La gloria europea nos espera
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Estamos en el último escalón, solo falta un empujón para llegar a una nueva final de nuestra competición favorita y no hay que tener miedo a fallar. Pocos confiaban en que a estas alturas siguiéramos hablando de ver al Real Madrid levantar la orejona pero el sueño de la decimoquinta sigue vivo
Pensad en lo que podríais hacer en una hora y media o, dicho de otra forma, en 90 minutos. Pues eso es lo que le falta al Real Madrid para alcanzar una nueva final de Champions League, es cierto que Londres está a bastantes kilómetros de Madrid pero con una victoria en el partido de esta noche todo los madridistas transportaríamos nuestra mente a Wembley. Esto no solo es fútbol, no son 22 personas corriendo detrás de una pelota sino que es mucho más: un sentimiento, un estilo de vida y una manera de disfrutar las cosas. De hecho, del partido de esta noche depende del estado de ánimo de millones de madridistas que viven la actualidad del Real Madrid tan de cerca que lo consideran un pilar fundamental de sus vidas.
Todos los madridistas nos hemos levantado hoy con una sensación extraña en el cuerpo, con un cosquilleo en el estómago del que ya estamos acostumbrados. El Real Madrid es eso, convierte un miércoles cualquiera del mes de mayo en el que simplemente debes ir a trabajar o a hacer aquel dichoso examen en un día lleno de nervios. La capital se ha vestido de blanco y centra el foco en el Santiago Bernabéu, ese escenario en el que los milagros son posibles y más aún si los pupilos de Ancelotti juegan un partido de Champions League en él.
El sueño de la decimoquinta
Por fin podemos aplicar la frase de «Si esto es un sueño que no me despierten» porque es la situación que atraviesa todo el madridismo. Sentimos la decimoquinta tan cerca y a la vez tan lejos que nos da miedo volver a vivir aquella fatídica eliminación del año pasado en el Etihad Stadium. Es cierto que las cosas han cambiado desde entonces y la situación es distinta. Ahora el partido que lo decide todo se juega en el Santiago Bernabéu y eso lo sabe el Real Madrid. Ya demostramos eliminando al Manchester City que para el Real Madrid no hay cosas imposibles cuando suena el himno de la Champions League y por eso aunque el resultado de la ida señale un igualado 2-2, puede pasar cualquier cosa.
Hoy se decide todo y en Chamartín se respira un ambiente a la altura de la ocasión. Un simple detalle puede darte alas o mandarte al infierno, esa es la magia de la Champions League. Cualquier pequeño detalle puede decidir la eliminatoria y por eso el madridismo quiere empezar a ganar el partido antes de que comience a rodar el balón.
Se ha preparado un tifo en el Santiago Bernabéu, miles de madridistas inundarán esta tarde las calles del centro de Madrid para apoyar a su equipo, la cantera y miles de aficionados alentarán a los jugadores desde que se bajen del autobús hasta que se quiten las botas en el vestuario y, lo más importante de todo, el madridismo se fusionará con los pupilos de Carlo Ancelotti para intentar derrotar al Bayern Múnich y conseguir ese ansiado billete para la final de Champions League.
La gloria europea nos espera en Wembley y por eso hay que darlo todo para estar en esa final. Esto no es un simple trámite, es una final y hay que jugarlo, vivirlo y sentirlo como tal. No es momento para desconcentrarse, es hoy, es ahora y es el momento de hacerlo posible.
Hoy más que nunca: Hala Madrid y nada más.