#JuegasEnVerso | La Patria de Messi
No sé cómo se llamará la patria de Messi, el país, o si alguna vez el mismo Messi sintió algo por alguna patria a lo que podamos llamar amor. Sin embargo, una cosa sí que me queda claro toda vez que el Mundial para Messi ha acabado, y es que de entre todos los países que habitan La Tierra, Argentina es el pueblo que menos y peor encaja en el pasaporte del rosarino cuando va y viene de su Cataluña casi natal. Frío, descompasado y ajeno a todo sufrimiento que sucede a su alrededor, hoy dormirá en su lujoso hotel de cinco estrellas sin ningún remordimiento por lo sucedido, mientras que Diego Armando Maradona ríe con O Rei Pelé, ante aquellos ignorantes comentarios que veían a Messi como el mejor jugador de la historia del fútbol.
Se llama Leo Messi y desde hoy, en Argentina, lo apodan como La Farsa.
Argentina eliminada,
Mar de Plata oye el llanto,
el forense hizo la autopsia,
la traición del desengaño.
Necrológicas platenses,
Diego Armando Maradona,
ha dejado un orfanato,
un equipo sin matrona.
Leo Messi ha abdicado
del crepúsculo del rey,
el sepulcro se ha manchado,
nunca fue de oro de ley.
Le llamaron Pecho Frío,
le alabaron como a un D10S,
sólo fue aquel becerro
al que al pueblo condenó.
Unas rayas color cielo,
al infierno vaya usted,
que Perón no le recibe
ni le canta a usted Gardel.
-«Sampaoli no me vale,
el culpable fue Higuaín».
Todos tapan al verdugo
Lionel nos trajo el fin.
Juega andando sobre el pasto,
es un líder de algodón,
es un diez de silicona
al jugar por su nación.
Le llamaron Pecho Frío,
le alabaron como a un D10S,
sólo fue aquel becerro
al que al pueblo condenó.
Ni con siete entrenadores
que ya tuvo la Argentina,
fue capaz ni de barrer
al cuadrado sus esquinas.
No es demérito de ellos
encontrar un dictador,
quien te mira y te sugiere:
-«Esta es mi alineación».
-«Mascherano titular,
Di María es intocable,
de mi Kun tú no te olvides,
es amigo y es compadre».
Le llamaron Pecho Frío,
le alabaron como a un D10S,
sólo fue aquel becerro
al que al pueblo condenó.
Antonio Carrasco Martín.
Foto: Líbero
