La icónica e inmortal «Quinta del Buitre»
El premio internacional del deporte concedido y entregado recientemente por la comunidad de Madrid a la mítica “Quinta del Buitre” ensalza y vuelve a poner en valor a un grupo único, irrepetible y referente dentro de la historia del Real Madrid.
En los inicios de la década de los 80, cinco jóvenes llamados futbolísticamente Michel, Butragueño, Pardeza, Sanchís y Martín Vázquez coinciden en el Castilla, filial por aquel entonces del Real Madrid. Ellos son los integrantes de aquella magnífica y maravillosa generación de futbolistas que posteriormente formaron parte de la primera plantilla del Real Madrid, en la cual cosecharon numerosos éxitos.
Su talento y su buen fútbol fue el responsable de que el Castilla llenara el Bernabéu para ver al equipo competir en segunda división.
Ya en el primer equipo, las noches de las remontadas europeas no se entienden y jamás hubieran existido sin la Quinta del Buitre. El fútbol desplegado cada vez que se enfundaban la camiseta del Real Madrid por estos cinco tipos fue sin duda uno de los mejores, y de más alto nivel, que cualquier equipo del Real Madrid haya realizado en toda su historia.
Si analizamos por un momento ese fútbol, podemos deducir que en el terreno de juego se complementaban muy bien; cada uno con una posición diferente en el campo: Sanchís, un defensa adelantado a su época con una salida de balón exquisita; Michel, uno de los mejores centrocampistas de la historia del fútbol español con una elegancia majestuosa, y con un nivel para poner centros a los delanteros asombrosa y precisa; Pardeza, un extremo muy rápido con gran regate y velocidad; Martín Vázquez, interior capaz de manejar ambas piernas de una manera brillante, con una clase magnífica, con una conducción de balón rápida y precisa acompañado todo ello con un poderoso tiro a portería desde media y larga distancia; y Butragueño, un portento de delantero, imprevisible en el área, con un regate en parada que más de una cintura rompió, y con un don innato para anotar goles (siempre estaba en el momento idóneo para llevar el balón dentro de la red la portería del rival). Además de todo esto, jugaban rodeados y acompañados por futbolistas de gran nivel, experimentados y legendarios también en la historia del Real Madrid como Camacho, Santillana y Juanito, entre otros, y de reconocido prestigio mundial en sus posiciones, como fueron los Buyo, Chendo, Hugo Sanchez, Valdano…lo cual les convertía en un equipo casi invencible.
Los que ya estamos en una edad y que desde nuestra infancia crecimos con un balón como compañero inseparable y pegados a un transistor escuchando el carrusel deportivo de los domingos o cuando, si había suerte, se televisaba el partido del Real Madrid un sábado de liga o un miércoles de competición europea, pudimos disfrutar de aquel equipo de leyenda. En cierta medida, uno de los principales motivos por los que muchos somos del Real Madrid desde que tenemos uso de razón, es debido a ellos. Todos queríamos ser Butragueño, o Michel, o cualquiera de ellos. Los éxitos que cosechaban en el terreno de juego también los sentíamos como nuestros. Rompieron moldes establecidos en un fútbol encapsulado en décadas pasadas. Además, fuimos testigos de gestas increíbles, goleadas a raudales, y contemplar un fútbol vistoso y que noqueaba al rival a las primeras de cambio.
Su única deuda pendiente fue la Copa de Europa, la cual no pudieron conquistarla. De infaustos recuerdos fue la noche de Eindhoven, en la cual el equipo sufrió la eliminación en semifinales de la Copa de Europa en el año 1988, ante el PSV y después de haber empatado ambos encuentros, a uno en Madrid y a cero en Eindhoven, partido que se mereció ganar el Real Madrid tras numerosas ocasiones de gol desaprovechadas incomprensiblemente. Después, en las siguientes dos temporadas, el todopoderoso Milán de Sacchi, eliminaría al equipo madridista, padeciendo en una de esas eliminatorias una de las mayores goleadas en contra en la historia de la copa de Europa de nuestro club.
Uno de sus últimos logros fue el de conseguir en la temporada 89-90 anotar el mayor número de goles en una misma liga, hasta entonces, anotando un total de 107 goles. Además, esa misma temporada conquistaron su quinta liga consecutiva, hito deportivo que no ha podido todavía igualar ningún equipo en nuestro país.
Fue sin duda una generación fantástica, que deleitaron a grandes y pequeños, y que merced a ellos el madridismo vivió una época de bonanza futbolística; conquistando títulos y con un fútbol reconocido a nivel mundial que sentó cátedra. Una generación querida por toda la afición madridista, ya que además de todo lo contado, fueron chavales de la cantera, del pueblo y que surgió desde el anonimato en una época en la que en España aparecían nuevos movimientos culturales, sociológicos, y vanguardistas como la también icónica “Movida madrileña”, y sobre todo empeñados e ilusionados con triunfar en el club de su vida, en triunfar en el Real Madrid. “Apadrinados” y avalados, desde su juventud, por ilustres madridistas como Amancio o Don Alfredo Di Stéfano, ¡vaya que si consiguieron triunfar por la puerta grande del madridismo más universal!
Con todo esto, y mientras viva un madridista que les recuerde, la quinta del Buitre jamás morirá.
¡Gracias por todo, muchachos!
Foto: MARCA