#JuegasEnVerso | Mientras tanto … Solari
El concepto ‘interino’ proviene del latín de la palabra ‘intěrim’, que a su vez viene a decir ‘mientras tanto’.
Mientras llega Conte… Solari. Mientras llega Roberto Martínez… Solari. Mientras llega alguien… Solari.
En ese ecosistema contractual el club y Solari han encontrado el sol ideal que necesitaba nuestra confianza para hacer crecer la planta de nuestra plantilla. Y es que como dicen los antiguos, «lo que no te mata te hace más fuerte». Y esta mata (planta o plantilla) tenía pinta de sólo matar al bueno y negado de Julen Lopetegui.
Tres partidos y once goles después, el equipo parece otro de la mano de aquel sol llamado Solari. Verbo ‘Zidanesco’, corbata de Ancelotti y pausa ‘Delbosquiana’, hacen del oficinismo interino el paso previo para pedir cita nocturna en Cibeles.
Como tantos otros librillos de vestuarios llegaron, Solari lo hace de forma ‘interna’, o sea, desde dentro, silencioso, pulcro y mirando al escudo, siempre, desde abajo.
-Ni busco entrenador fuera, ni busco amor en otros labios (debió pensar Florentino, antes de decir a Diego que dijo Julen).
Confianza, caricia sobre la espalda, voz firme, y la gestión del grifo abierto comienza a llenar las enormes garrafas del Bernabéu, de goles, partidos resueltos y delanteros contrarios sedientos de gol.
Benzema empieza a marcar, Kroos engrasa su retina y la meritocracia poco a poco se empieza a instalar en la taquilla más fría del calor de Valdebebas, la del entrenador. Vinicius juega lo que antes no jugaba, Reguilón centra como antes no centraba y la afición, esa esclava afición, empieza a comprender que no hay mal que por bien no venga y que si hoy se gana en Vigo, las cuentas de la lechera comenzarán de nuevo a multiplicarse, a poco que el resto vayan perdiendo puntos de sus casillas.
Por ello madridistas, tened fe como nunca antes la habéis tenido en este equipo, porque tarde o temprano la planta de esta plantilla se levantará y volverá de nuevo a florecer, plateados títulos en los floridos atardeceres de Cibeles. Ahora en cambio, sólo nos queda lo difícil, y es que tenemos que esperar a que Solari tenga la misma flor que tuvo Zidane, en su emblemática plantilla de hace uno, dos y tres años.
Comienza el riego, renace el jardín, la flor de Solari…¿revive al Madrid?
Texto: Antonio Carrasco Martín
Foto: La Voz de Galicia