La Botica Madridista | Fin de ciclo
El fútbol, igual que la vida misma, está lleno de etapas, unas con más éxito, otras con menos; las hay que se viven con mucha pasión y, por supuesto, a veces no son lo que esperabas. Pero de todas hay que sacar lo bueno y aprender de lo malo antes de olvidarlo. Lo que sí tienen en común todas estas etapas del fútbol (y la vida) es que tarde o temprano se acaban. Y cuando llega el fin de ciclo, no hay que lamentarse ni mirar atrás. Sencillamente toca prepararse para afrontar la nueva etapa y hacerlo en las mejores condiciones posibles y con la mayor motivación que podamos.
Quizás en ese punto se encuentra el Real Madrid. Hemos vivido unos años que quizás no se vuelvan a repetir y que han sido absolutamente maravillosos, consiguiendo lo que nadie había conseguido y juntando un grupo de jugadores que han hecho las delicias de cualquier madridista. Pero después de una temporada nefasta, toca renovarse y volver a afrontar los retos de este club con más fuerza que nunca. Y la renovación no sólo va a conllevar un cambio en la plantilla; el estadio también va a sufrir una profunda remodelación para poder encarar la nueva etapa que se avecina, con un fútbol cada vez más cambiante y con unos clubes cuyos ingresos cada vez son mayores, por no hablar de aquellos en los que dichos ingresos son ilimitados. Incluso la televisión del club, después de tantos años, va a sufrir un cambio –esperemos que a mejor- con la salida de Mediapro.
En definitiva, muchos cambios que harán que el Madrid vuelva a ser la referencia del fútbol mundial y que, a pesar de las zancadillas, incluidas las del propio madridismo, esta temporada sólo habrá sido un pequeño paso atrás para tomar impulso hacia los años venideros. El pasado mayo Zidane vio que esto tocaba a su fin, y no quiso ver cómo se desmoronaba en sus manos. Ahora, con nuevas motivaciones y con una nueva etapa que se abre, vuelve para comandar una nave en la que todos deberían estar con la cabeza limpia, olvidando lo anterior y con la ilusión renovada. Y el que no lo entienda así, lo mejor que puede hacer es echarse a un lado.
Porque como decía al principio, el fútbol es como la vida. Cuando ves que una etapa se acaba lo mejor es asumirlo y mirar hacia delante, reponer fuerzas y hacer que la nueva etapa sea tan apasionante o más que la que dejas atrás.
Foto: OK Diario