última liga frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuan.

Y por supuesto, su destacado papel en la consecución de la decimocuarta. Disputó 9 partidos, con un papel protagonista en las eliminatorias contra PSG, Chelsea y Manchester City.

Una de las curiosidades que mejor definen el compromiso del central madridista, es que el día 28 de mayo de 2016, nació su hijo Nachito. Aquel día, Nacho estaba en Milán, alzándose con la undécima del Real Madrid y su segunda Champions en lo personal. Como se dice comúnmente, Nachito vino con una Champions debajo del brazo.

Muchas veces se ha escuchado que “siempre cumple”, pero lo que hace Nacho es mucho más que eso. Representa a todos los aficionados que empezamos a jugar al fútbol en el colegio y que soñamos con jugar en el Real Madrid. Juega con el respeto que merece la camiseta y el esfuerzo del que agradece cada minuto que disputa con el escudo blanco bordado en el pecho. Es uno más de nosotros, pero en el verde. Es por ello que la afición no puede hacer más que rendirse ante Nacho, quién ya hoy es una leyenda del conjunto blanco.

Y es que si por algo se caracteriza Nacho es por aguardar en silencio su oportunidad. Jamás una mala cara o una palabra más alta que otra. Cuando el club y el equipo le han necesitado, ahí ha estado, dejándose el alma. Es cierto que el Real Madrid le ha dado mucho a Nacho, pero Nacho le ha dado mucho más al Real Madrid.

Los futbolistas son su fútbol y sus valores. Nacho es un espectacular futbolista en lo primero y aún mucho mejor en lo segundo. Encarna todos los valores que un deportista debe tener. Compromiso, esfuerzo, humildad, hambre, lealtad, competitividad y respeto. Es de esos futbolistas que siempre quieres en tu equipo.

Cada día es más difícil ver en el fútbol la mítica historia del one club man. Puede que Nacho lo sea, incluso puede que no. Lo que no sé es si será más difícil que Nacho salga del Real Madrid o que el Real Madrid pueda salir de Nacho.

Más de una década dedicada a unos colores. Más de diez años siendo motivo de orgullo para el madridismo.

Esta es la historia de José Ignacio Fernández Iglesias, el niño que se convirtió en hombre cumpliendo el sueño de ser futbolistas del Real Madrid.

Foto: Shaun Botterill/Getty Images

Escribir es mi pasión y el fútbol una religión en la que el Real Madrid es lo más sagrado. Soy de los que piensa que si el Real Madrid no existiese habría que inventarlo. Escribo con el corazón, que es donde tengo cosido el escudo del Real Madrid y si me pinchan sangro blanco porque me corre por las venas. Madridista Real es el rincón en el que pongo palabras a todo lo que el Real Madrid me hace sentir. Os invito a compartir conmigo este espacio al que yo llamaría hogar.

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